La muestra de poder entre los clubes y sus principales jugadores ha quedado en evidencia durante los últimos meses. Especialmente desde que empezó la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, que ha provocado y seguirá provocando numerosos cambios en el negocio del fútbol. Más de un jugador, líder de vestuario, ha optado por dar un giro a su carrera e intentar iniciar otro camino. Sus clubes, sin embargo, se lo han impedido.

Estas operaciones, en otro momento del mercado, podrían haberse resuelto con traspasos millonarios que batieran récords. Así sucedió en su día con Kylian Mbappé (180 millones) o Neymar (222 millones), ambos adquiridos por el PSG en una carrera por ver quién ponía más dinero encima de la mesa. Sin embargo, el lastre que ha dejado la pandemia en las cuentas de los grandes ha borrado por completo ese estilo de negociación.

La ECA llegó a cifrar en 4.000 millones de euros las pérdidas durante las temporadas 2019/2020 y 2020/2021. Y a medida que se han ido cerrando cuentas se ha podido comprobar que el impacto de la pandemia obligará a controlar los gastos durante los próximos años. Pocos clubes se han salvado de resultados en negativo, entre ellos un Real Madrid que ha presentado cuentas con beneficio en ambos años influidos por la Covid-19 hasta rozar los 900.000 euros en la 2020/2021. También el Bayern, que anunció un beneficio de menos de 10 millones de euros en la 2019/2020. Pero, más allá de las excepciones, el golpe ha sido imparable.

Nasser Al-Khelaifi, en la ceremonia del sorteo de la fase de grupos de la Champions League REUTERS

Pese a ello, estos grandes clubes no se han abierto a vender a esas estrellas que por diferentes circunstancias han reclamado una salida del club. Salvo algunos casos como el de Cristiano Ronaldo, que ha dejado la Juventus previo pago del United de cerca de 30 millones de euros o el de Varane, que también jugará en Old Trafford a cambio de 50 'kilos', en su mayoría las entidades han llegado a entrar en guerra con sus estrellas con tal de lograr su continuidad. 

Messi y el burofax

El caso del '10' puede ser uno de los más sonados de los últimos tiempos. Un jugador de referencia, un hombre récord que, pese a llevar al Barça a uno de sus mejores momentos de la historia, llegó a barajar acudir a los tribunales para demostrar que tenía razón. Todo comenzó hace unos meses cuando la Junta Directiva liderada por Josep Maria Bartomeu obvió las peticiones de Messi. El argentino, tras la catástrofe en Champions y los cambios de rumbo del proyecto, pidió salir. El Barça se negó y Messi envió un burofax pidiendo su libertad.

La pelea entre ambas partes duró semanas. Los Messi aseguraban que había una cláusula por la que Leo podía decidir su futuro sin contar con el Barça. El Barça, ya con los números financieros debilitados, reclamaba el pago de una cláusula de 700 millones de euros. Algo imposible y más tras la 2019/2020 de la Covid-19. No había solución alguna y pese a los rumores del Manchester City, el Inter o el PSG, Messi acabó quedándose sin renovar.

Bartomeu, por entonces presidente, se arriesgó a retener a Messi. De no lograr un acuerdo, que muy difícilmente iba a llegar, dejaría escapar a un jugador histórico gratis. Y todo ello después de haber anunciado pérdidas de 97 millones de euros. Bartomeu acabaría dimitiendo ante la convocatoria de un referéndum, pero salvándose de ser el presidente que vendió a Messi del Barcelona. Meses después, la cosa ya no tenía remedio.

Laporta intentó renovar a Messi y, agotado el plazo, ambas partes llegaron a un acuerdo. Ya era tarde, pues la situación económica del club hacía imposible que LaLiga aceptara la legalidad del contrato de Leo. El argentino, que según algunas estimaciones generaba menos de lo que cobraba, se fue gratis a un PSG que meses atrás podría haberse replanteado pagar un precio simbólico de traspaso que diera algo de respiro a las cuentas azulgranas. Bartomeu lo impidió y Messi se marchó. El Barça, ahora, prevé 500 millones de pérdidas.

Harry Kane, imposible

El delantero inglés, después de quedar subcampeón de Europa con su selección, tendrá que continuar una temporada más en el Tottenham. Kane es uno de los delanteros más preciados del continente. Su estilo particular y su capacidad goleadora así se lo han permitido. Sin embargo, en el Tottenham no aspira a ganar los grandes títulos y su contrato hasta 2024 no facilitan que pueda tomar demasiadas decisiones.

Pese a ello, parecía que este verano era el idóneo. El Manchester City buscaba delantero y Kane estaba por la labor de salir del Tottenham. Quería iniciar una nueva carrera en busca de grandes retos. Sin embargo, su presidente, Levy, no lo iba a poner fácil. El dirigente siempre se ha caracterizado por su dureza a la hora de negociar, como se ha demostrado con casos como los de Modric, Bale o Pochettino, y finalmente acabó saliéndose con la suya.

El líder del Tottenham reclamaba 150 millones al City. Cantidad que ni los petrodólares que tanto han acompañado a Guardiola (2.000 millones de gasto desde su llegada) podían abordar. Kane, por lo tanto, ha asumido que se quedará esta temporada en el club a la espera de ver qué pasa en el futuro. Su contrato es diferente al del resto de estrellas por su duración, pero el Tottenham ha perdido la oportunidad de olvidarse de los más de 70 millones de pérdidas anunciados el año pasado.

Erling Haaland celebra un gol con el Borussia Dortmund en la 2021/2022 Reuters

El Dortmund se cierra 

El conjunto alemán cuenta en sus filas con Erling Haaland. El delantero noruego es uno de los nombres de moda y se cotiza alto en el mercado. Tanto que el Dortmund ha intentado superar los 150 millones de euros de traspaso en plena crisis económica. El precio no lo ha alcanzado ningún club, pues resulta imposible hasta para los equipos de los petrodólares reforzarse con varios jugadores gastando 150 'kilos' en solo uno. Por ello, todo apunta a que Haaland continuará en el Borussia esta temporada.

El jugador acaba contrato en 2024. Sin embargo, es conocido por los grandes equipos que en 2022 entra en juego una cláusula que le dejaría salir por solo 75 millones de euros. Una cantidad a la que probablemente habría que sumar la comisión requerida por los agentes del jugador, pero que reduciría ligeramente los 150 requeridos por el Dortmund. Pese a ello, la entidad germana se ha cerrado en banda: Haaland seguirá salvo cambio de última hora y previo pago de 150 millones.

Por el camino, el Dortmund perderá la oportunidad de plantar cara a los más de 100 millones de euros en pérdidas cosechados las dos últimas campañas. Y, además, correrá el riesgo de que le quiten a Haaland por menos de los 150 millones requeridos pese a que el jugador estaba dispuesto a abandonar el club este verano.

El 'caso Mbappé'

Está siendo el más complicado de todos, especialmente porque los rumores sobre la salida de Mbappé del PSG llevan sucediéndose varios veranos. Sin embargo, teniendo contrato hasta 2022, no ha sido este último curso donde su estancia en el conjunto parisino se ha visto con fecha de caducidad. Fue el propio Mbappé, de hecho, el que hizo saltar las alarmas en el club francés ante las dudas sobre su renovación.

Era la temporada 2019/2020. Enero, después de un partido del PSG y con las televisiones siguiendo al delantero galo. Mbappé fue claro: estaba estudiando la oferta de renovación. No tenía por entonces seguridad de continuar o no. Su palabra fue "reflexionando" y su indecisión se dividía en buscar otro proyecto o firmar una renovación de larga duración con el PSG. El camino escogido sería el primero.

Mbappé se marchó a la Eurocopa sin confirmar su futuro y rechazando las ofertas de renovación que el PSG le proponía. Pese a ello, el club insistía por todos sus medios y rechazaba cualquier opción de que abandonara el equipo. Y todo mientras se anunciaban más de 200 millones de euros de pérdidas que hacían saltar las alarmas. Una atmósfera complicada y que no ha cambiado con el inicio de esta nueva campaña. Es más, ha empeorado porque Mbappé ha vuelto a negarse a renovar y el PSG ha optado por retenerle por todos los medios.

Kylian Mbappé, en un entrenamiento del PSG en la temporada 2021/2022 Reuters

Vista la situación, el Real Madrid aprovechó para enviar una oferta oficial al PSG. La estrategia siempre había sido respetar al club parisino y no pujar por el jugador si el club no le ponía en el mercado. Pese a ello, la estrategia de la entidad gala de retener a Mbappé de cualquier modo obligó a enviar esa propuesta de 160 millones y la posterior de 180 (170 más diez en variables). Las intenciones, así, están claras: Madrid y Mbappé quieren unir sus caminos y el PSG solo tiene que aceptar.

El mercado está devaluado y el PSG tiene una plantilla donde la combinación de altos sueldos pondría muy en duda la eficacia del Fair Play Financiero. Además, se cumple el requisito de Leonardo de no perder con Mbappé, igualando el Real Madrid los 180 'kilos' que en su día se pagaron al Mónaco. El PSG, ni con todas estas aristas, ha sido capaz de facilitar la venta de Mbappé.

Por ello, el Real Madrid se ha plantado. Si la operación no se cierra el lunes, el club esperará a enero para firmar gratis a Mbappé. El PSG, por una estrategia errónea, perdería así 180 millones de euros y dejaría salir como agente libre a su principal referencia. Mbappé, de cualquiera de las dos maneras, cumpliría su objetivo de vestir de blanco, pese a que la presión sufrida estos días sea irreparable.