Es el último Atlético - FC Barcelona de la temporada. El último de una saga de duelos electrizantes que ha dado este curso. La balanza ha caído de un lado y del otro a partes iguales, y queda desnivelarla con un jugoso premio en juego: un billete para la final de la Copa del Rey.
Rojiblancos y azulgranas se vuelven a ver las caras en el Metropolitano. 36 días después de la ida en Montjuïc que acabó en 4-4. 17 del partido liguero jugado en el feudo colchonero que acabó en victoria culé por 2-4. Junto al 1-2 a favor del Atleti en la primera vuelta de La Liga, forman un trío vibrante de enfrentamientos. Falta el póker. La guinda.
Los momentos son opuestos entre uno y otro equipo. Para el Atleti de Diego Pablo Simeone es la última carta de pelear por un título esta temporada tras la eliminación de Champions y descolgarse de La Liga. Para el Barça de Hansi Flick es la puerta hacia un soñado triplete con las opciones más que vivas en el resto de competiciones. Todo pasa por un duelo que es sinónimo de locura.
En todos los Atlético-Barcelona de este curso ha reinado el frenetismo. Desde el primero, en los que los de Simeone lograron remontar en Montjuïc un gol de Pedri para acabar ganando 1-2. El héroe fue Alexander Sörloth, que logró los tres puntos para su equipo saliendo desde el banquillo y con un gol prácticamente en la última jugada del partido.
Más loco fue el encuentro de ida de la eliminatoria copera. También en la plaza culé, el Atleti se ponía 0-2 por delante en los primeros minutos. Sin embargo, el choque dio un vuelco que llevó al Barça a ponerse 4-2 para luego, en otro giro dramático de los hechos, acabar 4-4 y dejar todo abierto para la vuelta.
Siguiendo esa línea se definió también el último precedente este ambos, este ya en el Metropolitano. Los del Cholo tenían en su mano la oportunidad de enchufarse en La Liga, con una ventaja de 2-0 ante los de Flick, pero en la segunda mitad hincaron la rodilla y acabaron perdiendo 2-4 con un Ferran Torres protagonista partiendo como suplente.
Se espera otra noche de emociones en la capital, aunque este duelo no se parecerá a ninguno de los tres anteriores. Primero porque estos no eran tan definitivos y segundo porque los equipos llegan más descansado y no tras una intensa eliminatoria de Champions, como fue el caso del Atleti tras caer en penaltis contra el Real Madrid.
Flick tiene la tecla
Las pizarras serán cruciales. En el caso del Barça, a nadie pilla por sorpresa si se dice que el equipo está en su momento más dulce de la temporada. Encadena veinte partidos sin perder y aspira a volver a una final de Copa del Rey cuatro años después. Además, el Metropolitano se le da bien: es el mejor visitante allí y enlaza tres victorias consecutivas —el 2-4 del pasado 16 de marzo, 0-3 de la última temporada y 0-1 de hace dos años—.
El Barça es uno de los equipos más solventes de Europa, algo que por ejemplo le cuesta más alcanzar a su eterno rival, el Real Madrid, que no suma victorias con la facilidad con la que lo logran los de Flick. Esto se debe al estilo que ha implantado el alemán, robando el balón muy arriba y con una rápida activación tras pérdida.
Hansi Flick, al frente del entrenamiento del FC Barcelona
Es decir, en el Barça se corre y se corre bien. Esto supone un problema para los rivales, sin tiempo para reorganizarse cuando les roban el balón y asfixiados cuando les llegan al área. Porque son muchos. Lewandowski estira la línea y detrás de los rivales aparecen varios jugadores que se mueven dentro del área y hacen daño desde las zonas de remate y rechace.
Uno de ellos es Raphinha, un jugador fundamental esta temporada con 27 goles y 20 asistencias con el que podrá contar Flick este miércoles. El técnico alemán le ha protegido desde que volvió de la concentración de Brasil, sin darle minutos ante Osasuna y Girona. Contra el Atleti se reencontrará con varios argentinos —De Paul, Giuliano, Nahuel Molina y Julián Álvarez— con los que tuvo un tenso cara a cara en el parón. En el Metropolitano, el Barça contará con su once de gala.
Simeone cambia el plan
Simeone ha estado buscando un plan para frenar a un equipo que encuentra el gol con facilidad. Pero en lugar de centrarlo en la defensa, mira más bien a la posesión. El Atleti necesita algo diferente luego de apenas haber sumado un triunfo en sus últimos cinco partidos, siendo esa victoria el 1-0 ante el Real Madrid que acabó en eliminación mediante la tanda de penaltis.
La idea de Simeone pasa por hacer también correr al Barça detrás de la pelota. El Cholo quiere mayor presión y crear dudas al conjunto azulgrana cuando sea el Atleti quien lleve la ofensiva. Un fútbol vertical muy alejado de lo que una vez fue el sello del conjunto rojiblanco a sus órdenes.
Simeone supervisando el entrenamiento del Atlético de Madrid
En la sesión de trabajo del lunes se vio claro. Simeone planteó un partidillo con los juveniles, quienes tenían que presionar hasta el extremo a los futbolistas del primer equipo. Motivar el juego rápido con el balón en los pies: tocar y lanzar al espacio. En las bandas colocó a sus dos flechas, que son Giuliano y Marcos Llorente, con un movimiento constante para los dos de arriba, Griezmann y Julián Álvarez, entre la salida del balón y la finalización de las jugadas.
Tiene varias opciones Simeone encima de la mesa, por las pruebas que también hizo este martes: Azpilicueta como lateral derecho por Nahuel Molina, Reinildo como lateral izquierdo por Javi Galán y Pablo Barrios en el medio por Conor Gallagher. No se cierra a ninguna opción, aunque la idea parece clara.
Y no hay que olvidar la baza noruega en el banquillo que tiene Simeone, la cual ha sabido explotar en varios duelos. Sörloth ha contribuido en nueve goles en sus seis últimos enfrentamientos contra el Barcelona —seis anotando y tres asistiendo—. En los tres más recientes, ya de rojiblanco, anotó en todos partiendo como suplente.