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El Real Madrid pidió penalti en el partido de la vuelta de los octavos de final de la Champions League ante el Atlético de Madrid.

Giuliano Simeone tocó claramente el balón con la mano dentro del área e interceptó un centro de Vinicius. El toque fue inequívoco, y los futbolistas del Real Madrid reclamaron la pena máxima.

Sin embargo, el colegiado Marciniak no contempló la opción de señalar el penalti. De hecho, hizo gestos a los pocos segundos de que la acción había sido revisada en el VAR y que no era merecedora de señalar los once metros. 

La polémica acción se produjo en torno a los 20 minutos de juego. El partido marchaba con la ventaja de 1-0 para el Atlético de Madrid después del gol de Gallagher a los 27 segundos.