El Barcelona dice ser més que un club, “el ejército simbólico y desarmado de Cataluña”, como lo bautizó Manuel Vázquez Montalban. Históricamente, por unos u otros motivos, el club ha tomado partido a favor de la independencia o, en este momento concreto, en defensa del referéndum ilegal promovido por Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat. Ya en 1918, por ejemplo, se sumó a la campaña por el Estatuto de Autonomía patrocinada por Francisco Cambó. Un primer gesto que se une a otros muchos y que ejemplifica el papel que ha jugado el club desde sus orígenes, diferenciando entre catalanes y españoles, promoviendo campañas dentro del Camp Nou a favor de la secesión y gritando de forma rutinaria independencia en el minuto 17 y 14 segundos. ¿Y qué ha provocado esto? La desafección de una buena parte de la masa barcelonista que se encuentra en el resto de España. Los motivos son los siguientes…



MEZCLAR POLÍTICA Y FÚTBOL



El Barcelona, como cualquier club de fútbol, no necesitaría hablar de política. Para qué. Su función social es formar un equipo, intentar jugar lo mejor posible y ganar el máximo de títulos. A partir de ahí, ¿por qué se ‘moja’ a la hora de opinar sobre la independencia o apoyar el referéndum ilegal promovido por Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat? He ahí la cuestión. El club, en un comunicado, condenó “cualquier acción que pueda impedir el ejercicio pleno de estos derechos” y apoyó a “todas las personas, entidades e instituciones que trabajan para garantizar estos derechos”.



Esto ha provocado una desafección entre ciertos sectores barcelonistas. La Asamblea de peñas de la Federación de Castilla y León, por ejemplo, reaccionó al comunicado en un artículo en SPORT reafirmándose, por un “resultado unánime”, en la contrariedad al comunicado del club. “Más Barça y menos política, la política al Parlamento”, reconoció.



PITOS AL HIMNO



Final tras final, el aficionado del Barcelona ha tenido que soportar como el club promovía y favorecía que se pitara el himno. Por ejemplo, dejando que la ANC (Asamblea Nacional de Cataluña) repartiera esteladas antes del encuentro y, después, escuchando, en el mismo estadio, como una mayoría de culés pitaba el himno. Un gesto, obviamente, que es símbolo de libertad, pero que también es irrespetuoso con los seguidores que no son independentistas o que llegan de otras Comunidades Autónomas. Y lo mismo ha ocurrido en la Champions League, donde el club, una y otra vez, se ha visto expuesto a ser sancionado por exhibir esteladas.



EL CAMP NOU, TERRITORIO INDEPENDENTISTA



Fernando Santiago contaba en La Razón en 2016, a raíz de la ida de cuartos de final de la Champions, como le habían requisado la bandera y la bufanda de España a su entrada al Camp Nou. El estadio del Barcelona, muchas veces definido por los directivos del club como “un territorio de libertad”, ha favorecido, históricamente, que se exhiban banderas o proclamas independentistas. Sin ir más lejos, en el partido contra el Eibar, la afición pidió el "sí" en el referéndum del 1-O.



PEÑAS DE LOS ‘PAÏSOS CATALANS’ Y DEL RESTO DE ESPAÑA



El Barcelona, en su página web, diferencia entre peñas de los ‘països catalans’ y las del resto de España. En una pestaña, aparecen las agrupaciones que pertenecen a Cataluña, Andorra, Comunidad Valenciana e Islas Baleares, y en otra las del “resto de España”. También incluye otro grupo con las del “resto del mundo”. Un gesto que no gusta a muchos. Por ejemplo, la Peña Barcelonista Sidrería Belén de Oviedo, en un comunicado a Mundo Deportivo, “lamentó que la junta directiva del Barcelona no respete la pluralidad de los miles de socios, peñistas y simpatizantes en la actual situación de Cataluña”, en referencia al apoyo del club al 1-O.

Països catalans.

Peñas de resto de España.

LA INDEFINICIÓN SOBRE LA LIGA CATALANA



El Barça apuesta por el sí en el referéndum y por la independencia, pero, en cambio, no es tan claro a la hora de hablar sobre una posible liga catalana. Carles Villarrubí, vicepresidente del Área de Relaciones Internacionales e Institucionales del club, durante la Diada, no se quiso mojar: “El Barça jugará donde lo hagan el Espanyol y el Girona”. ¿Por qué esta indefinición? Obviamente, porque a los culés, económicamente y deportivamente, les beneficia seguir perteneciendo a la Liga. Y, eso, para el seguidor barcelonista suena a aquello que decían los abuelos: “Por el interés te quiero Andrés”. Y poco más que añadir.

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