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Los frentes abiertos del Barça no paran de sucederse en un verano que ya está siendo movidito debido a las complicaciones que desde la directiva se están encontrando para fichar a Nico Williams.

A pesar de tener el sí del jugador, la operación no es sencilla puesto que la relación con el Athletic está rota y el club azulgrana está fiscalizado.

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha dado luz verde a que el Barça esté en la regla del 1:1 y así pueda moverse en el mercado de fichajes, aunque para ello deberá gastarse en fichajes la misma cantidad de dinero que ingrese, ya sea por ventas o por ahorro salarial.

Aquí es donde aparece el problema de las palancas, las obras del Camp Nou y el Joan Gamper. Hace unos días, la patronal invalidó el ingreso de los 100 millones de euros por la venta de los asientos VIP, ya que aún no estaban terminados.

Ahora el Barça quiere presentarlos en agosto porque de lo contrario no podría estrenarlos hasta la cuarta jornada después de haber recibido el permiso de LaLiga de disputar los tres primeros partidos de visitante.

Una urgencia económica

Sea con un aforo de 60.000 espectadores o sólo con la primera gradería, al club azulgrana le interesa que el Camp Nou acoja el Gamper y los palcos tengan ya apariencia de normalidad.

De hecho, será la única oportunidad que tengan de estrenarlo hasta el mes de septiembre, cuando ya haya cerrado el mercado, ya que el Barça disputará fuera de casa las tres primeras jornadas de Liga.

El Camp Nou durante el proceso de reconstrucción FCB

Con la campaña "Tornem a casa, vibrem", el club azulgrana anunció a lo grande el regreso al Camp Nou el 10 de agosto con motivo del trofeo Joan Gamper. El partido que disputará, en principio, ante el Como servirá como prueba antes de reabrir el estadio en competición oficial.

El Barça quiere que el partido se dispute con cerca de 60.000 espectadores en las gradas correspondientes a la primera y segunda gradería, ya que la tercera aún no está construida. No obstante, el Ayuntamiento de Barcelona se ha pronunciado con respecto a los permisos de apertura.

Laia Bonet, primera teniente de alcalde, frenó la euforia del club argumentando que para disputar el Gamper en el nuevo estadio "hace falta una licencia de primera ocupación, que requiere que se hayan acabado las obras de la primera fase, es decir la gradería 1 y 2.

Necesitamos el tiempo para comprobar, una vez se hayan acabado las obras, que efectivamente el estadio está en condiciones de recibir al público en este espacio en el que se habrían acabado las obras y hoy todavía no se han acabado", admitió la jurista.

En la misma línea se posicionó Jaume Collboni, alcalde de Barcelona: "Nosotros haremos como con cualquier otra obra. Nos han de pedir licencia de apertura.

El Ayuntamiento luego tiene que hacer la inspección, especialmente desde el ámbito de la seguridad, para ver si todo está correcto. Que yo sepa, aún no se ha dado esta petición".

Un examen previo

El partido del Gamper servirá como banco de pruebas para evaluar la operatividad del nuevo estadio. Todavía sin rival confirmado, el aforo se moverá entre los 25.000 y los 60.000 espectadores, dependiendo de la evolución de las obras y los permisos.

"Antes del Gamper se harán pruebas de carga sin público. Con proveedores, con medios de comunicación y con el Ayuntamiento, que lógicamente tiene que dar el plácet. Así veremos la capacidad para reabrir", reconoció Elena Forto, vicepresidenta institucional del Barça, a La Vanguardia.

La vuelta al Camp Nou representa, en ese sentido, una válvula de oxígeno para las finanzas del club. La activación progresiva de palcos VIP, servicios de hospitality y mayor aforo permitirá mejorar el ratio 1:1 exigido por LaLiga para inscribir jugadores.

El club y los aficionados no regresarán a su estadio hasta mediados de septiembre. Será tras el parón de selecciones -programado entre el 1 y el 9 de septiembre- cuando se produzca la esperada reapertura oficial del Camp Nou, concretamente el fin de semana del 13-14 de septiembre.

Será el primer partido desde el 28 de mayo de 2023, y el club ha solicitado a LaLiga comenzar la temporada con cuatro jornadas como visitante para ganar tiempo en los trabajos de adecuación.

El Barça aún tiene tiempo, pero no puede fallar porque, fiscalizado como está por LaLiga, presionado a su vez por el Athletic por el caso Nico Williams, necesita que esos palcos, que están en la primera gradería, tengan una apariencia de realidad en agosto y eso obliga a jugar allí el Gamper.

Mientras tanto, la llegada del internacional español a la Ciudad Condal está atascada. El 9 de julio los leones vuelven a ejercitarse a las órdenes de Ernesto Valverde para preparar la pretemporada. Si estará el pequeño de los Williams en Lezama es toda una incógnita.

Nico Williams con Lamine Yamal antes de un partido de Liga EFE

El principal problema radica en que el Barça no está -a día de hoy- en la regla 1:1 y el jugador ha pedido garantías de que no se va a repetir el caso Dani Olmo y Pau Víctor. En principio, pagar la cláusula no es un problema, pero el club no estaría dispuesto a dejar libre al jugador si no pudiera ser inscrito.

Mientras se resuelve todo el culebrón, Nico Williams sigue disfrutando de sus vacaciones, aunque se muestra preocupado sobre el devenir de su futuro. En Lutxana, el mural que tiene con su hermano ha sufrido actos vandálicos por parte de una afición del Athletic Club que no le perdona que se deje de querer por el Barça.