Kepa Arrizabalaga (Ondárroa, 3 de octubre de 1994) está a punto de poner el punto y final a nueve meses de idas y venidas con la afición del Athletic Club. El portero pasó de héroe a villano cuando estuvo a punto de recalar en el Real Madrid. Después se convirtió en el canterano perfecto al renovar con el equipo vasco y ahora romperá ese contrato para firmar por el Chelsea

Todo comenzó a finales de noviembre del pasado año con el interés del Real Madrid. El club blanco tenía en su radar al joven guardameta para reforzar su portería. Una cláusula baja, de solo 20 millones, en un mercado loco era una gran oportunidad para un equipo merengue que está apostando por fichajes jóvenes a buen precio. Además, la entidad presidida por Florentino Pérez estaba dispuesta a esperar a junio de 2018, cuando terminaba la vinculación del futbolista con el Athletic, para firmar al internacional español gratis. 

En enero todo parecía cerrado para que Kepa finalmente llegara al Madrid. Incluso estuvo en la capital de España pasando reconocimiento médico. Sin embargo, hubo dos circunstancias que echaron por tierra el fichaje. La primera fue la lesión del portero y su decisión irrevocable de no operarse para asegurarse su presencia en el Mundial, lo cual iba en contra de la opinión del club blanco. Y la segunda, y más importante, Zidane se negó a su llegada en el mercado de invierno para no perturbar el ambiente en el vestuario. 

Kepa renueva con el Athletic. Foto athletic-club.eus

El día 22 de ese mismo mes de enero, el Athletic oficializaba la extensión de contrato de Kepa con una gran mejora de salario incluida. Además, Urrutia blindaba a la perla de Lezama con una nueva cláusula de rescisión de 80 millones de euros. El portero lograba de esta forma evitar el banquillo hasta el final de temporada y ganarse una plaza fija en la lista de Lopetegui, por aquel entonces seleccionador, en Rusia. 

La relación entre Kepa y el Real Madrid llegaba a su fin sin consumarse. Desde aquel momento, el campeón de Europa puso sus ojos en otros guardametas: Alisson y Courtois. Por su parte, el vasco volvía a vivir un idilio con los seguidores del Athletic y recuperaba la tranquilidad después de unas semanas muy difíciles. 

Courtois dirigiéndose a la afición del Chelsea Reuters

La campaña terminó y Zidane dejó el banquillo merengue, no sin antes levantar otra Champions. Lopetegui fue nombrado su sucesor y Rubiales destituía al seleccionador en un ataque de locura a solo 48 horas del debut en el Mundial. La aventura de Kepa en Rusia terminó en octavos y sin haber disputado ningún minuto en la gran cita. 

Por su parte, el nuevo entrenador del Real Madrid eligió a Courtois como el ansiado cancerbero que debía llegar al Santiago Bernabéu para competir con Keylor Navas. El belga estaba así muy cerca de cumplir su deseo... y el que una vez fue de Kepa. Cosas del destino, con el cierre del mercado apretando, el Chelsea decide lanzarse a por el portero del Athletic ante la dificultad de encontrar a un sustituto y con Thibaut declarado en rebeldía para forzar su traspaso al conjunto blanco. 

Un fichaje de récord mundial

El vasco no dudó en dar el 'sí quiero' a Sarri y al Chelsea en menos de 24 horas. El internacional español dejará 80 'kilos' en las arcas del Athletic, pero la afición vuelve a sentirse engañada por uno de los mejores productos que ha dado la cantera rojiblanca en los últimos años. El destino ha querido que sea Kepa, aquel embrión de fichaje madridista, el que desbloquee la situación de Courtois y permita a Florentino Pérez fichar al guardameta deseado. 

Un efecto dominó que terminará con Kepa en Londres y Courtois en Madrid. Las cosas del mercado. Y de fondo, el duelo que mantendrá el nuevo futbolista blue con De Gea en la Premier por ser el elegido de Luis Enrique en la portería de la Selección. Ahora competirá de tú a tú con el otro gran guardameta español del momento y que ha dejado de ser intocable tras un Mundial más que irregular. Un paso adelante en la carrera de Kepa que llega tras una operación frustrada, una renovación millonaria y un fichaje que le convierte en el portero más caro de la historia superando a Alisson y Buffon.

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