Brahim Díaz enloqueció con su gol ante el Atlético de Madrid, y no era para menos. Una maniobra perfecta del internacional por Marruecos dentro del área sirvió para quitarse de encima a Giménez y para hacer un gran tanto, el que volvía a poner por delante a los blancos.
Tras el tanto, el delantero dio rienda suelta a su tensión. Se fue directamente al fondo sur del Santiago Bernabéu, portería en la que marcó el gol, y corrió a abrazarse con la afición en pleno estado de euforia.
Brahim se subió a las vallas publicitarias y recibió el abrazo de decenas de hinchas que, enloquecidos, querían compartir el momento tan especial con su ídolo. El colegiado del encuentro advirtió esta situación y no lo dejó pasar.
Como reza el reglamento, el francés Turpin le mostró la cartulina amarilla a Brahim Díaz. Una amonestación que aceptó de buen grado y que, por suerte para el Real Madrid, no acarrea sanción para la vuelta.