Luis Rubiales sigue imperturbable ante lo que él denomina como "ruido y falsedades". El presidente de la Real Federación Española de Fútbol se ha llevado de la Asamblea General de la RFEF el respaldo de todos los miembros que han estado este lunes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Tras el caso Supercopa y las denuncias presentadas ante la Fiscalía Anticorrupción y la justicia, el Gobierno está preocupado y quería claridad este lunes. No es suficiente por ahora.

El apoyo fue unánime hacia Rubiales. Después de destaparse los audios e informaciones que comprometían su integridad al frente del organismo, no obtuvo ningún voto en contra en las diferentes propuestas que se debatieron. Tampoco hubo ninguna pregunta o duda de los asambleístas en los turnos programados. Mientras justificaba todas las acusaciones que ha recibido en los últimos meses, presentaba también el mejor presupuesto de la historia de la Federación.

El broche final llegó con el cambio en su retribución. Hasta ahora contaba con una parte variable de su sueldo que le hacía ingresar más por los contratos que firmaba para el ente. De esta manera, Rubiales cobró el año pasado 634.518,19 euros brutos más la ayuda que recibía para su vivienda. Esta última se reduce con la propuesta aprobada este lunes y que entrará en vigor el 1 de enero de 2022, pero, teniendo en cuenta la actualización del IPC, la fija se quedará en 675.761,87 euros brutos.

Luis Rubiales, en la Asamblea General de la RFEF de 2022. RFEF

La Asamblea tenía lugar mientras un trabajador de la Federación, su tío y exjefe de gabinete de la RFEF, Juan Rubiales, era interrogado por Anticorrupción. Además, se registraba una nueva querella en el Juzgado de Instrucción de Majadahonda, que todavía no ha sido admitida a trámite, en la que se le acusa de presuntos delitos de corrupción de en los negocios y administración desleal. Luis, de momento, defiende su gestión y sus asambleístas le creen.

José Manuel Franco había admitido antes de la celebración de esta Asamblea que estaría "atento" a las explicaciones que diera Rubiales. "De lo que se trata es de dejar las cosas claras, ver qué hay de verdad en lo que se ha dicho, que yo nunca dudo de los medios de comunicación", exponía en un desayuno informativo en Madrid. El Gobierno había mostrado en estos días previos su disconformidad con el ruido y ya abrió la puerta a la posible inhabilitación.

El "ruido"

Su defensa la realizó él mismo, pero también se escudó en dos hombres fuertes de la Federación. El comisionado de control externo de la RFEF, Tomás González Cueto, y el secretario general, Andreu Camps, explicaron todo lo referido con el salario de Rubiales, el contrato de la Supercopa de España, la comisión de Piqué con Kosmos y las posibles irregularidades con los fondos públicos que recibe la Federación. Además, anunciaron una investigación interna por si algún trabajador pudiera estar cometiendo alguna otra irregularidad.

Además de los asambleístas, Rubiales recibió otro apoyo especial. El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, le mostró su confianza en un discurso al comienzo de la Asamblea: "Confío plenamente en el trabajo que estás haciendo. Siempre tendréis mi respeto, mi admiración y mi cariño". Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deportes, pedía el viernes pasado "que en la Asamblea se contribuya a pacificar los ánimos para que el fútbol se reconozca por sus éxitos".

Alejandro Blanco, durante la Asamblea General de la RFEF. RFEF

Era el mismo Iceta el que sentenciaba que "a los Gobiernos, los ruidos no le gustan". Es por lo que Rubiales ha involucrado en la explicación a dos personas de su confianza para tratar de despejar las dudas. Camps se encargó de desligar la figura del presidente de una presunta malversación de fondos públicos, mientras que González Cueto hizo hincapié en la comisión de Piqué en el acuerdo con Arabia Saudí y la ayuda a la vivienda que recibe el máximo responsable de la entidad.

Rubiales, que también usó el término de "ruido", explicó que piensa combatirlo con "el rigor por bandera". Él mismo fue quien señaló que "empleados de la Federación estén pasando información y atacando". También se defendió de ese supuesto viaje a Nueva York por asuntos propios pagado por el ente: "La RFEF cubre un viaje para tres personas (...) una soy yo y otros dos son colaboradores. Es un viaje de trabajo con reuniones totalmente acreditadas. Rindo cuentas por mi trabajo, no por nada más". 

A Rubiales todavía le queda un camino judicial que recorrer si se admite a trámite la última querella. Pero la primera pelea está a nivel gubernamental. Desde que AFE pidió al CSD que investigue el caso Supercopa y suspenda al presidente de la RFEF, la pelota está en manos del Gobierno. Son conocidas algunas presiones para que desde este estamento no siga el proceso. Eso evidencia aún más que el temido ruido no se va a ir de vacaciones este verano.

[Más información: Miguel Galán, el azote de la RFEF que tumbó a Villar y ahora va a por Rubiales]

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