El PSG y el Tottenham se disputan este miercoles 13 de agosto el primer título europeo de la temporada 25-26. Ambos clubes se citan en Údine en busca de conquistar la primera Supercopa de Europa de su historia.
Un duelo entre el campeón de la Champions y Europa League y en el que los de Luis Enrique se presentan como grandes favoritos a pesar del pequeño traspiés que supuso para ellos la dura derrota frente al Chelsea en la final del Mundial de Clubes.
Algo que no debe empañar la sobresaliente temporada que firmaron los parisinos barriendo al Inter en la final de la Champions. Además, se han reforzado con Lucas Chevalier (procedente del Lille a cambio de 40 millones) y de Ilya Zabarny desde el Bournemouth por 63 'kilos'.
Diferente es la situación del Tottenham. Los 'Spurs' salvarón una temporada horripilante ganando la Europa League al Manchester United, pero se encuentran ahora mismo en un pleno proceso de reconstrucción.
Postecoglou dejó el cargo y el legendario Son se marchó del club rumbo a Estados Unidos. Comenzó la era de Thoma Frank y con él llegaron Mohammed Kudus (procedente del West Ham por 55M), el delantero Mathys Tel (Bayern Munich), el mediocentro João Palhinha (cedido por el Bayern), el defensa Kevin Danso y jóvenes promesas como Luka Vuskovic y Kota Takai.
Los 'Spurs' intentarán dar la sorpresa y tendrán 90 minutos para conseguirlo. Porque sí, el vencedor se decidirá en una hora y media de juego fruto de la decisión de la UEFA de no implementar una prórroga en caso de empate.
Es decir, si PSG y Tottenham no pasan de la igualada, todo se decidirá desde el punto de penalti. Una medida que ya se está adoptando en algunas competiciones en los últimos tiempos.
El ejemplo del Liverpool
De hecho, hace apenas unos días se vivió esto mismo durante la final de la Community Shield entre el Liverpool y el Crystal Palace. Una Supercopa de Inglaterra que, para sorpresa de todo el mundo, acabó cayendo del lado de los londinenses.
El Liverpool se adelantó a los pocos minutos de juego por medio de Ekitike, pero el Palace igualó la contienda en los compases finales mandando la final a la tanda de penaltis. Fue allí cuando emergió la figura de Dean Henderson.
El portero británico atajó un penalti a Mac Allister y otro a Harvey Elliott que acabaron siendo definitivos tras el disparo a las nubes de Salah en el primer lanzamiento.
