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El Sevilla FC atraviesa uno de los momentos más convulsos de su historia moderna. En plena semana del derbi ante el Real Betis, el club vive otra crisis institucional de alto voltaje tras una nueva junta de accionistas que volvió a poner en evidencia la fractura interna.

José María del Nido Carrasco mantiene el control de la entidad frente a los intentos fallidos de su padre, José María del Nido Benavente, de recuperar el poder. La cita de este jueves fue la enésima batalla de una guerra enquistada en los despachos del Ramón Sánchez-Pizjuán.

El escenario se trasladó al hotel Meliá Los Lebreros, donde el ex presidente acudió con una autorización judicial que le permitía votar con su 25% de acciones y, además, con una representación ampliada avalada por el CSD.

Pero el actual consejo de administración tenía un as bajo la manga: el respaldo del grupo inversor 777 Partners, ahora en manos de la aseguradora A-CAP, lo que decantó de nuevo la balanza a favor de Del Nido Carrasco.

El resultado fue un calco del de la última junta celebrada en enero. Las propuestas para cesar al actual consejo volvieron a ser rechazadas y el bloque liderado por el hijo sigue aferrado al poder con el respaldo de las grandes familias sevillanas —los Castro, Alés, Guijarro y Carrión— y del capital extranjero.

En cambio, Del Nido Benavente y su 'Ibex sevillano', un grupo de empresarios locales alineados con su causa, se quedaron de nuevo sin opciones reales de revertir el gobierno del club.

La tensión escaló cuando el hijo volvió a impedir que su padre votara más allá del 25% del capital, amparándose en el pacto de gobernabilidad firmado en 2019, que impone restricciones para evitar un vuelco inesperado en la presidencia.

Los gritos de "¡Fuera, fuera!" y los insultos entre accionistas dejaron patente la fractura social.

Del Nido Benavente: “Esto me hace reflexionar. No sé si tendré fuerzas para seguir peleando”

Conflicto con raíces familiares

Para entender la dimensión del conflicto actual hay que remontarse a marzo de 2014, cuando José María del Nido Benavente ingresó en prisión tras ser condenado por el caso Minutas.

Antes de su encarcelamiento, colocó a su hijo como administrador de sus bienes, entre ellos, las acciones del Sevilla. Del Nido Carrasco, abogado de formación, se convirtió entonces en un hombre fuerte del consejo.

La relación entre ambos, aunque marcada por el poder y la confianza, empezó a torcerse años después por desacuerdos clave que derivaron en una ruptura familiar total.

El punto de inflexión llegó en noviembre de 2019, cuando padre e hijo firmaron junto a otras familias accionistas un pacto de gobernabilidad con el objetivo de frenar la entrada masiva de inversores extranjeros.

El acuerdo preveía una alternancia en la presidencia en 2023. Sin embargo, apenas media hora después de la firma, Del Nido Benavente llamó a su hijo para romper el pacto. Ante su negativa, lo sintió como una traición.

Desde entonces, el enfrentamiento se ha agudizado hasta extremos dramáticos. En la junta de diciembre de 2023, padre e hijo se cruzaron graves acusaciones. "Dilo, eres un mierda", le espetó el ex presidente a su hijo tras un cruce de reproches sobre su sueldo.

En otra ocasión, Del Nido padre calificó al presidente Pepe Castro como "Fidel Castro" y lo acusó de actuar como un dictador.

Por su parte, Del Nido Carrasco sostiene que su padre lo abandonó en el compromiso de asumir una deuda con Hacienda de 2,8 millones de euros, fruto de la devolución de las acciones que había administrado durante su presidio. Esa deuda se convirtió en otro elemento de fricción entre ambos.

José María Del Nido, accionista del Sevilla FC Jesús Prieto / Europa Press

Una lucha económica y política

Más allá del drama personal, el conflicto entre los Del Nido responde a una guerra de poder con trasfondo económico.

Como narró EL ESPAÑOL en un reportaje en febrero de 2023, la lucha por la presidencia ha convertido cada acción del Sevilla en una pieza codiciada. La compraventa de títulos ha alcanzado precios insospechados, con ofertas que llegan hasta los 1.800 euros por acción en paquetes minoritarios.

Todo suma en una lucha en la que el que más tenga, más cerca estará del sillón presidencial del Sevilla FC.

EL ESPAÑOL contó el episodio vivido por una familia sevillista, que vendió tres acciones heredadas por 4.800 euros. Este hecho ilustra la fiebre accionaral que vive el club y el nivel de implicación de ambas facciones por arañar cada título posible.

Inma León con el presidente del Sevilla Fútbol Club, Pepe Castro, en su despacho.

Tanto Castro como los Del Nido han protagonizado intentos por comprar acciones directamente a pequeños accionistas, algunos de los cuales han sido abordados incluso con llamadas telefónicas o las puertas del estadio.

En este contexto, la posición de 777 Partners ha sido determinante. El fondo estadounidense, que en su día se abstuvo, ha acabado alineándose con Del Nido Carrasco tras ceder el control de su paquete accionarial a A-CAP.

Con cerca del 14% del capital social, su apoyo ha enterrado las aspiraciones del patriarca. Un viraje que deja a Del Nido padre sin opciones reales de recuperar la presidencia, al menos a corto plazo.

Una afición harta

Aunque Del Nido Benavente ya ha sufrido varios reveses judiciales —el último, el rechazo a su petición de cautelares en diciembre de 2024—, mantiene su pulso en los tribunales y ante los medios.

No se cansa de repetir que volverá a la presidencia y que la actual cúpula es ilegítima. Insiste en que si se le permitiera votar con todas sus acciones, el consejo sería cesado.

Pero la guerra está lejos de ser solo judicial o económica. Es también una guerra emocional, de linaje, de orgullo y de dolor personal, como muestra el hecho de que Del Nido padre aún no conozca a su nieto, hijo del actual presidente.

Mientras tanto, el Sevilla sufre los estragos de esta guerra civil. Deportivamente, la entidad vive una de sus etapas más inestables y la afición empieza a dar señales de hartazgo.

A principios de año, cientos de seguidores se manifestaron frente al Sánchez-Pizjuán pidiendo un cambio de rumbo. "Pepe Castro. Game over", se podía leer en pancartas que no se alineaban con ningún bando, solo con el deseo de paz y estabilidad.

Sin resolución clara

La fractura entre los Del Nido es total, y el proceso judicial que impide al padre ejercer plenamente sus derechos accionariales seguirá marcando el futuro inmediato.

Del Nido Carrasco ha conseguido amarrar una mayoría sólida y, mientras conserve el respaldo de las grandes familias y del capital extranjero, será difícil derrocarlo. Pero el pulso continúa, con una nueva junta en el horizonte y recursos judiciales aún pendientes.

El sevillismo, atrapado entre el amor por su club y el rechazo al espectáculo institucional, asiste impotente a una guerra que parece no tener fin. Ni siquiera el derbi contra el Betis ha logrado apaciguar los ánimos.

Porque en el Sevilla, desde hace años, el mayor rival no está en el Villamarín... sino en casa.