Publicada
Actualizada

"Yo soy así". Vinicius cerró su noche en Oviedo, tras la victoria del Real Madrid (0-3), con ese mensaje en redes sociales. Jugó apenas media hora tras ser sentado en el banquillo por Xabi Alonso, pero qué media hora: asistencia a Mbappé, gol y piques, muchos piques.

Su suplencia fue un bombazo en la previa del partido. Inesperada. Xabi manda, y avisa: "Mi objetivo es que todos sumen", explicó en rueda de prensa sobre su decisión. En el debut de Liga ante Osasuna, Vinicius apenas hizo un remate —ninguno a puerta— y fue cambiado. El toque del entrenador funcionó.

Antes de saltar al césped del Carlos Tartiere, Vinicius ya estaba en los focos. En el banquillo recibía los pitos e insultos de aficionados situados en la zona que saben que al brasileño es fácil encontrarle las cosquillas. Las cámaras le pillaron después, con 0-0, bostezando.

El Madrid, capitaneado por Kylian Mbappé, se adelantó en la primera parte y dominó al Oviedo. Otra cosa fue la segunda mitad, donde las piernas pesaron y se abrió la puerta a que el conjunto asturiano soñara con algo más. Ahí llegó el momentum de Vinicius.

Xabi le metió en el campo en el minuto 63, sustituyendo a un Rodrygo que ocupó su lugar en el once titular y que tuvo los minutos que reclamaba entre los rumores sobre su salida. Al míster le gustó su partido: "En la primera parte se ha asociado bien. Tras no jugar la semana pasada necesitamos a todos, y es uno más", dijo de su '11'.

Los primeros minutos de Vinicius en el campo, en realidad, no fueron buenos. Acumuló pérdidas, aunque confirmó el cambio de chip en cuanto a la presión. Xabi le pide que corra detrás de los rivales, y así nació el 0-2.

Un robo de Vinicius en la zona del mediocampo armó la contra. Con el balón en sus pies, pasada la frontal vio desmarcado a Mbappé y le dejó el gol en bandeja. El francés, tan inspirado como acabó la pasada Liga, no falló. Primer tanto de la temporada para la sociedad Mbappé-Vinicius.

Fue en la celebración del gol cuando Vinicius se tomó la revancha con un público que le cantó "tonto, tonto" cuando antes vio la amarilla por intentar simular un penalti. En lugar de festejar, se plantó frente a los hinchas del Oviedo, que la tomaron con él y hasta le lanzaron una botella.

En mitad del caos, Vinicius no fue a más. Discutió con el árbitro, Ricardo de Burgos Bengoetxea, que le decía desde la distancia que saliera de allí. Mbappé le buscó para celebrar e hizo un gesto —casi tapándole la boca— intentando que su compañero abandonara la trifulca. En algún momento, el vigente premio The Best también hizo el gesto a la grada de 'a Segunda'. Más leña al fuego.

El gol de Vinicius contra el Oviedo Reuters

Con Vinicius encendido, su fútbol de manera paradójica se desató. Como si prestarse a la jarana activara lo mejor de él, futbolísticamente hablando. Además, le quedaba la guinda para terminar de cerrar el partido: el gol. 

Fue ya en el descuento. Se aprovechó de un pase de Brahim que cruzó el área, con Trent evitando interferir, para batir a Aaron Escandell. Y en su festejo, otra reivindicación: dedo a la oreja, mientras con la otra mano señalaba a la grada. No hay más historia, así es Vinicius. 

"En el fútbol se toman las decisiones pensando en el equipo, y hoy ha sido así", decía también tras el partido Xabi Alonso sobre la suplencia de Vinicius. El brasileño pareció captar el mensaje y el tolosarra le reconoció: "Ha sido clave". El Vinicius de siempre: trascendente y descontrolado.