Un lustro ha pasado desde el último anillo de la NBA de los Lakers. Cinco años teniendo en sus filas a uno de los mejores jugadores de la historia, pero sin rodearle lo suficientemente bien para estar de nuevo en la pelea por el título como en la temporada de la burbuja. Una travesía en el desierto que podría finalizar este año tras la llegada a Los Ángeles de la estrella más mediática de la liga: Luka Doncic.
Los aficionados de los Lakers están más ilusionados que nunca. Se ha disparado la venta de camisetas, no quedan tickets para ver los partidos de su equipo... La 'Doncicmanía' es total. Y no es para menos, su fichaje también está cambiando cosas dentro de la cancha.
Los Lakers son ahora mismo segundos en la Conferencia Oeste. Viajan a velocidad de crucero y tan solo han perdido tres partidos de sus últimos 20. Encandenan siete triunfos y están dejando una sensación muy positiva.
Su mejoría está llegando además en el momento clave de la temporada. Queda apenas un mes de temporada regular y mantenerse en ese segundo lugar les abriría mucho el camino a intentar ser de nuevo campeones de la NBA. Podrían evitar a los temidos Thunder hasta una hipotética final de Conferencia.
Queda claro que el anillo no es una obligación para los Lakers. Nadie apostaba por ellos a principio de temporada, pero contar ahora mismo en la plantilla con LeBron o Doncic les añade cierta presión. También lo hace que están siendo los últimos coletazos de la carrera de James y que los Celtics ya están por delante de ellos en cuanto anillos se refiere (18 para los de Boston y 17 para los angelinos).
Sinergia
Lo que es evidente es que de un mes a esta parte se le ha presentado al equipo dirigido por J.J. Redick una oportunidad de oro para dar un golpe sobre la mesa. Sobre el papel, el intercambio de Anthony Davis con Doncic tenía buena pinta, y los hechos han servido para confirmarlo.
El esloveno no para de mejorar con el paso de los partidos. Ya ha disputado nueve con la elástica de los Lakers y en los últimos está firmando los números a los que nos había acostumbrado desde su llegada a la NBA. Ha promediado 30 puntos y 9,6 asistencias en sus tres últimos choques, dejando además grandes sensaciones en todas las fases del juego.
Luka Doncic, durante su último partido con los Lakers contra los Pelicans.
Su adaptación está en curso y su presencia ha servido para que los Lakers mejoren su promedio de puntos por partido, así como su cantidad de lanzamientos por choque y los porcentajes de los mismos.
El ex de los Mavericks ha acostumbrado siempre a aglutinar mucho juego. En Dallas todo se iniciaba en él y acababa en él. Aquí, sin embargo, tiene a su lado a un LeBron James que parece vivir una eterna juventud.