Cinco años después del campeonato más controvertido en la historia reciente de la NBA por culpa de la crisis del coronavirus, el general manager de Philadelphia 76ers, Daryl Morey,ha reavivado el debate sobre la legitimidad del título de los Lakers de 2020.
El directivo ha participado en un especial de The Athletic sobre el modo en que la liga estadounidense organizó los Playoffs de aquel año para garantizar que el título de campeón no quedase desierto y se ha mostrado tajante: para él, el anillo que se disputó en la burbuja de Disney World "no cuenta realmente como un verdadero campeonato".
No es su mera opinión. En sus declaraciones, Morey afirma que varios ejecutivos y muchos periodistas le han confesado en privado que la conquista de LeBron James y los Lakers se percibe como un campeonato "con asterisco".
En aquel entonces, Morey era GM de los Houston Rockets, equipo eliminado por los Lakers en una polémica e igualada segunda ronda de Playoffs.
El propio Morey admite su hipocresía y reconoce que si los Rockets hubieran ganado el título, él mismo hubiera sido el primero en "celebrar por todo lo alto" la gesta.
No obstante, argumenta que aquel año se creó un ambiente "artificial" en el complejo en el que la NBA trasladó a sus jugadores para crear una "burbuja" a fin de evitar contagios y garantizar la viabilidad del campeonato hasta su desenlace.
Para él, unos playoffs sin viajes, sin ambientes hostiles, sin la presión del público o sin el factor de local/visitante elimina muchos de los factores que determinan un campeonato y por tanto, no se puede juzgar como los anillos de otras temporadas.
La burbuja
La temporada 2019-20 se vio interrumpida abruptamente el 11 de marzo cuando Rudy Gobert dio positivo por COVID-19. Tras meses de incertidumbre, la NBA creó un ambiente controlado en Walt Disney World donde 22 equipos completaron la temporada en condiciones de aislamiento total. Los Lakers dominaron estos playoffs con una marca de 16 victorias y 5 derrotas.
Sin embargo, el camino hacia el título incluyó victorias sobre equipos significativamente mermados por lesiones, como la de Damian Lillard en la eliminatoria de primera ronda ante Portland, o la lesión de Bam Adebayo en las finales.
El debate se intensifica cuando se considera que LeBron James calificó este título como "el más difícil de ganar" debido al aislamiento emocional y las circunstancias únicas.
El Rey promedió 29.8 puntos, 11.8 rebotes y 8.5 asistencias en las Finales, números que respaldaron su cuarto MVP de Finales y le permitieron sumar su cuarto anillo, tras los dos que conquistó en Miami Heat y el meritorio título con Cleveland Cavaliers.