"Cuando me desperté en aquella habitación de hospital de Nevada, no podía moverme. No podía hablar. Estaba atrapado dentro de mi propio cuerpo. Mi garganta me dolía como un demonio. Miré hacia abajo y tenía todos esos tubos saliendo de mi boca. Entonces, me entró el pánico".

Parece mentira que quien habla sea un doble campeón de la NBA con Los Angeles Lakers, también campeón del mundo con USA en 2010. Además de un jugador de baloncesto con cierta presencia en la mejor liga del mundo no hace tantos años. Pero lo es: Lamar Odom ha decidido abrirse en canal para The Players Tribune y contar en primera persona algunos de los momentos más duros de su vida. La confesión incluye pasajes tan desgarradores como estos que destacamos a continuación.

El milagro de estar vivo

Odom durante una rueda de prensa. Reuters

"En algún momento, el doctor principal vino y me contó lo que había pasado. Me dijo: 'Señor Odom, ha estado en coma los últimos cuatro días. ¿Lo entiende?'. No podía hablar, así que sólo asentí. Dijo: 'Es un milagro que esté aquí. Pensábamos que no lo iba a conseguir'.

Estaba en shock total. No podía decir ni una mierda inteligente. No podía hacer preguntas. Fue la primera vez en mi vida en la que me sentí indefenso. Me sentí como si midiese dos pulgadas. Era... era real. En aquel momento de mi vida, tomaba cocaína cada día. Cada segundo de tiempo libre que tenía, estaba tomando coca. No podía controlarlo. No quería controlarlo.

Recuerdo estar sentado allí, en la cama, y, por primera vez en mi vida, no pude hablar sobre salir de la situación. Estaba atrapado todo el día en mis propios pensamientos. Y pensando en algo que mi abuela solía decirme cuando era un crío [...]: 'Lo que se ha hecho a a escondidas, en la oscuridad, acabará saliendo a la luz' ".

La muerte de su madre

Odom siguiendo un partido de la NBA.

"Cuando yo tenía 12 años, ella se puso enferma. Sabía que tenía cáncer de colon, pero no sabía que estaba tan mal. Me lo ocultó para protegerme. Sólo me acuerdo de que ella se fue al hospital por una temporada y, cuando fui a visitarla, parecía que se había vuelto... más pequeña. Como si estuviese desapareciendo, ¿entiendes lo que quiero decir?

Un día, cuando mi abuela me estaba llevando a casa desde el hospital, me dijo: 'Ya sabes que probablemente tu madre va a morir pronto. Sólo quiero que estés preparado'. Ese día, recuerdo ir a verla y cómo el cáncer había devastado su cuerpo. Si pudiese volver atrás en el tiempo, y pudieses llevarme a esa habitación, probablemente incluso puede que no la reconociese. Su cara era muy pequeña y ella estaba sangrando por la boca. Y todavía decía 'Mookah, Mookah' (así apodaba su madre a Odom).

Sólo me senté a su lado en la cama, y una de las últimas cosas que me dijo... Todavía pienso en eso cada día. Dijo: 'Sé bueno con todos, Mook'. No creo que nadie esté preparado para perder a su madre a los 12 años. Te deja huella. No me importa lo fuerte que pienses que eres. La única razón por la que pude superar aquello fue por mi abuela, y por el baloncesto. Ambas cosas me protegieron. El día que murió mi madre, fui derecho al parque a jugar. Era todo lo que quería hacer. Era una vía de escape para mí".

Su primer contacto con las drogas

Odom y Gasol juntos cuando jugaban en los Lakers.

"Igual piensas que ser un chaval de Nueva York, con drogas alrededor todo el tiempo, significa que mis problemas empezaron hace mucho tiempo. O que empezaron cuando fui elegido en el Draft por Los Angeles (Clippers). Pero no fue el caso. Nunca había tomado nada más fuerte que la marihuana. Definitivamente, nunca había tocado la cocaína [...]

No la probé hasta que no tuve 24 años, cuando estaba de vacaciones de verano en Miami. Y... desearía poder decir que hubo una razón para ello. No la hubo. Sólo fue una decisión estúpida que tomé. Si hubiese sabido que iba a afectar a mi vida de la manera en la que lo hizo, ni siquiera habría pensado hacerlo. Nunca. Pero lo hice. Se convirtió en una decisión que alteró mi vida.

Por aquella misma época, mi abuela murió. Perdí a un montón de familiares en poco tiempo. Cuando tomaba coca, me sentía bien por un momento. Dejaba de tener tanta ansiedad. No pensaba en el dolor. No pensaba en la muerte. Así que seguí haciéndolo más y más, pero aún me controlaba. No era una cosa que hiciese a diario". 

La muerte de su primer hijo

El calvario de Odom con las drogas estuvo a punto de matarle.

"Era verano de 2006. Había estado de fiesta toda la noche y no había vuelto a casa. Mi hijo Jayden tenía seis meses. Estaba en su cuna. Debería haber estado en casa con él. Pero estaba por ahí, haciendo cualquier cosa. Por la mañana, temprano, su madre me llamó. Estaba atacada. Era como 'Cálmate, ¿qué pasa?'. Y ella dijo: 'Jayden... No se despierta'.

Le dije: '¿Que no se despierta?'. Me dijo: 'Sí, la ambulancia está aquí. Se lo están llevando ahora'. Estaba en Manhattan. Tuve que conducir hasta Long Island. Cuando llegué al hospital, los médicos sólo me dijeron: 'Él no responde' [...] Se ha ido'. Dije: '¿Ido? ¿Qué me están contando? Acabo de verle. ¿Ido?'.

La cocaína

Odom llegó a jugar en el Baskonia.

"Hay un subidón y un bajón emocional. Es como una montaña rusa. Primero estás arriba y luego abajo. Arriba, abajo, arriba, abajo. Después de hacerlo, te sientes culpable. Piensas en todas las razones por las que no deberías haberlo hecho. Entonces el ciclo vuelve a empezar.

Eso es lo que la gente no entiende. Cualquiera que viva una vida complicada y dominada por la droga como la que yo he vivido conoce el ciclo -con mujeres, mintiéndole a mi mujer y mierdas de esas-. Noches en las que debería haber estado dormido. Noches en las que estaba levantado esnifando coca. Un montón de esas noches. Cuando tu corazón está latiendo rápido. Cuando deberías conocerlo mejor. Cuando estás conduciendo una montaña rusa, tío.

¿Crees que no me sentía culpable? ¿Crees que no me daba cuenta de lo que estaba haciendo? No, claro que no estaba ciego al respecto. Culpa... dolor. Es parte del ciclo. Mi cerebro estaba destrozado. Cuando los años pasaron, y llegué a los 30, mi carrera estaba de vuelta y las cosas se fueron de madre. Cuando tenía 32, 33... Sólo quería estar colocado todo el tiempo. Eso es, sólo estar colocado. Y las cosas se oscurecieron tanto como el infierno".

La reacción de sus hijos tras estar a punto de morir

Odom y sus hijos.

"Mi hija no toma ninguna mierda. Cuando fui capaz de hablar otra vez, me dijo muy seria: 'Papá, o te ayudas a ti mismo o no te voy a volver a hablar'. Así que fui a rehabilitación, y allí aprendes a tragar con todo. Siempre he sido una persona realmente ansiosa. He sido un tipo preocupado toda mi vida. Pero estoy aprendiendo a sobrellevar todo. O al menos lo estoy intentando.

Incluso mis hijos vinieron a algunas sesiones conmigo. Y esto fue especialmente importante [...] Me dijeron cómo les afectó mi adicción también. Después de una de estas sesiones, mi hija me dijo: 'Ha estado bien, pero no quiero que estés aquí más'.

Ahora estoy sobrio, pero es una lucha diaria. Tengo una adicción. Siempre la tendré. Nunca se va. Me explico, me gustaría estar colocado ahora mismo. Pero sé que no puedo si quiero estar aquí para mis hijos".

Burlar a la muerte

"Le he estrechado la mano. ¿Pero sabes qué? Eso no va a volver a pasar. Incluso aunque probablemente mi funeral habría sido uno bueno, y en él habría habido un montón de gente que no se veía desde hacía tiempo. Todavía no ha llegado la hora".

Odom en su punto álgido: los dos campeonatos en LA.

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