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La llegada de Joaquín Caparrós como nuevo entrenador del Sevilla ha arrojado algo de luz en unos aficionados que ya no aguantan más. El club lleva años atravesando una crisis institucional que, a duras penas, se ha podido sostener con los grandes resultados que se han conseguido a nivel deportivo. Sin embargo, la paciencia ha llegado a un límite.

El Sevilla se ha convertido en lo más parecido a un circo al que le crecen los enanos. El club posee el límite salarial más bajo de Primera División; en la última década por el banquillo de Nervión han pasado once entrenadores -aunque algunos como Sampaoli o Caparrós han estado en dos o tres etapas-; tres directores deportivos y el nivel de la plantilla es cada temporada más bajo. Además, cada junta de accionistas resulta más bochornosa con la guerra entre los Del Nido.

En este clima de tensión entre la afición hispalense emerge la figura de Joaquín Caparrós como el salvador. El utrerano va a afrontar su cuarta etapa en el banquillo del Sevilla después de que en septiembre José María del Nido Carrasco, actual presidente del club, decidiera ampliar el contrato de García Pimienta (fichado en junio) hasta 2027 después de una victoria ante el Real Valladolid en el Sánchez Pizjuán.

El Sevilla ocupa la 15ª posición en la clasificación seis puntos por encima de los puestos de descenso y a siete de los puestos europeos. Sin embargo, más allá de trabajar en conseguir volver a Europa después de dos temporadas sin hacerlo, la preocupación radica principalmente en eludir el farolillo rojo.

Caparrós tiene por delante el reto de sellar cuanto antes la permanencia en Primera División con siete finales: tres rivales por la permanencia y otros tantos por Europa para terminar la temporada ante el Real Madrid y el Villarreal, este último en La Cerámica. La tarea no es sencilla, pero en Sevilla nadie duda de la capacidad del utrerano para sacar adelante la situación.

El efecto Caparrós

Al igual que con cualquier entrenador, a Caparrós se le medirá por los resultados y a tenor de sus 'estrenos' en sus tres anteriores etapas al frente del cuerpo técnico nervionense, los aficionados pueden mirar esperanzados el partido ante el Alavés, ya que el andaluz siempre se estrenó con victoria.

La primera, en la temporada 2000-01, con el equipo recién descendido a Segunda División. Caparrós, que venía de ascender con el Villarreal, arrancó el campeonato imponiéndose 2-1 en casa al Murcia. En su segunda etapa, en el curso 2017-18, el utrerano se hizo cargo del equipo en la jornada 36 en Primera, ganando su primer partido a la Real Sociedad. Y la tercera, en la campaña 2018-19, cogió al equipo en la jornada 28 y ganó en su estreno por 0-1 de visita al Espanyol.

Su rival en esta cuarta etapa, el Alavés será el primer equipo que aparece por encima de los puestos de descenso. El equipo del 'Chacho' Coudet viene de perder el pasado fin de semana en Mendizorroza frente al Real Madrid, pero con 30 puntos en la tabla, seis menos que el Sevilla, se presenta como un rival peligroso a domicilio: no pierde lejos de su estadio desde su visita a Montjuïc del 2 de febrero (1-0 ante el Barça).