En el corazón de Madrid, rodeado por edificios residenciales, el nuevo estadio Santiago Bernabéu emerge como un icono arquitectónico, urbano y simbólico. Pero su impresionante metamorfosis no fue sencilla.
Quienes lideraron el proyecto, el estudio L35 Architects, han revelado cuál fue el reto más complejo al encarar esta remodelación sin precedentes.
El estudio tuvo que convertir una estructura ya existente, monumental y profundamente arraigada en la ciudad, en un símbolo moderno que dialogara con su entorno sin perder identidad.
Tristán López-Chicheri, CEO de L35, lo expresa con claridad: "El mayor reto estaba en el brief del concurso, porque pedían un icono, y uno no hace iconos todas las tardes".
Para él y su equipo, el desafío más exigente fue conferir al estadio una imagen reconocible, representativa del Real Madrid y, al mismo tiempo, de la ciudad, todo ello en una ubicación tan densa y consolidada como el Paseo de la Castellana.
La solución arquitectónica que plantearon apostó por una envolvente fluida y asimétrica, donde "nunca hay un metro igual al siguiente".
Esta geometría cambiante, que se transforma según la perspectiva desde la que se mire, dota al Bernabéu de un carácter dinámico y contemporáneo, convirtiéndolo en un edificio vivo que se adapta a la mirada del transeúnte y se integra de forma visual con el tejido urbano.
Pero más allá del lenguaje formal, el nuevo Bernabéu también aborda retos funcionales y de convivencia urbana. José Luis Querol, director de proyectos de L35, destaca la complejidad del diálogo con la ciudad.
"El Bernabéu se hizo cuando ahí no había más que campo, por eso ese diálogo con la ciudad es lo que hace interesante el proyecto". Frente a una ciudad que creció a su alrededor, la remodelación tenía que lograr una nueva relación con el entorno, sin imponer su monumentalidad.
Un proyecto único
L35 Architects, en colaboración con GMP Architekten y Ribas & Ribas, ganó el concurso internacional convocado por el Real Madrid en 2014.
Su enfoque apostó por una renovación integral que fuera más allá del ámbito deportivo. El estadio debía transformarse en un espacio activo durante todo el año, con usos culturales, comerciales y de ocio.
Así, el nuevo Bernabéu no solo es un campo de fútbol, sino también un hotel, un centro comercial, un museo y un referente arquitectónico multifuncional.
En términos urbanos, uno de los logros más notables fue la creación de un nuevo acceso principal desde el Paseo de la Castellana, una intervención que reorganiza el flujo de visitantes y refuerza la conexión del estadio con la ciudad.
Asimismo, se diseñaron nuevas plazas y zonas verdes, integrando vegetación y suavizando la transición entre lo monumental y lo cotidiano.
El nuevo videomarcador 360º del Estadio Bernabéu tras su reforma
La envolvente metálica del estadio, fabricada en acero ligero y reflectante, no solo permite una ventilación e iluminación natural durante el día, sino que también se convierte en un espejo de la actividad urbana.
Por la noche, iluminada desde dentro, actúa como un faro arquitectónico, presente y vibrante, conectado con el ritmo de la ciudad.
La visión de L35 Architects ha elevado al Bernabéu de estadio a símbolo urbano. Tal como resume López-Chicheri.
"Nuestro reto fue remodelar un edificio monumental y conseguir una imagen memorable para el club y la ciudad, resolviendo todos los retos funcionales y contribuyendo a ordenar el entorno aportando calidad y valores urbanos".
Un reto que, tras años de trabajo, ha dado forma a uno de los recintos deportivos más avanzados y emblemáticos de Europa.