Los dos últimos reyes de Europa se juegan un billete para la final del Mundial de Clubes. Nueva York acoge este miércoles el duelo entre PSG y el Real Madrid, el primero que se da con Kylian Mbappé en las filas blancas y el primer cara a cara en los banquillos entre Luis Enrique y Xabi Alonso.
El morbo se centra sobre la figura del delantero francés, que no es seguro que vaya a ser titular, y en la de los entrenadores. Dos técnicos españoles que nunca antes se han medido manejarán las naves parisina y merengue con el Chelsea y un inmenso botín esperando a sólo uno de ellos.
Es una final adelantada. Por un lado, el vigente campeón europeo. El PSG hace apenas 39 días que se coronaba en Múnich vapuleando al Inter de Milán (5-0). Por el otro, un 'gigante' en construcción. El Real Madrid quiere recuperar el sitio perdido bajo el mando de Xabi Alonso.
PSG y Madrid son dos galaxias opuestas en este punto. El favoritismo recae sobre el equipo de Luis Enrique, que llega excelso en el plan colectivo y con la motivación por las nubes. Mientras, el conjunto de Xabi Alonso sabe que tiene armas para dar la sorpresa.
En el Madrid, perder nunca es una opción y menos tratándose de la oportunidad de escribir su nombre en la historia como el primer ganador de este renovado Mundial de Clubes. Pero la presión va para el campeón, que es el PSG, y los blancos se agarran a las buenas sensaciones que ya van sintiendo con Xabi.
Sin Pacho ni Huijsen
Tanto PSG como Madrid llegan al partido en el MetLife Stadium neoyorquino con varios puntos en común para sus pizarras. Ni Luis Enrique ni Xabi Alonso podrán contar con dos piezas básicas de sus defensas.
Tanto Pacho como Huijsen se perderán el partido por las expulsiones que vieron en la ronda de cuartos de final. En el caso del central ecuatoriano y en el de su compañero Lucas Hernández —que también vio roja directa— no jugarían la final en el caso de pasar tras ser sancionados con dos partidos.
Los técnicos tendrán que tapar sus huecos con Beraldo y Asencio, ambos nacidos en el 2003. El problema es que ninguno de ellos se compara a sus compañeros sancionados en cuanto a la ayuda en la creación del juego.
Sin Huijsen, el Madrid pierde al central que realizó en la fase de grupos del Mundial más pases y carreras progresivas (57). En cuanto a la baja de Pacho, el PSG se queda sin el jugador que registró mejor rango de pase en la fase inicial del torneo (97,6% de éxito).
Pendientes de Dembélé y Mbappé
El otro punto en común está en la figura de sus estrellas. Ousmane Dembélé y el ya mencionado Mbappé. En lo que va de torneo, prácticamente han jugado lo mismo: en torno a 50 minutos repartidos entre los octavos y los cuartos de final.
Dembélé llegó lesionado al Mundial y a Mbappé le secó una gastroenteritis aguda que padeció ya en tierras americanas. No han sido titulares en sus equipos y la incógnita está en si lo serán de cara al duelo de este miércoles.
Dembélé celebra su gol al Bayern Múnich en el Mundial de Clubes
Más cerca está Dembélé que Mbappé, si bien ambos fueron autores de dos golazos en los cuartos. A Ousmane le ha sustituido hasta ahora Barcola, más consagrado que el reemplazo de Kylian, un Gonzalo que, sin embargo, es el pichichi actual del campeonato (4 goles y 1 asistencia).
Si están cerca de un nivel óptimo, serán titulares. Dembélé y Mbappé son las mejores armas que poseen Luis Enrique y Xabi Alonso. Ambos compañeros en la selección de Francia y ambos partiendo desde la posición de delantero.
Luis Enrique logró la pasada temporada dar con la tecla en el caso de Dembélé. Le desplazó del extremo, su sitio en lo que había sido toda su carrera, hasta el centro del ataque. Y ahí Ousmane explotó como no lo había hecho en el Barça ni en su primer año en París. Sus 34 goles y 15 asistencias en 51 partidos son la prueba de ello.
Xabi Alonso busca con Mbappé algo parecido. No cambiarle de posición, pero sí lograr lo que no pudo Ancelotti. Encontrar el encaje perfecto del francés con Vinicius como su pareja de baile. Apenas han tenido tiempo juntos en este Mundial, pero la mejoría del Madrid en el juego invita al optimismo.
Mbappé celebra el gol marcado ante el Borussia Dortmund.
Así, el partido de semifinales del Mundial será una prueba para el Madrid ante el espejo que debe mirarse. Luis Enrique cambió de la noche a la mañana a un equipo mustio a otro campeón y es lo que quiere Xabi Alonso.
En las porterías dos colosos (Donnarumma y Courtois). En las bandas las armas secretas (Achraf-Nuno Mendes y Trent-Fran García). En las salas de máquinas mezcla de físico y clase (Vitinha-Neves-Fabian y Tchouaméni-Valverde-Güler). En el ataque más poder y desequilibrio (Kvaratskhelia-Doué y Bellingham-Vinicius).
Son duelos de altísimo nivel se mire en la posición que se mire. El primer enfrentamiento como entrenadores entre Luis Enrique y Xabi Alonso medirá el poder consolidado del asturiano con la ambición de consagración del tolosarra.
Duelo de pizarras inédito. Tan diferentes (como lo son en los dibujos) y a la vez tan parecidos (como lo son en las ideas). El ganador irá a la final del Mundial y tendrá ante sí un inmejorable punto de partida para la temporada que arrancará en cuestión de semanas.