Jornada clave para el futuro de la Copa América. El torneo de selecciones que organiza la Conmebol, y que se iba a desarrollar en Brasil tras dos cambios de sede, será debatido en la Corte Suprema del país tras dos recursos presentados por la oposición a Bolsonaro. Será este organismo el que decida si cabe la opción de suspender el torneo o si, por el contrario, pueden seguir adelante todos los preparativos.

La sesión de urgencia tendrá lugar este mismo jueves y participarán todos los miembros de la Corte de forma virtual. Tan solo 24 horas después, el viernes, se dará a conocer la decisión final. Dos días después, el domingo, está previsto que se dispte el partido inaugural de la Copa América entre Brasil y Venezuela. En función de lo que decida la Corte Suprema se podrá disputar o no.

Partido Socialista Brasileño (PSB) y la Confederación Nacional de Trabajadores Metalúrgicos han sido los que han impulsado los diferentes recursos contra la celebración de la Copa América en territorio brasileño. Las razones que han esgrimido no son otras que las sanitarias. Y es que Brasil, según los últimos datos, sigue sumando más de 1.000 fallecidos diarios a causa de la pandemia de la Covid-19.

La selección brasileña levantando la Copa América EFE

El Supremo, por medio del magistrado Ricardo Lewandowski, ya pidió explicaciones e información a Bolsonaro sobre la celebración de la Copa América. Una petición que se produjo horas después de que se confirmara Brasil como sede y que, apenas una semana después, tendrá un amplio y vital debate en la Corte Suprema. Una suspensión desbarataría todos los planes de la organización. Por el momento, ya hay jugadores que han pedido la cancelación.

La crisis de la Copa América

La organización del torneo ha estado repleta de complicaciones desde el año pasado. Al igual que la Eurocopa, la Copa América se vio obligada a aplazar la fecha de disputa por culpa de la pandemia. Sin embargo, la evolución y el tratamiento de la Covid-19 en Europa y en Sudamérica ha sido muy diferente. Tanto que, mientras en la Eurocopa se está intentando incluir el máximo de aficionados posibles en los partidos, en la Copa América ya se ha descartado la posibilidad de que pueda haber público en cualquier partido. Pero ese no ha sido el único inconveniente.

Cabe recordar que la Copa América, inicialmente, se iba a disputar en Argentina y Colombia. Una doble sede que facilitaría el movimiento de aficionados. Una situación que, como consecuencia de las revueltas en las calles de Colombia contra Iván Duque, se tuvo que modificar a apenas unas semanas del inicio. La Conmebol arrebató la sede a Colombia y dejó todos los partidos en territorio argentino. Tras un largo debate en el ejecutivo de Fernández, las medidas sanitarias previstas fueron más duras de lo que se pretendía en la Conmebol, y se optó por buscar una nueva sede.

Fue ahí cuando, contra todo pronóstico, apareció Brasil. Bolsonaro propuso el país para albergar todos los encuentros y la Conmebol aceptó. Una decisión muy polémica por los datos sanitarios que se acumulan y que ha llegado hasta la Justicia en la Copa América más extraña de los últimos años.

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