Un punto de seis tras dos jornadas ante dos equipos cuyo objetivo teórico es la salvación. Ese es el balance del Atlético de Madrid a 25 de agosto, en lo que representa el peor inicio liguero en la era Simeone.
Después de 175 millones de euros (107, de inversión neta) abonados para rejuvenecer la plantilla con siete fichajes, los rojiblancos ya están a cinco puntos del liderato.
Y lo que es peor: el equipo refleja todas y cada una de las carencias del año pasado y que los fichajes no han logrado arreglar, algo que ha terminado de exasperar a la afición mientras Simeone apuesta por la "paciencia" y la "confianza" en que los resultados llegarán con este grupo.
En las 14 temporadas iniciadas con el técnico argentino a los mandos, siempre se han sumado 4 o 6 puntos tras las dos primeras jornadas. Tan solo hay una excepción: en el curso 16/17, el Atlético sumó dos empates consecutivos ante Alavés y Leganés.
Tanto en su derrota en el RCD Stadium como en su empate de este sábado ante el Elche en el Metropolitano, el Atlético comenzó el partido con ventaja, pero su fragilidad defensiva y su incapacidad para romper defensas cerradas acabaron condenando las opciones de victoria.
Preocupa la falta de regate en una plantilla que ya sufría este mal el curso pasado. No solo no ha llegado ningún extremo puro, sino que el único que había (Samu Lino), fue vendido al Flamengo. Lo mismo ocurre con la posición de mediocentro organizador, todavía más huérfana tras la salida de Rodrigo de Paul.
En los últimos días de mercado, el margen de maniobra es mínimo, tanto por falta de tiempo como por lo limitado en materia económica. El Atlético ya ha gastado 175 millones para potenciar una plantilla que aún tiene carencias.
La mejora del equipo pasa por un crecimiento en el rendimiento individual de los jugadores, la suma de minutos para mejorar la química de un grupo que ha sufrido muchos cambios y la habilidad de Simeone para dar con la tecla desde lo táctico.
Preocupa y mucho la fragilidad defensiva. El Espanyol dio la vuelta al partido de la primera jornada con dos goles en prácticamente las únicas ocasiones pericas durante el partido, mientras el Elche volvió a retratar el mar de dudas que atraviesa Robin Le Normand.
La grada acabó muy frustrada por lo visto sobre el césped ante el Elche. El Atlético pudo ganar el partido gracias a un palo de Giuliano Simeone, un mano a mano errado por Sorloth o una clarísima ocasión marrada por Llorente en los últimos minutos, pero el juego del equipo volvió a ser pobre.
Sin Baena, lesionado hasta el regreso del parón de selecciones, el equipo volvió a quedar huérfano de creatividad y Simeone tuvo que volver a apostar por un Koke y un Griezmann que siguen sin aportar lo que se les presupone.
Incluso Giuliano Simeone, uno de los jugadores más queridos por su arrojo y perseverancia, acabó recibiendo pitos.
Llorente abronca a Raspadori tras una acción en el Atlético-Elche de este sábado.
El regate
La afición reclama un extremo derecho que le compita el puesto o que aporte el desborde, el regate y la finura que el argentino, potente y vertical, no puede ofrecer.
Preguntado por esta cuestión tras el encuentro, Simeone se resignó a explicar que él se adapta a lo que tiene, no queriendo hacer pública la necesidad de dar un último mordisco al mercado.
"Tenemos jugadores con características diferentes. A veces el regateador es importante, y otras, es importante tener jugadores con potencia para el contragolpe y los espacios. Tenemos jugadores como Baena o Almada, que son buenos por dentro. Vamos sumando fútbol, pero dentro de las características que tenemos".
Tras la salida de Samuel Lino, muchos nombres han sonado, pero el que ha estado más cerca —y aún puede llegar— es el argentino Nico González. La Juventus quiere venderlo, pero el Atlético no cede a sus pretensiones económicas toda vez que el intercambio entre el volante y Nahuel Molina no fructificó.
Aldemola Lookman, Matías Fernández-Pardo, Takefusa Kubo, Zhegrova o Antony han sido algunos nombres que han sonado para esta demarcación, pero tras la llegada de Baena y Almada, el equipo parece más falto de creatividad en una banda derecha de mucho físico (Llorente, Giuliano, Gallagher...) y poco regate.
Firmar a un extremo capaz de romper líneas no arreglaría todos los problemas, pero desde luego le daría una carta necesaria a Simeone para enfrentarse a defensas cerradas.
Centro del campo
La salida de De Paul también ha dejado un agujero en el centro del campo rojiblanco, sobre todo en la sala de máquinas. Tan solo Koke, muy alejado de su nivel y relegado a un rol secundario, cumple ese perfil.
Mientras Johnny Cardoso ofrece contención, físico para ir a la presión y capacidad para ganar duelos, Barrios es hábil en transición, rompiendo líneas o combinando a la altura del ocho. Le falta poso, madurez y partidos en las piernas para ejercer de regista y el Atlético no tiene quién lo ordene.
Simeone, resignado al ver el juego de su equipo ante el Elche.
El caso de Connor Gallagher es similar. Su encaje en el doble pivote es complejo y sus características brillan más en posiciones más adelantadas, como llegador.
Una buena oferta por el inglés podría dar la liquidez suficiente para financiar las operaciones pendientes, pero a una semana del cierre de mercado, el margen es mínimo.
Cerrada la puerta de un Marc Casadó que sonó con fuerza pero que Flick quiere en su Barça, parece difícil que el británico salga del Metropolitano.
La duda del 9
Con el permiso de la defensa, donde las lesiones de Giménez y el mal momento de Le Normand dejan muchas dudas sobre la fiabilidad defensiva, el asunto del delantero centro es otra de las grandes incógnitas en clave rojiblanca.
Sorloth estrenó titularidad en la temporada ante el Elche y marcó en los primeros minutos, pero el mejor nivel de Julián Álvarez suele llegar cuando juega como referencia y rodeado de jugadores de buen pie.
El noruego no quiere resignarse a un rol de suplente, e incluso se llegó a especular con su salida. Como sucede con Gallagher, el club no ve con malos ojos una venta, pero a una semana de que cierre el mercado, es difícil recuperar la inversión realizada hace tan solo un año y encontrar un sustituto de garantías.
Demasiados interrogantes en el horizonte de Simeone, que necesita tiempo y partidos para que las piezas encajen. La clasificación no espera y el Atleti ya está a cinco de Barça, Madrid y Villarreal. El duelo ante el Alavés del próximo fin de semana es una final impropia de agosto.
