Si hay un protagonista del día en el fútbol, ese es Gerard Piqué. El central del Barcelona se despidió como profesional solo como él podía hacer, con unas últimas palabras que fueron: "Me cago en tu puta madre". Se las dedicó a Gil Manzano, que le expulsó. A Geri, que no volverá a jugar por decisión propia, le daba igual.

Piqué se quedó a gusto con el árbitro en el descanso del partido contra Osasuna. Entonces el Barça perdía 1-0 y con uno menos tras la doble amarilla a Robert Lewandowski, justa tras dar un codazo en la cara a David García. Aquella rebelión de Gerard en su último día despertó algo en sus compañeros.

El Barça remontó en la segunda parte y, con la victoria, se aseguró aguantar en el liderato hasta después del Mundial. Es el triunfo más importante de los azulgrana en lo que va de temporada, por lo que supone a nivel de resultados y por 'enterrar' en la mente de los culés los fracasos en la Champions League y en El Clásico.

[El Barça, líder al parón del Mundial con remontada ante Osasuna pese a la expulsión de Lewandowski]

La noche acabó en fiesta, incluida de Piqué. Gerard se fue con ese espíritu incendiario que tanto le ha caracterizado a lo largo de su carrera y pudo celebrar, como tanto le gusta y él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones. En el vestuario era de los más exaltados.

Sin camiseta y a lo loco. El Piqué de 35 años sigue siendo igual de pasional que el Piqué de 23 años que enseñaba la 'manita' tras el 5-0 del Barça al Madrid en el Camp Nou. En El Sadar se despedía como jugador, tras pasar por los peores meses como profesional de su carrera, pero seguía sintiéndose uno más.

El sentimiento de la plantilla del Barça tras ganar a Osasuna era de reivindicación. Los gritos de los jugadores apelaban a ello, incluyendo el de un Ferran Torres que al entrar al vestuario parecía decir algo así como: "Que sigan inventando".

Xavi, de paso, reforzó la figura del delantero español en rueda de prensa: "Ha ido participando. Tengo confianza en él. Es fuerte, va bien al espacio... es muy generoso en el trabajo. Humilde, currante, fe en él mismo. Yo también tengo fe en él", dijo de Ferran. Era noche de sacar pecho.

La cuenta de Twitter del Barça también se unió al festival. Colgó varios vídeos de la celebración y compartió una foto de Lewandowski y Piqué, los dos expulsados, con un mensaje: "Todo era parte de EL PLAN". En el conjunto azulgrana se quejaron del arbitraje de Gil Manzano por la posible falta sobre Marcos Alonso en el gol de Osasuna y la doble amarilla al delantero polaco.

Final feliz a la última noche de Piqué, el último servicio del central catalán al club de su corazón. Tras el partido y la fiesta fue el único en firmar autógrafos en los aledaños de El Sadar, antes de subirse al autobús del equipo. Geri se fue con polémica, como a él le gusta.