Domingo negro para los Laporta. El Barcelona perdió 3-1 El Clásico y agravó más la crisis del club azulgrana. Unas horas antes, en un restaurante céntrico de Madrid, Joan Laporta i Echevarría, hijo del presidente, fue detenido por malos tratos a su pareja. Además, el máximo dirigente culé perdió los nervios tras el partido e increpó en el vestuario a Sánchez Martínez, árbitro del encuentro, por su decisión de no señalar penalti en una acción de Carvajal con Lewandowski. 

El colegiado incluyó en el acta el acoso de Laporta con estas palabras: "Una vez finalizado el partido y encontrándonos el equipo arbitral dentro del vestuario, accede a él el presidente del FC Barcelona, D. Joan Laporta Estruch, solicitando explicaciones de forma reiterada sobre algunas situaciones del partido. Ante estos acontecimientos, fue invitado a abandonar el vestuario arbitral, sin más incidencia". El mandatario culé podría ser sancionado por el Comité de Competición tras esta acción.

La crisis en el Fútbol Club Barcelona se ha vuelto a agravar en la última semana. A pesar de las importantes y arriesgadas decisiones económicas tomadas en verano para poder realizar fichajes, el equipo de Xavi se encuentra con pie y medio fuera de la Champions y cayó ante el Real Madrid dejando una mala imagen en el Santiago Bernabéu.

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Muy cerca del estadio madrileño, a unas escasas paradas de metro, fue detenido en torno a las 15:00 horas Joan Laporta i Echevarría. El hijo del presidente azulgrana maltrató a su pareja delante de varios comensales, entre los que se encontraban los escoltas de una ministra del Gobierno de Pedro Sánchez. Estos fueron los que, al ver la situación con amenazas y zarandeos, detuvieron al joven de 24 años.

Los hechos sucedieron en un restaurante del número 16 de la calle Miguel Ángel. El hiijo de Laporta sacudió de forma agresiva a su pareja y también se mostró amenazante y violento con la Policía cuando fue detenido. Finalmente, tuvo que acudir el SAMUR para administrarle un calmante.  

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Una hora después dio comienzo un Clásico que convirtió definitivamente en una pesadilla el domingo de Joan Laporta. El Real Madrid fue muy superior de principio a fin y en la primera mitad logró poner un 2-0 que fue una losa para el Barcelona. Solo la salida de Ansu Fati en la segunda parte y el tanto de Ferran Torres lograron meter al equipo de Xavi en El Clásico, pero Rodrygo sentenció de penalti en el descuento. 

La derrota contra el Real Madrid deja muy tocado a Joan Laporta. El presidente logró fichar jugadores como Lewandowski o Koundé tras activar las llamadas palancas. El máximo dirigente azulgrana arriesgó con la venta de activos del club para hacer frente a una situación deportiva que no ha mejorado a pesar de los 153 millones de euros gastados en traspasos. 

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Además, la más que posible eliminación de la Champions, el Inter lograría la clasificación ganando al Viktoria Pilsen, costaría al club más de 30 millones de euros. Laporta presupuestó llegar hasta los cuartos de final y esa suma de dinero que no ingresaría sería un nuevo varapalo a la ya de por sí débil economía culé. 

Laporta siempre dudó de Xavi, de hecho llegó a afirmar que no estaba "aún preparado" solo unos meses antes de que terminara contratándolo como entrenador. De momento el técnico continuará, pero si la eliminación de Champions se consuma el proyecto quedará gravemente comprometido. El pasado miércoles el máximo dirigente azulgrana estalló tras empatar con el Inter en casa y lo volvió a hacer cuando terminó El Clásico, solo que esta vez lo hizo contra el árbitro. 

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Las posibles penas a los Laporta

Sánchez Martínez señaló un claro penalti de Eric García sobre Rodrygo y no pitó una acción de Carvajal y Lewandowski con 2-0 en el marcador en la segunda parte. Laporta acosó al colegiado, víctima de la desesperación por la derrota ante el Real Madrid. También Jordi Cruyff se quejó de la actuación arbitral tras el encuentro: "Lo normal es que al menos se mire la jugada. Nos sorprende, pero que no sirva de excusa".

Sin embargo, el VAR sí que analizó la acción, pero encontró que había sido arbitrada correctamente ya por Sánchez Martínez y que el contacto no era suficiente como para señalar la pena máxima. La desesperación se apoderó de Joan Laporta, que ahora puede ser sancionado económicamente por ir a increpar al colegiado a su vestuario.

A una pena mayor se enfrenta su hijo Guim, ya que fue trasladado a las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), donde se tramitaron las diligencias de investigación por los hechos. Fuentes de la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Madrid destacan que está acusado de un delito de malos tratos y que pasó a disposición judicial.