El nuevo debate – ficticio - de moda referido al Madrid es si es mejor su equipo B que su equipo A. O que si habría que combinar A con B. O que quizás lo mejor es que (A+B)/(B-A)*(A*B)2 sea igual o menor a la paciencia que tiene Zidane en las ruedas de prensa para templar, sonreír y no ser maleducado o descortés cuando le mencionan la cuestión.

Nunca, repito, NUNCA ningún entrenador del primer equipo del Real Madrid ha gestionado mejor a la TOTALIDAD de su plantilla que Zinedine Zidane. Me refiero a los tiempos desde Miguel Muñoz a la actualidad. Más allá de Muñoz, sinceramente, no puedo hablar si no es tirando de polvorientas hemerotecas y estadísticas incompletas. Hace años, no tantos, todos los equipos tenían un once titular y tres, máximo cuatro recambios, a lo largo de cada temporada. Eso, con la excepción en forma de plagas de lesiones o epidemias – nada comunes ni frecuentes – de sanciones.

Cualquier madridista de una cierta época recuerda de carrerilla aquellos onces titulares como el de: Betancort; José Luis, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Amancio, Fleitas, Grosso, Velázquez y Gento. Yo, sin ser colchonero, me acuerdo perfectamente de Rodri; Melo, Jayo, Calleja; Adelardo, Iglesias; Ufarte, Luis, Gárate, Alberto y Salcedo. Podría repetir sin esfuerzo la del FC Barcelona o la del Valencia de aquel momento. Más cercana está la época de la Quinta del Buitre o del Barça del “Dream Team” de Cruyff. Incluso el Atleti del doblete. Se trataba siempre de onces de memoria con unos pocos complementos.

Hoy en día, un equipo top que juega Champions League juega entre 50 y tantos y 60 partidos entre Liga, Copa de Europa y Copa del Rey, alguno más si ha jugado Supercopas (de Europa o de España) o Mundial de Clubes. A esa enorme cantidad de partidos hay que añadir los seis-ocho encuentros de selecciones (amistosos u oficiales) que se juegan en septiembre, noviembre, marzo y junio. Por no mencionar los diversos campeonatos continentales de selecciones o los Campeonatos del Mundo. Un Real Madrid, por ejemplo, en cuya plantilla hay unos 20 internacionales, puede tener jugadores que en temporadas normales jueguen casi 70 partidos, la mayoría de ellos, exceptuando las primeras rondas de la Copa del Rey o algún amistoso de selecciones nacionales, francamente importantes y trascendentales por los puntos en juego o por las eliminatorias en los torneos de KO.

70 partidos contra 40-45 que se jugaban en aquellas temporadas con ligas de 16-18 equipos y con menos rondas (y menos equipos participantes) en los torneos continentales. Había casos en los años 70 y 80 en los que todo un Madrid o un Barcelona caían eliminados en 1/16 o en 1/8 de final de un torneo europeo, con lo cual desde el mes de septiembre prácticamente todos los miércoles tenían el calendario libre hasta que llegaba la disputa de la Copa del Rey.

Hoy en día esto ya no es así. Por lo tanto, las plantillas deben de ser más amplias y polivalentes que nunca. Y en eso es donde ha salido a relucir la maestría de ZZ en la gestión de su plantilla. Resulta curioso observar que el jugador que ha intervenido en más partidos de Liga ha sido Lucas Vázquez (!) , 30 en total. Le siguen en número de partidos Marcelo con 28 e Isco (!) con 27. Con 26 ya estarían los Cristiano, Kroos, Nacho y Benzema. Quién lo diría, ¿verdad? Es decir, que los supuestos integrantes de la mal llamada “Unidad B” (Lucas, Isco, Nacho) han sido utilizados en mayor número de partidos (que no en número de minutos) que los de la “Unidad A”, como Carvajal (23), Modric (22) o Casemiro (21).

Jugadores que supuestamente no juegan nunca han sido frecuentemente utilizados: Morata (23), Kovacic (23), Asensio (20) o James (19). Insisto, no hablo de minutos. Pero si hablamos de minutos sorprendería ver que Kovacic (1483’) ha jugado más que Casemiro (1421’). O que Nacho sea el defensor, junto con Sergio Ramos, que más minutos ha jugado de todo el plantel defensivo (más de 2100 minutos cada uno). Así que no seamos demasiado simplistas en los análisis. En supuestas sesudas tertulias futboleras se dice demasiado frecuentemente que este o aquél no juegan nunca, que están marginados por el entrenador, etc. Es rotundamente falso. Ni los supuestos “B” han jugado sólo minutos “basura” ni los teóricos “A” han jugado sólo minutos “caviar”.

Como bien decía Lucas Vázquez hace bien poco en “Campo de Estrellas”, prefería jugar “ratitos” en el Madrid que partidos enteros en cualquier otro equipo del mundo. Es cuestión de tener una mentalidad adecuada y las ideas bien claras. ¿O acaso los minutos que ha jugado Asensio contra el Bayern (fueron dos “ratitos”), o Isco contra Bayern y Atlético en Champions, o James contra el Barça o Lucas el pasado martes contra el Atleti (15 minutos) se consideran “basura”? Asensio, James, Isco, Lucas, Morata, Kovacic, todos ellos han tenido durante toda esta temporada comportamientos ejemplares tanto en el terreno de juego como en el banquillo como delante de los medios de comunicación.

Es cuestión de manejo de plantilla y, estoy seguro, de hacerles comprender a todos (¡incluido Mariano, incluido Coentrao!) que todos, absolutamente todos, son importantísimos, vitales para los objetivos comunes del equipo. Si no fuera así, ¿cómo es posible que cualquiera que entra (aunque en el partido anterior le hubiera tocado ir a la grada, ni siquiera al banquillo), está tan “enchufado”, si no más, que el que sale sustituido?

No está de más recordar, por si alguno no lo recuerda a veces, que sólo pueden jugar 11 jugadores de principio y hay un máximo de tres cambios en cada partido oficial. Máximo 14. Pues bien, 19 jugadores de la actual plantilla, 19 repito, han jugado más de 1000 minutos en Liga esta temporada. Y el vigésimo, Kiko Casilla, ha jugado 10 partidos (10!) completos, es decir 900 minutos. 20 jugadores por lo tanto han jugado un MÍNIMO de 10 partidos completos cada uno, ya bien en su totalidad o bien repartidos en muchos “ratitos” en más de 10 encuentros. 20 jugadores que han sido utilizados con bastante frecuencia cuando en cada partido tan sólo pueden saltar 14 al campo como máximo.

Insisto en lo que decía al principio. Ni con Muñoz, ni con Molowny, Miljanic, Boskov, Di Stéfano, Amancio, Beenhakker, Toshack, Floro, Valdano, Capello, Del Bosque, Queiroz, Luxemburgo, Juande Ramos, Pellegrini, Mourinho, Ancelotti o Benítez. Con ninguno de estos se rotó más y mejor a una plantilla de amplísima calidad (que las ha habido, y muy muy buenas en otros años) como con Zizou.

No tengo bola de cristal y no sé qué pasará la temporada que viene. No sé si – como dicen tantos y tantos gurús – Morata o James o Isco o Nacho o Danilo seguirán el año que viene. Pero lo que sí sé, porque lo veo en cada partido, es que cada vez que todos ellos, o cualquiera de ellos, salta al terreno de juego, ya bien como titular ya bien como sustituto, se dejan la piel en cada carrera y en cada minuto que Zidane les concede. Y no suelo ver muchas “caritas” ni en sustituidos ni en integrantes del banquillo. Ni muchos cuchicheos. Ni declaraciones disonantes. Suelo ver más bien mucha piña y enorme alegría cuando se marca un gol y bastantes muestras de solidaridad y compañerismo cuando el resultado no ha sido bueno.

A Zidane, para criticarle con sorna, muchos le llaman “alineador” y, como gran halago, pero de manera irónica, “buen gestor de recursos humanos”. En una plantilla con tanto talento como la actual del Real Madrid, como en el manejo de equipos humanos de élite, la gestión de los egos y la adecuada administración a la hora de equilibrar méritos y capacidades, es quizás la tarea más complicada de conseguir. No pongamos ejemplos negativos, suficientemente conocidos, de grandes estrategas del fútbol que no han sabido gerenciar adecuadamente a plantillas con potencial futbolístico similar a la actual del Real Madrid. Cualquier experto en coaching sabe lo difícil que es, no ya motivar, sino mantener la motivación a todos los miembros de un equipo humano durante un largo periodo de tiempo continuado.

Cuando a Zidane le preguntan por Equipo A o B, su mejor respuesta es su sonrisa, esos tres o cuatro segundos que emplea para inhalar oxígeno, y una respuesta más o menos disuasoria, a veces irónica pero siempre humilde y adecuada. Zidane sí que es un líder de categoría A en todas sus facetas de entrenador. Una bendición para el madridismo.