El público del Santiago Bernabéu es soberano. Lo ha sido siempre y lo seguirá siendo hasta el final de los tiempos. Entregado cuando toca, como lo fue en el intento fallido de remontada contra el Arsenal, pero muy exigente en cualquier escenario —y más cuando las cosas no van bien—. Kylian Mbappé ha sido el último en sentirlo en sus carnes.
El delantero francés fue el más pitado el pasado domingo en el Bernabéu. O el único, podría decirse. Y sin vestirse de corto. No se escucharon silbidos —ni aplausos— cuando por megafonía se anunció el equipo contra el Athletic ni cuando se dijo el nombre de Carlo Ancelotti —a efectos mediáticos, el más señalado por la eliminación europea—.
En cambio, cuando en las pantallas se proyectó la imagen de Mbappé, vestido de calle y ubicado en uno de los palcos, se formó una pitada generalizada. El '9' francés sufrió lo que han sufrido las grandes estrellas en la historia del Real Madrid, incluidos sus idolatrados Zinedine Zidane y Cristiano Ronaldo. Nadie se salva y él, sin cumplir un año de blanco, se ha unido al 'club'.
Los pitos pueden ser interpretados de diferentes maneras. Algunos lo harán diciendo que el madridismo ya responsabiliza a Mbappé de la mala temporada. Otros verán al delantero galo, así como a Vinicius, como 'cabeza de turco', dado que él y el brasileño son los jugadores a los que más se puede exigir en los momentos de dificultad.
De una manera o de otra, los números individuales reflejan la realidad de la primera temporada de Mbappé en el Real Madrid: 33 goles en 50 partidos (un gol cada 124,6 minutos). Son números más bajos si se comparan con sus últimos años en el PSG, en los que alcanzó los 40 y unos promedios de un gol cada 87 minutos.
Mbappé abandona el campo ante la mirada de Ancelotti
Se ha llevado a juicio toda la temporada el grado de responsabilidad que hay en el fichaje de Mbappé de la 'caída' del equipo. La plantilla ha quedado descompensada, es una realidad, pero la llegada del delantero francés —y el cambio del sistema al 4-3-3— no ha sido el único factor.
La marcha de Kroos y no contar con un reemplazo. Las graves lesiones de Carvajal y Militao. Estas situaciones han tenido también mucho que ver en la falta de "equilibrio", palabra muy repetida por Ancelotti a lo largo de la temporada. Los datos, es más, hablan de una incidencia leve de la incorporación de Mbappé, en cuanto a números, sobre el resto de los delanteros.
Mbappé suma el 27,5% de los goles anotados por el Madrid en lo que va de temporada (120). Vinicius, con 21, ha tenido una pérdida mínima —del 18,4 al 17,5%—, así como Rodrygo —del 13,1 al 11,6%—. Más lo ha notado Bellingham por una cuestión lógica, que es haber visto su posición retrasada respecto al curso anterior. Diez goles menos suma el inglés.
Los problemas de cara al gol se ven más en el resto, sin un Joselu —ni sus 17 goles siendo suplente habitual— y solo habiendo un cambio sustancial, para bien, en la aportación goleadora de Fede Valverde —de marcar tres goles en la 2023/24 a sumar ahora nueve—. Donde se ha tambaleado tambaleado el Madrid es también en defensa, encajando ya más goles que en la pasada Liga —de 26 a 31, a falta de seis partidos—.
Vinicius y Jude Bellingham, durante el partido frente al Athletic
Respecto a la compatibilidad con Vinicius, Mbappé y el brasileño se han tenido que ir acostumbrando el uno al otro durante la temporada, pero el balance no es ni mucho menos catastrófico. El francés es el jugador al que más asistencias ha dado el que fuera la pasada temporada el mejor jugador del Madrid. Van cinco, que ya son más que los pases de gol que el '7' dio al compañero con el que más se asoció la campaña pasada, que fue Rodrygo.
Y Vinicius, si bien solo ha sido asistido en dos ocasiones por Mbappé —la mitad de las que lleva el francés este curso—, ha rendido peor sin él en el campo. En cinco partidos sin el '9' a su derecha, como fue el último partido contra el Athletic, el brasileño se quedó sin marcar.
Las cosas podrían haber ido mejor en la primera temporada de Mbappé, en lo individual y en lo colectivo. Las expectativas eran muy altas para el fichaje con el que tantos años soñó el madridismo. Y ahí nacen los pitos. Baja este miércoles en Getafe, tendrá la final de Copa y las últimas jornadas de La Liga, con el título aún en juego, para dar la vuelta a la tortilla.