Ya hace más de un año que Robinho, exfutbolista del Real Madrid y Manchester City, ingresara en prisión. 16 meses en los que el brasileño de 41 años ha pasado encerrado en una celda de ocho metros cuadrados.
Actualmente, Robinho intenta pasar a prisión semiabierta, pero no está consiguiendo anular la sentencia del tribunal italiano de una condena de nueve años por una violación grupal a una ciudadana albanesa en 2013 en una discoteca de Milán.
Mientras tanto, a expensas de un cambio, el carioca intenta tener un buen comportamiento y lleva a cabo varias tareas dentro de la prisión.
Arregla televisores y radios gracias a un curso de electrónica de 600 horas, está apuntado al club de lectura, cuida el huerto, y ha completado los 10 módulos del Programa de Educación para el Trabajo y la Ciudadanía. Todo ello, en busca de obtener una mejora en su condena.
Sin embargo, Robinho parece estar planificando también su futuro una vez salga de la cárcel. Junto a Walter Delgatti, con el que comparte prisión, parecen estar creando la idea de lanzar una empresa de apuestas una vez termine su condena.
Robinho, durante su etapa en el AC Milán, donde ocurrieron los hechos.
Delgatti, quien tiene una condena de ocho años y tres meses por hackear los sistemas del Consejo Nacional de Justicia y sería el autor de la idea, se encuentra en una celda diferente a la de Robinho, pero según medios locales suelen pasar mucho tiempo juntos.
Al parecer, la unión de ambos se debe a la fama de uno y a la sabiduría tecnológica del otro como tándem perfecto para crear una empresa de apuestas deportivas.
Su contacto con el exterior
Desde su ingreso en la penitenciaría de Tremembé en marzo de 2024, las visitas familiares se han convertido en el único hilo que conecta a Robinho con el mundo exterior. El exfutbolista puede recibir únicamente a familiares directos de segundo grado una vez al mes durante los fines de semana, con un máximo de dos visitantes adultos por ocasión.
Su esposa Vivian Guglielmetti, de 40 años, y sus tres hijos constituyen su núcleo de visitantes habituales. El mayor, Robinho Jr. de 17 años -quien recientemente se incorporó al Santos FC- es uno de los más frecuentes.
Sin embargo, las restricciones numéricas crearon inicialmente un dilema doloroso: Robinho tenía que elegir entre sus dos hijos varones para las visitas, ya que su hija Júlia, al ser menor de 12 años, siempre podía acompañar sin ocupar cupo de adulto.
El proceso para ser autorizado como visitante es exhaustivo: requiere documentos personales, antecedentes criminales y una evaluación que puede tardar cinco días útiles. Durante las visitas,
Vivian Guglielmetti se ha convertido en la figura clave para mantener este contacto. En noviembre de 2024, ocho meses después del encarcelamiento, defendió públicamente la inocencia de su marido en una entrevista exclusiva, revelando cómo había perdonado la infidelidad de 2013 pero mantenía su convicción sobre su inocencia en el caso de violación.
Estas visitas mensuales representan momentos cruciales de conexión emocional para Robinho, quien debe enfrentar el resto del tiempo el aislamiento de una celda de ocho metros cuadrados, convirtiendo cada encuentro familiar en un respiro vital dentro de su rutina carcelaria.
