El verano atípico de fútbol tuvo un episodio principal con la Segunda División. Todo lo que sucedió en torno al partido Deportivo de La Coruña - Fuenlabrada puso patas arriba la actualidad del país. Pero, dejando a un lado la disputa deportiva, hubo un grupo de personas confinadas en un hotel, lejos de sus familias y, en los peores casos, sufriendo las consecuencias de la Covid-19. El que peor lo pasó fue Chico Flores (Cádiz, 1987), que pasó por el hospital durante seis días.

Este central ha decidido, después de esta experiencia, dar un paso a un lado en el mundo del fútbol para disfrutar de su familia, lo que no pudo hacer ni cuando regresó a Fuenlabrada después de esos infernales días en Galicia. El hecho de que el partido finalmente se jugase, sin él en el campo, el Deportivo marcase en el último minuto del partido de penalti y el equipo madrileño se quedase sin jugar la fase de ascenso, aunque le fastidió, quedó en un segundo plano. Lo importante es que se había acabado la pesadilla.

La decisión estaba tomada, incluso confiesa que si hubieran conseguido el ascenso, también habría dado este paso al lado. Este hombre de fútbol, trotamundos por Italia, Inglaterra, Catar y Rusia no quiere que este sea el final, pero sí va a dar prioridad a los suyos. Con dos niños pequeños, después de no haber podido disfrutar prácticamente del nacimiento de la segunda, necesita este tiempo. Una muestra de que los deportistas no son extraterrestres, también son personas.

Chico Flores, con la camiseta del Fuenlabrada EFE

Chico ha atendido a EL ESPAÑOL ya desde su Cádiz natal, con la mudanza finalizada y con su retoño al lado, un momento que durante este año no ha podido prácticamente tener. El ya exjugador detalla lo vivido en esos días que le ha hecho finalmente tomar una decisión que nunca le hubiera gustado tomar, pero, después de este tiempo, la familia prima.

Un mes después está viviendo su particular nueva normalidad.

Poco a poco voy recuperando la normalidad. Ha sido un año muy complicado con esto del virus. Al final te hace recapacitar, pensar tranquilamente y darte cuenta de lo que es realmente importante en esta vida. Hay muchísimas personas que han perdido a gente de su familia. Los futbolistas estamos en una burbuja, pero al final el virus no hace diferencias.

Yo pasé tres confinamientos. El de todos, el de Coruña y luego otra vez en Fuenlabrada. Mi familia se tuvo que marchar para no coincidir conmigo. Fueron unos momentos complicados. Gracias a dios ha pasado todo y ahora disfruto de mi familia y de los niños que es lo que ellos quieren y lo que yo veía más sensato.

Este año Chico ha cambiado mucho.

Con 33 años aún me considero joven y creo que me quedan años de fútbol. Pero creo que dar un paso al lado era lo más sensato. Lo pensé con la familia y conmigo mismo. Lo que me hizo recapacitar fueron los seis días en el hospital. Hacía videollamadas con mi mujer y mis hijos. El de 3 años me decía: "¿Pero por qué te vas otra vez papá?".

Unos años atrás, cuando estaba en Rusia, mi mujer se tuvo que volver antes a España con el embarazo. También estuvimos separados ese tiempo con la niña tan pequeña. Han sido años bastante complicados, no he estado todo el tiempo que me hubiera gustado con ellos. Quieras o no, te pones a pensar y los niños crecen muy rápido. Necesitan mi tiempo y yo necesito el suyo.

Esos días en los que estaban confinados se dijeron muchas cosas como que iba en vuestro salario y que no pasaba nada porque estuvieran así. Se dejaba a un lado a la persona y solo se les veía como futbolistas, como trabajadores.

Se escucharon muchísimas cosas. Nosotros intentábamos aislarnos de todo esto. El fútbol y cualquier cosa quedaban en segundo plano. Se nos atacó muchísimo y lo estábamos pasando muy mal. Estuvimos separados de nuestras familias, no podíamos ver ni al compañero de la habitación de al lado, nos dejaban la comida en la puerta, no podíamos asomarnos ni a la ventana...

"Con 33 años aún me considero joven y creo que me quedan años de fútbol. Pero dar un paso al lado era lo más sensato"

Fueron momentos bastante duros. Nunca he querido entrar, pero sí que es cierto que se han dicho muchas mentiras. Aquí hay cosas que cualquier persona con dos dedos de frente... Yo que soy padre, hijo, marido, si veo que alguien se ha subido infectado al avión, soy el primero que no subo. Nosotros no hicimos nada, seguimos un protocolo. Ahora ha habido más positivos en otros equipos. El virus no mira a nadie.

De hecho ahora se están jugando algunos partidos y después han salido positivos.

Pues claro, es normal. Yo estuve seis días en el hospital y no me dejaban ni ducharme. Me traían esponjas con jabón para que no saliera el vapor. En el hotel no nos dejaban ni poner el aire acondicionado. Son muchísimas cosas de las que tú no tienes culpa. El virus se ha metido en la sociedad y tenemos que intentar convivir con ello. 

Después de pasar por ese hospital, ¿esa experiencia es la peor que ha vivido en su vida?

Me cogió esos días que estaba tomando antibióticos porque tenía dolores en la espalda y tenía las defensas bajas. Me afectó bastante esos días. Si ya una persona con gripe normal le da fiebre y te deja mal, esto era el triple. Perdimos el gusto y el olfato... se hizo bastante difícil.

En lo deportivo, por mucho que se dijera del Deportivo, no había nadie más afectados que nosotros. Lo que nos ganamos en el campo, al final no lo pudimos certificar sobre el campo. El partido se jugó con siete profesionales, si se lesionaba o expulsaban a alguien podíamos perder el partido, todo fue un desastre.

El día del partido qué sintió, ¿más rabia por el hecho de no se habían clasificado o más alivio porque se había acabado todo?

Parte de las dos. Alivio porque había acabado todo, que cuando empezó era una pesadilla, y sentimos rabia porque llevas toda la temporada luchando y ganándote todo lo que nos ganamos en el campo, solo nos faltaba un punto, y no nos clasificamos. El Fuenlabrada estaba por primera vez en su historia en Segunda y clasificarnos para la fase de ascenso era hacer aún más historia.

En el fútbol hay momentos buenos y malos, siempre digo que de los momentos negativos hay que sacar lo positivo. Hay que seguir adelante y echarle huevos a la vida.

¿Si hubieran ascendido, se replantearía la decisión de dejar el fútbol?

No lo sé, puede ser que tomase la misma decisión. Seguramente la hubiera tomado. El año fue el que fue. Hubiéramos terminado mucho mejor, evidentemente. Al final el que ha ascendido fue el Elche, el sexto clasificado.

Chico Flores, el día que salió del hospital en La Coruña EFE

Yo no estoy empezando en esto. No tengo 16, 18 o 20 años. Tengo 33 y creo que tengo una trayectoria larga. He jugado en muchos equipos y en diferentes países. No creo que tenga que demostrar nada ya. Lo que me hizo recapacitar es que vine de Coruña y prácticamente empezábamos ya la siguiente temporada. No iba a disfrutar de mis hijos.

Cuando le preguntas a alguien si quiere llegar a lo más alto en su carrera te dirá que sí, pero personas que han perdido a familiares por el tema del Covid, dejarían todo de lado otra vez para que pudieran estar de nuevo con ellos. Todo esto se está complicando otra vez y quería proteger a mi familia. Quiero cuidarlos para que no pasen por lo mismo que pasé yo.

Pasó con Fali en el Cádiz, pero creo que todos los futbolistas tenían cierto recelo y no se sentían seguros al cien por cien.

Claro. Es que no sabes la reacción del virus. Es algo nuevo que ha llegado a la sociedad. Muchas veces el personal sanitario tampoco sabía como reaccionar. Nosotros somos futbolistas, pero lo mismo pasa con los carpinteros, cualquier persona que no sepa sobre el tema. Sigues los pasos que te da el personal sanitario, pero lo puede coger cualquiera.

En los últimos días está afectando incluso a niños pequeños y personas jóvenes. La verdad es que te asusta y te da miedo por los niños, por mi madre que está en ese perfil de riesgo. Lo que quieres es cuidar de la mejor manera posible a tu familia.

¿Es un adiós definitivo o se va a dar un período de tiempo?

Todo el mundo me conoce como futbolista y otra mucha gente como persona. Saben que el fútbol es mi vida. Es algo momentáneo. He decidido dar este paso, pero al venir de Coruña ya tenía ganas de entrenar. Ha sido mi rutina durante toda mi vida, pero ahora hay cosas más importantes.

La vida cambia, tienes niños, hay que priorizar otras cosas. En cuanto lo comuniqué, el día siguiente quería ir a entrenar. Veremos ahora en diciembre o si el próximo año me lo replanteo. Si no lo veo claro, me estoy preparando y formando como entrenador que eso me encantaría. Sería un bonito reto para seguir relacionado con el fútbol.

Siempre he vivido el fútbol al máximo. Mi personalidad me hace vivirlo así. Yo quiero seguir viviendo el fútbol desde el terreno de juego y el camino de entrenador me lo permite. Desde niño tenía claro que quería ser futbolista y ahora que la estoy acabando me encantaría ser entrenador.

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