A la FIFA le preocupan las protestas que se están llevando a cabo en Estados Unidos, principalmente en Los Ángeles, contra la política migratoria de Donald Trump. Las manifestaciones siguen, coincidiendo con el inicio del Mundial de Clubes.
PSG y Atlético de Madrid son dos de los clubes europeos que se encuentran en el epicentro de las protestas. Ambos equipos se enfrentan este domingo para abrir el Grupo B del Mundial de Clubes, y lo hacen en el Rose Bowl de Pasadena.
Hasta ahora, las expediciones de los dos equipos ya se habían visto de cierta manera afectadas por los incidentes que se están produciendo en Los Ángeles desde hace días. Sin embargo, la FIFA ha querido extremar las precauciones en la víspera del partido.
Tanto es así que la FIFA ha obligado al PSG y al Atlético a cambiar sus agendas para este sábado. De tal modo, las ruedas de prensa de los dos equipos se tendrán que celebrar por la mañana, en horario de Los Ángeles, para evitar riesgos ante las manifestaciones contra Trump.
El jefe de la Policía de Los Ángeles, Jim McDonell, advirtió este viernes sobre una posible asistencia "sin precedentes" a las manifestaciones convocadas para este sábado en rechazo a la política migratoria del presidente estadounidense Donald Trump, la cual ha generado protestas continuas en la ciudad durante más de una semana.
"Creo que mucho dependerá de cómo se movilice la gente a través de las redes sociales. Hasta ahora, las convocatorias han sido masivas, así que anticipamos multitudes posiblemente nunca antes vistas", expresó McDonell durante una rueda de prensa.
Los Ángeles, una de las ciudades con mayor población de inmigrantes indocumentados del país, acumula ya ocho días de protestas motivadas por las redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en centros laborales.
Detención en Los Ángeles durante las protestas contra Donald Trump
La situación se tensó aún más con la decisión de Trump de desplegar a la Guardia Nacional en la ciudad para contener las movilizaciones, una medida que fue duramente criticada por las autoridades locales, quienes consideran que no era necesaria y solo buscaba aumentar la tensión. La orden fue bloqueada esta semana por un juez federal, aunque una corte de apelaciones suspendió momentáneamente esa decisión.
El propio McDonell expresó su rechazo al despliegue militar, señalando que representa un "reto logístico y operativo significativo" para las fuerzas policiales locales.
El aumento de las operaciones de ICE en los últimos días coincide con una reciente reunión entre miembros del gabinete de Trump y altos mandos del organismo, en la que se habría fijado la meta de realizar 3.000 detenciones diarias.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha reforzado una política migratoria de línea dura. No obstante, él mismo decidió frenar parcialmente la campaña de redadas indiscriminadas en ciertos sectores, al parecer preocupado por la creciente desaprobación pública hacia estas tácticas.