El FC Barcelona afronta un dilema mayúsculo con la disputa de su primer partido como local en la temporada de La Liga, correspondiente a la jornada 4 ante el Valencia.
Las obras del nuevo Camp Nou acumulan retrasos y las Entidades Colaboradoras de la Administración (ECA) han detectado hasta 200 deficiencias en la primera fase, lo que pone en duda que el recinto esté listo para mediados de septiembre.
A este escenario se suma un contratiempo logístico: el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc, utilizado la pasada campaña, estará ocupado el 12 de septiembre por un concierto de Post Malone.
El plan inicial del club era disputar las tres primeras jornadas como visitante y reabrir parcialmente el Camp Nou ante el conjunto valencianista.
Sin embargo, para conseguirlo el Barça debe superar varias inspecciones y obtener certificaciones clave: el control ambiental, la finalización parcial de obra y el permiso del distrito de Les Corts.
Los técnicos municipales y los bomberos han expresado su preocupación por la seguridad de accesos y evacuación, lo que complica la concesión de la licencia de primera ocupación.
Licencia con condiciones
El Ayuntamiento ha concedido una licencia modificada que permitiría abrir inicialmente con 27.000 localidades, ampliables hasta 60.000 a finales de año.
Las zonas más avanzadas son la Tribuna y el Gol Sur, donde se ubicarían los primeros asientos disponibles.
Sin embargo, persisten trabajos sin terminar: la zona de prensa carece de cabinas definitivas para medios, y la futura grada de animación en el Gol Sur sigue en construcción.
Mientras tanto, la constructora turca Limak trabaja contrarreloj para subsanar las deficiencias detectadas por la ECA.
Joan Laporta insiste públicamente en que el Barça recibirá al Valencia en el nuevo Camp Nou el 14 de septiembre, pero en el consistorio crecen las dudas.
Los bomberos y los técnicos municipales han sido tajantes: la seguridad no está garantizada en las actuales condiciones del Camp Nou.
Les preocupa especialmente la evacuación de las gradas y el acceso del público en caso de emergencia.
Estos informes son determinantes para que el Ayuntamiento otorgue el permiso, y hasta el momento no han recibido garantías suficientes de la constructora ni del club.
Render del interior del Camp Nou una vez acabado la reforma
El Johan Cruyff y sus limitaciones
Ante la imposibilidad de usar Montjuïc y la incertidumbre sobre el Camp Nou, el Estadi Johan Cruyff ha surgido como plan de emergencia.
No obstante, este recinto presenta múltiples problemas para acoger un partido de Primera División. Su aforo es de apenas 6.000 asientos, por debajo del mínimo de 8.000 exigido por LaLiga, lo que dejaría fuera a la gran mayoría de socios.
De hecho, solo el 7% de la masa social podría acceder a las entradas, con el consiguiente impacto en taquilla y ambiente.
Además, carece de instalación de VAR y presenta deficiencias en infraestructuras: escasos puntos de restauración, lavabos en mal estado y un sistema de seguridad adaptado a partidos de categorías inferiores.
El club tendría que reforzar la iluminación y habilitar más espacios para medios, lo que supondría un gasto adicional.
Jugar en el Johan Cruyff significaría para el Barça una importante pérdida de ingresos, tanto por taquilla como por hospitalidad y consumo en el estadio.
Tampoco podría ofrecer a sus abonados un acceso mínimo aceptable, lo que podría generar un conflicto interno con los socios.
En el plano deportivo, Hansi Flick se enfrentaría a disputar un partido clave sin el apoyo masivo de la afición, en un entorno que dista mucho del habitual en el primer equipo.
En contrapartida, jugar en el Camp Nou, aunque de forma parcial, permitiría no solo reforzar el ambiente, sino también dar un paso vital hacia la regla 1:1 del Fair Play financiero, ya que la explotación de los asientos VIP depende de la apertura del estadio.
Laporta presiona para lograr una apertura parcial y salvar así un estreno como local que podría marcar el inicio del curso.
Sin embargo, el tiempo apremia y las inspecciones pendientes hacen que la posibilidad de recibir al Valencia en el nuevo Camp Nou siga en el aire.
Si la autorización no llega, el Johan Cruyff será el único escenario disponible, con todo lo que ello implica en términos de imagen, ingresos y competitividad.
