La estabilidad en el fútbol español ha durado un par de meses. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga (LFP) confirmaban que la guerra fría que se había establecido desde que ambas entidades firmaron con el Consejo Superior de Deportes (CSD) el conocido como Pacto de Viana se había acabado este martes con los diferentes comunicados que sacaban tras la resolución del organismo gubernamental para aplazar los partidos de Primera División que había solicitado la patronal.

Después de que pareciera que los entes acercaban posturas con su posición contra la Superliga y el fin de la guerra de los viernes y los lunes, su particular disputa ha encontrado otra razón de ser. La guerra que comenzaron la Premier League y La Liga, a la que se unieron algunas otras competiciones después, contra la FIFA y la fecha internacional ampliada para CONMEBOL ha sido el epicentro del regreso de la guerra que venían manteniendo estas organizaciones desde que Luis Rubiales llegó al poder.

Sin que ninguna otra liga europea tuviera un precedente igual, la patronal quiere aplazar partidos por la excepcional situación del parón de selecciones de CONMEBOL. Javier Tebas no quiere que sus clubes que juegan Champions League el martes siguiente no puedan contar con los jugadores que están en Sudamérica esta semana. Después de que la Jueza de Competición denegase la solicitud en primer lugar, ha sido el CSD el que ha atendido a la cautelar para permitir que el Sevilla - Barça y el Villarreal - Alavés busquen nueva fecha.

Rubiales se ha aliado con la UEFA y la FIFA para plantar cara a esta decisión que provocaría un precedente por el cuál LaLiga podría decidir cuándo aplazar un encuentro solo porque falte un jugador de un equipo. Hasta primera hora de la mañana de este miércoles, no habían enviado las alegaciones, que todavía entrarían en plazo. Ya han anunciado que acudirán a la justicia para tratar de impedir que vuelva a suceder, aunque los planes de la patronal es pedir el aplazamiento de los partidos del Real Madrid y del Atlético de Madrid en octubre tras el parón.

Adiós al pacto

El CSD se mantiene firme en su decisión de respaldar el aplazamiento, aunque también ha dejado claro que cuando tengan los argumentos de la Federación, su parecer podría cambiar. Desde el ente gubernamental han defendido que esta decisión es "respetuosa" con todas las partes y "salvaguarda la salud de los jugadores, el tiempo que necesitan los clubes para la preparación de un partido y el plazo de alegaciones de la Federación".

José Manuel Franco no quiere intervenir entre LaLiga y la Federación como hizo Irene Lozano, aunque se ha visto inmiscuido en la guerra por culpa de esta decisión. En sus intervenciones públicas en la misma noche en la que estalló de nuevo el conflicto, dejó claro que estas situaciones no ayudan al progreso, pero que va a atender de igual manera a las peticiones de los dos entes sin querer darle más prioridad a uno u otro. Su postura en este caso es ocasional.

La defensa de la RFEF

La Federación ha hecho los ataques más graves de los últimos años en los comunicados que ha emitido por este caso tanto contra el CSD como contra LaLiga. Con frases lapidarias como que el Consejo "interfiere indebidamente de una manera clara, absoluta y determinante en la autonomía deportiva de las competiciones futbolísticas" o señalar como "terminología barriobajera" las palabras de Tebas sobre esta situación. Era principalmente el segundo comunicado el que encendía la mecha.

Javier Tebas y Luis Rubiales EFE

Su principal defensa es el peligroso precedente de elegir suspender un partido sin pasar por la jueza de competición, así como la desigualdad que se produce con una Segunda División que no se para durante las fechas de selecciones. En todo esto ha encontrado el apoyo tanto de la UEFA como de la FIFA, órganos ante los que también responde Tebas y frente a los que quiere dejar en evidencia Rubiales por la gestión de esta situación.

Un peligroso precedente

LaLiga considera que es una situación excepcional y que, por ello, necesitan este aplazamiento que se volvería a repetir en octubre pero que nunca más volverá a producirse. La culpa radica de FIFA, que concede esos días extra a CONMEBOL perjudicando a los clubes. Al final, se llega a todo esto después de que se tuviera que aplazar un parón de selecciones entre marzo y abril de este año por la Covid-19 y estas situaciones deberían de ir desapareciendo.

Lo que está claro es que los principales perjudicados vuelven a ser los aficionados, que ahora ya están en los campos, que todavía no saben si irán al fútbol este fin de semana o no. La guerra del fútbol español ha vuelto y amenaza con nuevas situaciones de conflicto entre estos dos entes. La supremacía y el liderazgo vuelven a estar detrás de esta disputa que tiene al público agotado y que solo le interesa a los dos contendientes.

[Más información: La RFEF, la FIFA y la UEFA, contra el CSD por el aplazamiento de los partidos de La Liga]

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