Marcus Rashford aterriza en Barcelona. El niño que impresionó al mundo con sus primeros pasos en un Manchester United que comenzaba su caída libre. Un club donde se hizo un hombre e ídolo de la afición, pero donde acabó saliendo por la puerta de atrás. Tiene 27 años e inicia ahora una etapa en el Barça.
Una prueba de fuego para el que ha sido el '10' de los 'Red Devils' en los últimos tiempos. Quizá la última oportunidad para un futbolista que irrumpió hasta ser el mejor joven del mundo (Renato Sanches le arrebató el Golden Boy en 2016 tras una gran Eurocopa) y que no terminó de romper en lo que se esperaba de él.
Quizá fue su culpa. Seguramente ayudó a ello estar en un club acostumbrado a triturar talentos desde hace una década. Pero nadie duda del fútbol que tiene en sus botas. Ya lo ha demostrado en la máxima élite. Únicamente queda dar con la tecla.
Muchos hubieran imaginado a Rashford en el Barça en 2025 hace ocho años, pero pocos lo hubieran creído hace apenas tres. El fútbol viaja muy rápido y el caso de Rashford lo refrenda.
De héroe a villano
Marcus Rashford representa uno de los relatos más fascinantes, y últimamente turbulentos, dentro de la historia reciente del Manchester United. Canterano criado entre los muros de Old Trafford, su carrera es el reflejo de la esperanza y la presión que rodea a las jóvenes promesas en clubes grandes.
Su irrupción meteórica, su consolidación como estrella y, finalmente, su caída en desgracia, resumen el vértigo propio del fútbol de élite.
Rashford debutó con el primer equipo del Manchester United el 25 de febrero de 2016, cuando apenas tenía 18 años. Louis van Gaal lo convocó de emergencia en un partido de la Europa League ante el Midtjylland tras una lesión de Martial en el calentamiento.
Rashford en su debut con el Manchester United.
Contra todo pronóstico, Rashford marcó dos goles y superó un récord de George Best como el goleador más joven del club en competición europea. Tan solo tres días después, repitió gesta en su debut en Premier League contra el Arsenal, marcando nuevamente un doblete ante la incredulidad de los aficionados.
Así, Rashford pasó de ser un desconocido de la cantera a convertirse en uno de los nombres más coreados en Old Trafford: las lesiones del primer equipo le abrieron la puerta, y él demolió esa puerta con fútbol
Durante los años siguientes, Rashford siguió sumando hitos: gol en su debut con la selección inglesa, actuaciones estelares en partidos de alta tensión y la adquisición del mítico dorsal 10. Bajo el mando de Ole Gunnar Solskjaer vivió dos de sus temporadas más prolíficas, confirmándose como pieza clave del ataque y consolidándose como uno de los talentos más reconocidos de la Premier League.
Incluso durante los episodios más grises del club, como los cambios repentinos de entrenadores o la falta de títulos, Rashford fue percibido como un símbolo de esperanza y pertenencia, exaltado tanto por su entrega en el campo como por su compromiso social fuera de él.
Sin embargo, a partir de 2022-2023, su rendimiento comenzó a fluctuar. Narrativas de indisciplina empezaron a circular en los medios: ausencias inexplicadas en entrenamientos, salidas nocturnas y un bajo rendimiento que preocupaba tanto al cuerpo técnico como a la afición.
Las sanciones internas no tardaron en llegar. Erik ten Hag lo apartó por llegar tarde a una charla técnica, y más tarde Rashford fue nuevamente excluido por acudir a fiestas tras derrotas dolorosas del equipo.
Con la llegada de Rubén Amorim como entrenador, las tensiones se agudizaron. Amorim, firme con la disciplina, apartó a Rashford del grupo y subrayó públicamente su falta de compromiso. El jugador fue cedido al Aston Villa en el mercado de invierno marcando cuatro goles en 17 partidos.
La mano de Flick
Ahora, después de regresar a Mánchester y ver que Amorim sigue sin contar con él, Rashford ha elegido Barcelona como su próximo destino. Un reto mayúsculo en uno de los mejores equipos del último curso, sin un rol claro y con una competitividad feroz.
El inglés buscará recuperar su mejor versión y quién mejor que hacerlo que Hansi Flick. El entrenador azulgrana ha demostrado saber exprimir a sus futbolistas y su máximo exponente es el de Raphinha.
El brasileño estaba con pie y medio fuera del Barça, pero Flick le cambió la cara y le convirtió en uno de los jugadores más determinantes del planeta. Ahora lo intentará con Rashford, quien comparte la misma posición que el '11' culé.
Quedará por ver cuál es la ubicación de un Rashford que llega como cedido y con una opción de compra de 30 millones el próximo verano. Puede jugar de '9', pero su sitio ideal es la banda izquierda.
Flick deberá decidir si centrar a Raphinha y darle la banda a su nuevo jugador, si lo pondrá en punta de lanza, si será un revulsivo... Lo que está claro es que su llegada puede servir para dar descanso tanto al propio Raphinha como a Lamine.
Primero llegó Joan García, Nico Williams se cayó por el camino y Rashford se ha convertido en la alternativa tras la dificultad de fichar a Luis Díaz. A partir de ahora, tocará vender para poder seguir incorporando jugadores. El Barça 2.0 de Flick ya va tomando color.