El Chelsea está protagonizando uno de los proyectos más ambiciosos y controvertidos del fútbol moderno. Bajo la propiedad de Todd Boehly y Clearlake Capital a través del consorcio BlueCo, el club londinense ha implementado una política de fichajes revolucionaria que busca crear dos equipos competitivos para luchar por todos los títulos disponibles.
La estrategia del club londinense para la temporada 2025-26 gira en torno a una operación de salida sin precedentes. El club ha conseguido recaudar más de 170 millones de euros con las ventas de jugadores como Joao Félix (Al Nassr), Kepa Arrizabalaga (Arsenal), Noni Madueke (Arsenal) y Djordje Petrovic (Bournemouth). Sin embargo, esta cifra es solo el comienzo de un plan mucho más amplio.
Enzo Maresca ha puesto en el mercado a 15 jugadores que considera prescindibles para su proyecto. Entre los nombres más destacados se encuentran defensas como Axel Disasi y Benoit Badiashile, fichados por 45 millones cada uno pero cuyo rendimiento ha decepcionado, así como jugadores como Renato Veiga, Marc Guiu, Carney Chukwuemeka y varios elementos de la cantera que buscan minutos en otros clubes.
Una pieza clave en esta estrategia es la relación comercial con el Racing Club de Estrasburgo, adquirida por BlueCo en 2023 por 75 millones de euros. Esta conexión permite al Chelsea optimizar el desarrollo de sus jugadores jóvenes y gestionar de manera más eficiente su amplia plantilla.
Recientemente, el Chelsea ha enviado en préstamo al Estrasburgo a tres jugadores: Kendry Páez (la promesa ecuatoriana de 18 años), Mike Penders y Mamadou Sarr (defensor francés de 19 años que fue comprado por 12 millones y cedido inmediatamente de vuelta).
La misma política de fichajes
La filosofía de Maresca es clara: contar con dos plantillas competitivas que le permitirán dosificar a sus jugadores y competir simultáneamente en la Premier y la Champions League, además de las competiciones nacionales.
"No estoy trabajando con 42 jugadores. Estoy trabajando con 21 jugadores. Los otros 15 o 20 jugadores están entrenando aparte", declaró Maresca para explicar cómo gestiona la abundancia de efectivos.
Enzo Maresca atiende a los medios en la rueda de prensa previa a la final del Mundial de Clubes.
Esta división permite al entrenador mantener un grupo de jugadores frescos para rotaciones estratégicas, especialmente en una temporada que incluye el nuevo formato de la Champions League y otros compromisos internacionales.
Paradójicamente, a pesar del gasto de más de 1.600 millones de euros desde la llegada de Boehly en 2022, el Chelsea ha demostrado ser experto en generar ingresos por ventas.
La capacidad del club para obtener montos superiores al valor de mercado por jugadores que no cumplieron expectativas es notable. Casos como el de Kai Havertz, vendido al Arsenal por 75 millones tras un rendimiento irregular, demuestran esta habilidad negociadora.
Esta política permite al Chelsea cumplir con el Fair Play Financiero de la Premier League y las normativas de la UEFA, manteniendo un equilibrio entre inversión y recaudación que pocos clubes han logrado con tal magnitud de movimientos.
El plan del italiano
El gran reto de Maresca será integrar eficientemente estos dos grupos de jugadores y mantener la armonía en un vestuario donde muchos futbolistas saben que pueden no tener continuidad.
La experiencia del Leicester, donde el italiano logró ascender a la Premier League implementando sus ideas tácticas de manera exitosa, genera optimismo sobre su capacidad para gestionar este complejo proyecto.
