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En el primer asalto de las semis de la Champions League, el Inter se presentó en Montjuïc con una sorpresa mayúscula: el regreso a la titularidad de Denzel Dumfries, quien firmó, con dos goles y una asistencia, uno de los mejores encuentros de su carrera contra el Barça. Reaparecido tras un mes y medio lesionado, el carrilero neerlandés deslumbró a todos con su potencia, su lectura de juego y una capacidad de olfato goleador que hasta entonces solo había mostrado en contadas ocasiones.

Su actuación no solo sirvió para dar alas al Inter en la eliminatoria, sino que arruinó la gran noche de Lamine Yamal, que se vistió de héroe azulgrana para evitar, al menos, la debacle total culé con el 0-2. El internacional neerlandés se cobró, además, el premio al MVP del partido, arrebatándoselo al canterano barcelonista.

El papel de Dumfries fue tan decisivo como insospechado. Junto a Marcus Thuram, formó una dupla ofensiva que explotó los espacios en la banda derecha y multiplicó las vías de peligro para Simone Inzaghi. Con dos goles en jugadas a balón parado y una asistencia de bella factura, el carrilero demostró que su rendimiento va mucho más allá de la habitual labor defensiva que se le atribuye a un lateral.

El técnico Hansi Flick se marchó de Montjuïc rumiando alternativas. Sin la explosión de Alejandro Balde, lesionado, el entrenador alemán deberá ingeniárselas para contener al hombre que, con sus apariciones constantes, recordó la mejor versión de aquel Hakimi del Inter. Ahora, la vuelta en San Siro se prevé una auténtica final en la que todo apunta a que el neerlandés volverá a ser uno de los protagonistas.

Una vida de película

Denzel Justus Morris Dumfries nació el 18 de abril de 1996 en Róterdam y, curiosamente, su destino parecía estar lejos del fútbol. Al menos si nos basamos en su nombre. Sus padres, naturales de Aruba y Surinam, decidieron rendir homenaje al gran intérprete norteamericano y llamaron a su hijo como Denzel Washington. Aquella apuesta de sus progenitores, Boris y Marleen, resultó profética en parte: Dumfries ha acabado gustándole a las cámaras.

Entre sus primeras experiencias en el fútbol destacan su tiempo por el Smitshoek y el BVV Barendrecht, dos modestos clubes donde dio sus primeros pasos. Con apenas 18 años, firmó por el Sparta Rotterdam y debutó en la Segunda División neerlandesa. Allí comenzó a pulir las virtudes que después explotarían en el Heerenveen y, más tarde, en el PSV, donde se consagró como uno de los laterales más prometedores de Europa.

Antes de afianzarse en el fútbol de élite, Dumfries protagonizó otro capítulo curioso: en 2014 disputó dos amistosos con la selección absoluta de Aruba —ambos contra Guam— y anotó un gol. Sin embargo, decidió renunciar a seguir representando a la pequeña isla caribeña para perseguir su sueño de formar parte de la Oranje. A finales de 2018 vio cumplido aquel anhelo y se estrenó con Países Bajos, culminando un proyecto personal que le debía llevar a la élite.

Ese mismo año, decidido a pulir su explosividad, entre otras cualidades, contrató a dos referentes de su pasado: el exculé y leyenda del fútbol neerlandés Edgar Davids y el preparador de sprint Errol Esajas, hermano de Lesley Esajas, su primer entrenador en Barendrecht. Aquella inversión en técnica y potencia dio sus frutos: hoy Dumfries es un fuera de serie en carrera y despliegue.

Denzel Dumfries celebra un gol con la selección de Países Bajos Reuters

Su rendimiento con el Inter ha crecido de manera exponencial desde su fichaje en 2021, por 14,15 millones de euros procedente del PSV. Es el tercer máximo goleador del equipo esta campaña, con 10 tantos y 4 asistencias en 40 partidos, solo por detrás de Lautaro Martínez y Marcus Thuram. Un registro impropio de un carrilero.

Su sorprendente progresión le ha granjeado elogios de excompañeros y rivales. "Dumfries se merece todo mi respeto. Ha conseguido sustituir a Cancelo y Hakimi con energía, fuerza, ritmo, actitud, humildad y exuberancia", valoró el exdefensa Lele Adani.

Y no han faltado las predicciones para su futuro: "En Países Bajos todo el mundo le adora porque siempre es natural. Ha alcanzado un gran nivel. Lo veo haciendo historia en el Inter y luego dando un paso más en un equipo como el Real Madrid", auguró recientemente Bryan Roy.

Cómo parar a Dumfries

La baja de Alejandro Balde obliga a Hansi Flick a buscar alternativas sobre la marcha. Frenar a Dumfries no será tarea de un solo jugador, pero sí se centrará en la figura que ocupe el lateral zurdo de la zaga azulgrana.

El recambio natural es Gerard Martín. Con un pie izquierdo fino para el centro, su incorporación no alteraría la estructura táctica: Iñigo Martínez y Pau Cubarsí como centrales. Sin embargo, carece de la profundidad de Balde y sufrió en la ida con las internadas del neerlandés hasta el punto de ser sustituido en el descanso.

Dumfries, en un duelo contra Gerard Martín EFE

Flick ya probó a Iñigo Martínez en la segunda mitad de la ida y ofrece mayor empaque defensivo. Su presencia en el lateral izquierdo permitiría a Ronald Araújo jugar en el centro de la zaga junto a Cubarsí, reforzando el juego aéreo defensivo. Pero su falta de velocidad, frente a la velocidad punta de Dumfries, exigiría una ayuda constante desde el mediocampo.

El canterano Héctor Fort formó parte del experimento en Pucela y dejó detalles ofensivos de gran nivel. A pesar de sus desconexiones atrás, su juventud y su capacidad de sorpresa en ataque podrían desestabilizar al carrilero neerlandés, aunque su inexperiencia en citas de máxima exigencia genera dudas.

La opción más remota sería la de Araújo. Xavi ya lo probó en la posición hace años y destacó por su velocidad y contundencia. De asumir el costado izquierdo, Raphinha asumiría un perfil de extremo puro, aportando desequilibrio pegado a la banda. La apuesta reviste riesgos por el cambio de perfil, pero garantizaría músculo para contener las subidas del MVP de la ida.

Sea cual sea la elección, Flick sabe que necesitará variantes tácticas y ayudas defensivas desde el centro del campo para atar en corto a Dumfries. El Inter demostró en Montjuïc que su mayor fortaleza pasa por la movilidad de su carrilero. El Barça, en Milán, debe encontrar la clave para neutralizar al actor principal de esta semifinal.