Londres

Después de 27 años, la justicia británica ha exonerado a los aficionados del Liverpool de ser los culpables de la muerte de los 96 hinchas del equipo fallecidos por asfixia en la avalancha del estadio de Hillsborough en 1989. El veredicto del jurado ha concluido que los aficionados “murieron de forma ilegal” y encontró errores importantes de la policía y señaló que el máximo responsable policial, el superintendente David Duckenfield, fue “responsable de homicidio imprudente por negligencia grave”.

El jurado, compuesto por nueve personas, también concluyó que se produjeron fallos en la certificación de la seguridad del estadio, que había señalización inadecuada, que la policía no declaró la magnitud exacta de los incidentes, lo que provocó el retraso de la reacción de los servicios de emergencia, que los defectos del estadio contribuyeron al desastre y que la policía provocó una situación peligrosa en las puertas giratorias.

Los hechos acontecieron en 1989 durante el encuentro de semifinales de la FA Cup entre el Liverpoool y el Nottingham Forest en el vetusto estadio neutral de Hillsborough en Sheffield. Mientras se disputaba el partido se produjo una avalancha en la grada donde se encontraban los aficionados del Liverpool debido a que habían dejado entrar a más personas de las que cabían y que aplastó a los aficionados contra las vallas fijas detrás de la portería. 96 personas, de entre 10 y 67 años, entre ellos el primo del ex capitán del Liverpool Steven Gerrard, murieron por asfixia y otras 800 resultaron heridas.

Hillsborough disaster 1989 - As it happened - Live on RTE pt1/3

El inspector Duckenfield, quien durante la vista reconoció que había ocultado pruebas de forma deliberada, fue quien ordenó desde la cabina de control del estadio que se desbloquearan las puertas giratorias del acceso C en la grada donde estaban los aficionados del Liverpool, debido a la acumulación de aficionados sin entrada, y que provocó la avalancha.

La principal diferencia con la pesquisa de 1991 fue que aquella sólo contempló lo sucedido antes de las tres y cuarto de la tarde, pocos minutos después de que empezara la avalancha. En esta investigación se ha probado que la mayoría de las víctimas perecieron después de las tres y cuarto, con lo que se podría haber salvado muchas vidas. La última víctima murió en 1993.

Tras pronunciarse las conclusiones, en la puerta de los juzgados de Warrington, la ciudad al norte de Inglaterra donde se celebró la vista, se escucharon gritos de alivio y aleluyas por parte de familiares de las víctimas y se presenciaron escenas cargadas de emoción. Incluso entonaron el You’re never walk alone, el himno del Liverpool. Una mujer gritó: “Dios bendiga al jurado”. Los familiares llevaban más de un cuarto de siglo luchando para limpiar el nombre de los aficionados del Liverpool y de los muertos, más de un cuarto de siglo reclamando justicia. Por fin han dado por terminado el proceso judicial más largo de la historia legal británica.

Margaret Aspinall, una de las impulsoras de la campaña, que perdió un hijo en el estadio, aseguró que “creo que hemos cambiado una parte de la historia y que este es el legado de los 96 que perdimos”. En un comunicado conjunto las familias han declarado que “vindica completamente” la larga lucha por la justicia. También se pronunció el primer ministro, David Cameron, quien dijo que era “un día emblemático” y honró “el coraje extraordinario de las personas que han llevado a campaña de Hillsborough durante tanto tiempo”.

Aficionados del Liverpool celebran la sentencia judicial. Phil Noble Reuters

El primer juicio de la tragedia, en 1991, concluyó que las víctimas fallecieron por “muerte accidental” como consecuencia del comportamiento violento de los aficionados del Liverpool, y exoneró de cualquier responsabilidad a la Policía. Sin embargo, la insistencia de los familiares forzó que el gobierno de Cameron ordenara una investigación independiente cuyas conclusiones, ya en el año 2012, confirmaron la manipulación de pruebas para ocultar los errores de las autoridades y los fallos de seguridad a todos los niveles, además de admitir que la policía ensució deliberadamente la memoria de las víctimas. La investigación dejaba claro que los hinchas no fueron los culpables del desastre.

Las conclusiones de aquella investigación obligaron incluso al primer ministro a pedir disculpas en el parlamento por la “doble injusticia” cometida por los agentes de la policía que no pudieron evitar la avalancha que provocó las muertes y posteriormente culparon a los aficionados del Liverpool de lo sucedido. Después de que el Tribunal Supremo anulara los veredictos de “muerte accidental” de 1991, se ordenó una nueva investigación de los hechos.

En esta investigación, que ha durado dos años, se ha tomado declaración a más de 800 personas y el jurado ha visionado miles de horas de imágenes de videos y analizado un sinfín de documentos para responder las 14 cuestiones clave referentes al diseño del estadio, a la actuación de los servicios de seguridad antes del partido y durante la avalancha. Pero la cuestión más importante, la cuestión clave, fue si la muerte de los 96 había sido ilegal y la respuesta fue que sí por siete votos a dos.

Sanción sin consecuencias legales

Esta no era, no obstante, una investigación criminal, no tenía implicaciones legales, únicamente deliberaba el porqué de las muertes. Sin embargo, a partir de ahora podría iniciarse acciones legales contra los culpables. Se considerará ahora si se inicia un juicio contra David Duckenfield. La Fiscalía dijo que está cooperando con otras dos investigaciones sobre posibles delitos criminales cometidos por agentes de policía y otras personas que condujeron a la muerte de 96 personas en Hillsborough, y el posterior encubrimiento policial, y que podría llevar a Duckenfield ante la justicia.

La tragedia, la mayor sucedida en un estadio de futbol británico, se producía cuatro años después de la “tragedia de Heysel”, donde fallecieron 39 aficionados, en la que también estuvieron involucrados los hinchas del Liverpool y que había provocado una dura sanción de los clubes ingleses sin participar en competiciones europeas durante seis años por parte de la FIFA. También se produjo cuatro años después del incendio de la tribuna del Valley Parade, el estadio del Bradford, en Londres, mientras se disputaba un encuentro de la tercera división inglesa y que acabó con la vida de 56 personas.

Aunque los actos de Hillsborough no estuvieron directamente relacionados con actos violentos, como se ha probado en las investigaciones posteriores, sí que originó que el gobierno de Thatcher impulsara una serie de medidas para acabar con el vandalismo de los hooligans y para mejorar la seguridad en los estadios que se tradujeron en medidas como las de sentar a todo el público, los abonos de temporada, la desaparición de las vallas estáticas, la prohibición de bebidas alcohólicas en el interior de los estadios o la introducción de cámaras de seguridad.