La noticia ya la saben: Míchel fue destituido en la mañana del martes por el Olympique de Marsella. Y con una razón de peso, los malos resultados: su equipo no gana en casa desde septiembre y, a cuatro jornadas del final, ocupa la decimoquinta posición. ¿Qué significa esto? Por una parte, que el técnico español vuelve a sonar, pero sólo como Trending Topic en las redes sociales, porque parece complicado que encuentre otro banquillo donde acampar. Al menos, de momento, pues sus destrezas como entrenador están más cuestionadas que nunca tras un nuevo fracaso.

La otra razón que dio el club para anunciar la suspensión de su contrato fue su “comportamiento en las últimas semanas”, justo antes de jugarse un puesto en la final copera contra el Sochaux. En definitiva, que si Marcelo Bielsa dio que hablar, su sustituto en el banquillo marsellés no ha sido menos.



Comentado lo anterior, Míchel siempre ha sido un hombre propenso al Trending Topic. Ya lo era incluso antes de que el término existiese. Todo viene a colación de la retahíla de momentos icónicos que ha protagonizado: el gol fantasma contra Brasil en el Mundial ’86, los tres tantos marcados con España en Italia ’90 ante Corea del Sur (acompañados del ya famoso “Me lo merezco”), el intenso marcaje a Valderrama en aquel Real Madrid-Valladolid que daba comienzo a la temporada 91-92... El madrileño fue incluso el protagonista involuntario del único enfado que se le conoce en directo al popular periodista Matías Prats, su famoso: "¿Pero esto qué es?". Sin embargo, la carrera de Míchel en los banquillos ha acabado volviéndose aún más popular que su trayectoria con el balón en los pies. Todo se resume en la frase “Suena Míchel”.

Ocho años después de su retirada, Míchel debutó como entrenador con el Rayo Vallecano en Segunda B. Después, pasó por Segunda con el Castilla antes de aterrizar en el Getafe, ya en Primera. Fue su éxito durante buena parte de sus tres temporadas en el conjunto azulón lo que escribió su nombre en las agendas de medio mundo. Así, antes de aterrizar en el Sánchez Pizjuán en 2012 para hacerse cargo del Sevilla, el “Suena Míchel” empezó a tomar forma. Llegó a estar muy cerca de ocupar el banquillo del Zaragoza tras la salida de Javier Aguirre y también tuvo posibilidades de aterrizar en Villarreal, Gijón, Betis o Atlético de Madrid. Ninguna de las opciones cuajó e idéntica respuesta tuvieron las ofertas procedentes del extranjero, que las hubo. “He tenido posibilidades en Alemania, Turquía y Francia. También ha habido opciones en Dubai, Catar y China”, declaró el entrenador.



Tanta tendencia marcó el “Suena Míchel” que ya ni siquiera respetaba los períodos activos del técnico, que acabaría dejando Sevilla en enero de 2013 rodeado de ofertas y de sorna: Míchel llegó incluso a aparecer en la terna de candidatos para convertirse en el nuevo Papa. En el Cónclave tuitero, claro. Sería el Olympiacos griego quien se llevaría al madrileño en esta particular puja mediada la temporada 2012-13. Sin embargo, después de dos exitosos años en Atenas (dos Superligas griegas y una Copa), con el verano de 2014 llegaron nuevas especulaciones alrededor de Míchel, tanto fundadas como infundadas.



En el primer caso, sonó como posible sustituto de Vicente Del Bosque al frente de la selección española tras el batacazo en el Mundial de Brasil. En el segundo, como nuevo Rey de España tras la abdicación de Juan Carlos I. Unos cantos de sirena que Míchel no dudó en obviar, ya que las cosas no podían irle mejor en El Pireo. O al menos, eso creía, porque en enero de 2015 fue cesado y, cómo no, su nombre volvió a sonar por doquier.



El Celta de Vigo volvió a abrir la veda del “Suena Míchel” unos días después de que el técnico quedase libre para suplir al argentino Eduardo Berizzo, que acabó permaneciendo al frente del equipo. El Betis, una vez más, también se subiría al carro y, al finalizar la temporada, surgió otro supuesto pretendiente. El sempiterno en lo que a rumores sobre Míchel se refiere: el Real Madrid. Con más o menos fuerza, ahí estuvo el nombre del exfutbolista de la casa blanca cada vez que hubo que buscar recambio para el banquillo madridista en los últimos años. El pasado verano ya se barajó su nombre como posible sustituto de Carlo Ancelotti. Como en anteriores ocasiones, no pudo ser.



Aunque el Olympique de Marsella haya conseguido silenciar el “Suena Míchel” durante casi ocho meses, la pegadiza sentencia no ha tardado en resurgir de sus cenizas. Hasta los franceses, tan chauvinistas ellos, han acabado haciendo suya la frase sobre la eterna especulación alrededor del madrileño. Deja Marsella, y aunque la verdad es que es difícil que le falten novias, cada vez suena menos Míchel. Al menos, fuera de las redes sociales.

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