No sorprende que haya tanta gente, madridistas y ajenos, que vaya a echar de menos (y mucho) el carácter de Andrés Nocioni en una pista de baloncesto. No cuando el argentino es capaz de echarse a todo un Real Madrid a las espaldas, a sus 37, en busca de la despedida deseada: “Ganando, abrazados y festejando”. A uno tampoco le provoca un sobresalto descubrir quién es el jugador preferido de Florentino Pérez en su sección de la canasta: Jaycee Carroll. No cuando el norteamericano explosiona una y otra vez desde el perímetro últimamente. Sí, entre veteranos estuvieron el juego y la victoria ante el Betis [Narración y estadísticas: 87-76].

Menudo día para que Carroll volviese a enchufarlas con fruición: justo antes de su cumpleaños (16 de abril). Y menudo momento para que Nocioni brillase como en sus mejores años: días después de anunciar su retirada. Ambos parecieron trasladarse a sus tiempos más brillantes. Ay, cuando Carroll anotaba bomba tras bomba en el Gran Canaria. Ay, cuando el Chapu machacaba en la cara de Kevin Garnett, era MVP de la liga con el Baskonia y ganaba Final Fours de la Euroliga para el Madrid. Esas épocas ya no volverán (o sí, vaya usted a saber, los 26 de Nocioni son su anotación más alta desde que llegó a la capital española), pero quizá los blancos no hubiesen ganado este sábado si no hubiese sido por esta resurrección entre comillas. Porque, no nos engañemos, ninguno de los dos se fue.

¿Qué hubiese sido de los hombres de Laso (250 victorias ya) sin la primera parte de Carroll y Nocioni? Salvo los buenos minutos de ambos y algunos de Othello Hunter y Gustavo Ayón, la nada. Randolph causó baja y Llull, aunque jugase, casi que lo mismo, aun con maquillaje final. Quedó muy descarado que el martes llega el Darussafaka en los playoffs de la Euroliga. Si alguien esperaba un buen debut de Alejandro Martínez al frente del Betis, lo tuvo. Porque, por mucho que el Madrid amenazase con dejar el encuentro visto para sentencia (hasta 19 puntos de renta máxima), perdonó a su rival.

Y ya saben lo que pasó en la ida navideña por especular: que apareció el Grinch sevillano. La situación bien pudo repetirse meses después. Con triples y defensa, el Betis plantó cara hasta los mismísimos dos últimos minutos de partido. Si el Madrid tiró bien de fuera, los visitantes lo hicieron aún mejor. Con Lockett, Milosevic y Alfonso Sánchez a los mandos de las operaciones, más el añadido de Stojanovski, el conjunto andaluz llegó incluso a ganar el parcial del tercer cuarto. Sin duda, faltaban referentes en las filas locales.

Pero Carroll y Nocioni se sobraban y se bastaban. Al menos en esta ocasión. Bajo par, como en el segundo cuarto, volvieron a embocar los tiros decisivos. Ya le hubiese gustado a Carlos Cabezas machacar como el argentino o lanzar con su precisión y la de su compañero norteamericano. El malagueño, también debutante este domingo, se fue con un -3 de valoración bajo el brazo. Demasiado castigo, al igual que el sufrido por el Betis en su conjunto. Así de duro es ser capaz de disputar hasta el final una victoria que parecía más que perdida al líder de la ACB, soñar con un triunfo casi imposible para acabar cayendo. Así de bien se conservan Carroll y Nocioni, dos viejos rockeros con los que nunca se puede dejar de contar.

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