El deporte –por no se sabe muy bien qué motivo– acostumbra a respetar con mayor celeridad a sus actores según envejecen. Eso es algo asumido y establecido. Es una máxima inquebrantable que se pone de relieve aun más en la Champions League. Sobre todo, cuando aparece un equipo con escasa historia en el sorteo. En ese caso, la tradición suele castigar al nuevo. Sin que nadie tenga en cuenta sus virtudes futbolísticas o sus méritos. Se le condena y luego se habla de él. ¿Quieren una prueba? La tienen en el Wolfsburgo, del que dicen que es inferior al Madrid. ¿Es así? En principio, y salvo sorpresa mayúscula, la respuesta sería afirmativa.



El Wolfsburgo, contrariamente a lo que se pueda pensar, está en uno de los mejores momentos de su historia –que no de la temporada–. Fundado en 1945 por los empleados de la Volkswagen, ha crecido conforme lo ha hecho la ciudad, creada también para abastecer de empleados a la fábrica de automóviles. No obstante, su origen industrial no le ha reportado ni productividad ni éxitos a su equipo de fútbol. La prueba: en sus 70 años de vida apenas si ha conseguido títulos. De hecho, tan solo tiene tres: una Bundesliga (2008/09), una Copa (2014/15) y una Supercopa de Alemania (2015). Por tanto, el club viene de una buena racha.

PRESIDENTE MILAGRO ESPAÑOL





La culpa de estos éxitos recientes la tiene precisamente Francisco Javier García Sanz, actual presidente de la entidad. Él llegó a Alemania sin pensar en que se metería de lleno en el mundo del deporte. Sin embargo, el destino lo llevó a ello. Primero, entrando a trabajar en la Volkswagen, donde ahora mismo ocupa un cargo de responsabilidad en la dirección, y más tarde entrando en el Wolfsburgo, primero como vicepresidente y más tarde asumiendo el mando por completo en 2009. Un sueño cumplido para este español, amigo confeso de Florentino Pérez y seguidor del Real Madrid.



Sin embargo, no todo han sido alegrías para ‘Paco’. La pasada temporada, tras lograr clasificar al equipo para la Champions y dejarlo segundo en la Bundesliga, el Wolfsburgo se vio obligado a vender. Como cualquier club pequeño, se tuvo que echar la manta a la cabeza y dejar marchar a sus estrellas el pasado verano: Kevin de Bruyne se fue al Manchester City por 75 millones de euros y Perisic hizo lo propio al Inter de Milán por 16 kilos. ¿Resultado? Los ‘Lobos’ –apodo que reciben en Alemania– tuvieron que improvisar y buscar relevo para ambos, aunque los resultados no han sido los esperados.



El Wolfsburgo, como buen club alemán, no tiró el dinero. Ingresó 107 millones de euros en ventas y sólo invirtió 60 en fichajes. En concreto, para sustituir a De Bruyne, pieza clave del equipo, se trajo a Draxler (36). Pero también incorporó a Max Kruse (12) y a Dante (4’5) entre otros. Sin embargo, casi ninguno de los nuevos ha conseguido borrar del olvido a aquellos que se marcharon durante el periodo estival. En este caso, cualquier aficionado se puede hacer una idea de la diferencia al echar un ojo a la tabla de la Bundesliga, donde marchan octavos.

¿CÓMO LLEGAN LOS 'LOBOS'?



En el Wolfsburgo no son optimistas de cara a la eliminatoria contra el Real Madrid. Si se contabilizan los últimos 15 partidos del conjunto dirigido por Dieter Hecking, el balance es cuanto menos preocupante: seis victorias, seis derrotas y tres empates entre todas las competiciones. ¿Quieren más? Esta temporada, los ‘Lobos’ no han conseguido la victoria en su estadio ni contra el Bayern Múnich (0-2) ni contra el Borussia Dortmund (1-2), los dos únicos rivales que se pueden asemejar al equipo de Zidane. Y por si no les basta, los alemanes tampoco viene de hacer una gran eliminatoria contra el Gante: ganaron en la ida (2-3) y en la vuelta (1-0), pero con poca contundencia.



Ante tales datos, al Wolfsburgo no le queda otra que encomendarse a Julian Draxler, ex estrella del Schalke y pupilo de Raúl durante su estancia en Gelsenkirchen. Él es el jugador más productivo y el que más talento atesora en las filas de los ‘Lobos’. Unas veces jugando en la banda y otras actuando casi como mediapunta. Esta temporada, el internacional absoluto alemán de 22 años y campeón del mundo lleva nueve goles (dos contra el Gante) y siete asistencias.

Draxler golpea la pelota durante un partido de la Bundesliga. Fabian Bimmer Reuters



Más allá de Draxler en ataque, el Wolfsburgo acostumbra a jugar con el ex del Chelsea Schürrle, que tan solo lleva siete dianas esta temporada y está lejos de su mejor nivel desde hace tiempo; Max Kruse (nueve tantos), que actuará de delantero centro; y Caligiuri (tres goles). Es decir, aunque son buenos jugadores, su calidad está muy lejos de ser comparada con la de los hombres del Madrid. Y lo mismo le ocurre a los ‘Lobos’ con Luiz Gustavo y Arnold en el centro del campo, o con Dante en defensa.



En definitiva, el Madrid se encontrará un equipo firme, que juega con un 4-3-3 bien visible, que busca a Draxler en cada jugada y gusta de salir a la contra. Pero más allá de lo técnico o lo táctico, el conjunto de Zidane parte con ventaja y en superioridad en estos cuartos de final. Luego pueden pasar muchas cosas –de aquí al 6 de abril hay un mundo–, pero la oportunidad de los blancos para meterse en semifinales es inmejorable dado el resultado del sorteo. Porque no, estos 'Lobos' ni muerden ni hacen daño. 

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