Corría el año 2011 cuando la selección española de baloncesto se proclamó por primera vez campeona de Europa Sub20. En aquel prestigioso torneo, un imberbe Klemen Prepelic (Maribor, 1992) se convertía en la gran revelación. El escolta esloveno, gracias a sus brillantes actuaciones, no solo empezó a despertar el interés de los grandes del 'Viejo Continente', sino que la NBA también se fijó en él.
Anotó más de 10 puntos de media por partido y se consagró como el mejor triplista de la competición. Con solo 19 años, su nombre quedó en un segundo plano, ya que pasó a ser conocido como 'la última gran perla salida de los Balcanes' como antes lo fueron Petrovic, Kukoc o Delibasic. Por aquel entonces, Prepelic ya brillaba en una Liga Adriática en la que hoy sigue militando, casi tres lustros después.
Desde entonces, la vida de Klemen ha dado muchas vueltas. Aunque sigue siendo una de las estrellas de esa ABA Liga, lo hace inmerso en el proyecto más exótico de la historia de la baloncesto continental: el aterrizaje del Dubai Basketball Club como aspirante a ser uno de los mejores de la Euroliga. Y por el camino, el jugador esloveno tiene muchas aventuras y kilómetros de experiencia, los cuales repasa en una conversación profunda con EL ESPAÑOL desde su nueva casa.
Diez clubes en diez años, desde su debut como profesional en el AKK Branik Maribor en 2009 hasta su llegada a España, donde alcanzó su mejor nivel. Algo que no es casualidad, ya que el nuestro es un país que siempre ha rondado su cabeza, ya que tras aquel Europeo Sub20 de Bilbao llegó a sonar para varios grandes de la Liga Endesa.
Pero no fue hasta 2018, tras dos buenos años en el Limoges y en el Levallois Metropolitans respectivamente, cuando fichó por el Real Madrid en lo que fue el gran salto de su carrera. Aunque su aterrizaje en el club blanco vino avalado, sobre todo, por el oro conseguido en el Eurobasket de 2017 en el que fue pieza clave de la selección de Eslovenia junto a un joven Luka Doncic.
Compartir vestuario, batallas y emociones con la hoy estrella de Los Angeles Lakers, a quien define como "un genio difícil de comprender", es otro de los grandes hitos en la carrera de un Klemen que ha dado muchas vueltas, pero que encontró en el Mediterráneo su verdadero hábitat.
Tras un paso sin suerte por el Madrid de Pablo Laso, y a su juicio "sin las oportunidades que merecía", Prepelic se convirtió en la gran estrella de otro club histórico como Joventut, donde llegó a ser máximo anotador de la Fase Regular y de la Fase Final de la Liga Endesa, además de integrante del mejor quinteto de la ACB.
De ser un jugador sin sitio en la rotación y acostumbrado a ver los partidos desde la grada del Palacio de los Deportes a ser una de las grandes estrellas del campeonato nacional. Una reconversión que le sirvió para pasar a ser uno de los estandartes del nuevo proyecto del Valencia Basket, donde permaneció durante tres temporadas, el periplo de mayor estabilidad de su carrera.
En el año 2023 se marchó de la capital del Turia y tras dos estaciones efímeras por el KK Cedevita Olimpija y por el Galatasaray, ahora resurge al otro lado del Golfo Pérsico, inmerso en una vida totalmente diferente y en un proyecto marcado por la crítica constante del dinero y de las supuestas ofertas astronómicas como es el del Dubai BC.
El foco del Real Madrid
A lo largo de todo este camino, aquel joven que llegó a tener hasta 15 ojeadores de la NBA detrás de sus pasos cuando apenas tenía 19 años ha tenido que convivir con los éxitos y con las frustraciones a partes iguales. De ser lugarteniente de Doncic en un Eurobasket a tener que lidiar con la insoportable losa que suponía ser su sucesor en el Real Madrid. Sin olvidar las eternas comparaciones con Jaycee Carroll.
Y es que su paso por el Real Madrid estuvo marcado por las traumáticas secuelas que dejaron en la afición la marcha de estrellas como Luka y como Jaycee, dos baluartes imposibles de reemplazar. Ni siquiera entrar por la puerta grande le sirvió para tener la oportunidad que bajo su criterio merecía.
El esloveno debutó en competición oficial en la Supercopa Endesa del verano de 2018. Y apareció cuando el Madrid más le necesitaba. Los de Laso agonizaban, 50-56 a falta de 3 minutos para finalizar el tercer cuarto, en un final de encuentro aciago para los blancos. Sin embargo, Prepelic se erigió como salvador mostrando su buena mano desde más allá de la zona.
El esloveno anotó 4 triples en 7 minutos y consiguió dar la vuelta a un marcador que terminaría siendo favorable para el cuadro merengue. En aquel momento, Prepelic consiguió justificar su mediático fichaje e incluso parecía haberse ganado un lugar de privilegio en los planes de Laso para esa temporada. Sin embargo, penetrar en un equipo tan ensamblado fue misión imposible para él.
Prepelic protege la bola ante un defensor
A pesar de la falta de minutos, Klemen recuerda con gratitud y emoción su aventura en la 'Casa Blanca', tal y como confiesa a EL ESPAÑOL: "Fue un paso increíble. Pasar de jugar Eurocup a jugar en el mejor club del mundo era un sueño hecho realidad y, seguramente, una transición difícil para un jugador joven".
De su etapa en el Real Madrid Prepelic guarda muchos recuerdos. Pero sin duda, lo más especial fue coincidir con una generación de leyendas única en la historia del club: "Aprendí mucho entrenando con jugadores como Llull, Jaycee Carroll, Facu, Felipe… al final, todos".
Y aunque no rindió como le hubiera gustado, reconoce que pasar por el Madrid le preparó para la élite: "Me dio mucho de cara a lo que se vio la temporada siguiente en la Penya, donde jugué muy bien. Me ayudó a madurar y a crecer como jugador".
No obstante, no esconde que le hubiera gustado mostrar una versión dominante y decisiva de su juego: "Te queda un sabor agridulce por no tener una oportunidad seria para competir por un puesto en la plantilla. Pero, como he dicho, fue una muy buena experiencia".
Llegué con unas expectativas muy grandes y no entendí la situación. Era joven y fue muy difícil.
Klemen se muestra reflexivo mientras pronuncia estas palabras, como echando la vista atrás y visualizando tantos momentos en los que se imaginaba cambiando su rumbo, pero viviendo una realidad distinta, chocando contra un muro de frustración. Un sentimiento que muchas veces le generaban las eternas comparaciones.
"Siempre digo que cada jugador tiene su historia; no existen dos jugadores iguales. Tienes que hacer tu propio camino y ser tú mismo como jugador. Yo llegué también con unas expectativas personales muy grandes. Al principio no entendía bien la situación porque era joven y era difícil. Pero cuando ves una plantilla de 15 o 16 jugadores, y ahora incluso de 18 o 20 porque el juego se acelera y hay muchos más partidos, entiendes que esos jugadores que ya estaban allí habían ganado entre cinco y veinte títulos con un entrenador como Pablo Laso".
"Es evidente que ellos tenían ventaja sobre el puesto y que el entrenador confiaba más en ellos. Es difícil quitarle el sitio a un jugador que ya le ha demostrado al entrenador lo que puede hacer". Los años han ido dándole a Klemen también la madurez necesaria para entender la parte más ingrata del baloncesto y del deporte de élite.
"Como he dicho, al principio no lo entendí, porque entrenaba bien y jugué muy bien la Supercopa que ganamos en Santiago, y de repente no juegas". Aquella desaparición tras llevar al equipo a su primer título se le quedó grabada. Pero también que las pocas oportunidades que tuvo le relegaran a un puesto que no era el suyo. "Cuando empezó la ACB no jugaba y cuando lo hacía, era solo de base".
Alex Mumbrú y Klemen Prepelic dialogan durante una jugada
Sin embargo, lejos de tenerle rencor al Real Madrid, el esloveno tardó poco en tiempo en descubrir que su paso por la calle Goya le había convertido en un hombre a marchas forzadas. "Cuando salí del Real Madrid empecé a entender por qué era así, y eso también me ayudó luego a tener un muy buen paso por Valencia".
Si duras fueron aquellas comparaciones con mitos como Carroll o Doncic, el hecho de tener que jugar de playmaker y no de escolta finalizador también le llevó a mostrar una versión de sí mismo que no convencía ni al propio Prepelic. "Mi posición es escolta y no sé si en Madrid tuve cinco oportunidades reales para jugar de escolta. Era bastante difícil".
"Pero al final todos somos profesionales y tienes que hacer lo que te pide el entrenador. Yo intenté jugar bien de base y también eso te ayuda a crecer como jugador. Todo el mundo ve que puedes jugar de base, que puedes ayudar al equipo de diferentes maneras, y entrenar cada día contra Facu, contra Jaycee, persiguiéndoles en bloqueos, me ayudó muchísimo".
Aunque poco satisfactorio, el paso de Prepelic por el Real Madrid fue fructífero, ya que le hizo evolucionar como persona y como jugador. Y propició su explosión y sus mejores años de baloncesto tanto en Joventut como en Valencia Basket. Una versión que ahora ha recuperado en el Dubai Basketball Club.
El huracán Doncic
Sin embargo, donde nunca ha perdido su brillo y donde siempre se ha sentido líder ha sido defendiendo los colores de su selección, una Eslovenia que tiene dos caras. La primera de ellas, la de batalla, sin Luka Doncic. Y la segunda, la de los torneos importantes. La de las grandes citas. Ahí es donde aparece el genio de Ljubljiana para cambiarlo todo.
Si Klemen le guarda un gran cariño y un gran respeto a su paso por el Real Madrid por desafortunado que fuera, una estima comparable le tiene a haber compartido vestuario durante tantos años con un genio como Luka. Y es que el escolta del Dubai BC no encuentra palabras para definir y calificar lo que 'wonderboy es capaz de hacer en la pista.
"Jugar con Doncic es muy fácil en cierto sentido, porque asume todo el peso de la plantilla. Es un jugador extraordinario, de esos que nacen uno cada cincuenta años. Lo bueno es que ahora mismo en Europa hay tres jugadores de ese tipo: Giannis (Antetokounmpo), Nikola (Jokic) y Luka".
Sin embargo, Prepelic cuenta a EL ESPAÑOL algo nunca antes revelado con tal claridad y pragmatismo, y es la dificultad que supone compartir equipo con un genio de su talla. En contra de lo que podamos pensar, tener al lado a Doncic a veces se convierte en un caramelo envenenado que lleva a muchos compañeros al límite.
"Luka hace mejores a todos, te pone en las mejores posiciones para ejecutar. Pero la gente piensa que es fácil y no lo es, porque él también te exige hacer cosas que quizá realmente no puedes". Es ahí dónde la mayoría no aguanta la presión. "Muchos jugadores sufren con él porque simplemente no entiende que algunos no tienen la misma calidad o no pueden hacer las cosas que hace él".
Gracias a su amplia trayectoria, Prepelic ha conseguido verse envuelto en mil y una batallas con la selección. Su primera gran competición fue el Mundial de 2014 y sus mayores éxitos fueron el oro europeo en el año 2017 y la cuarta posición en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Durante todo este tiempo, Klemen ha sido uno de sus grandes líderes. Y por ello ha tenido que hacer frente a situaciones como la vivida el pasado mes de septiembre.
"Este verano estuvimos en el Eurobasket con una plantilla joven, con siete jugadores que nunca habían jugado un Eurobasket a 30 minutos. Estuvimos 30 o 33 minutos siendo mejores que Alemania". Un mérito que Klemen atribuye en gran medida al impulso que Doncic les da.
"Si miras las plantillas, el peor jugador de Alemania tiene mejor carrera que el segundo mejor jugador de nosotros, y eso te explica el nivel y la calidad de jugador que es Luka. En algunas cosas lo hace fácil, pero en otras facetas lo complica mucho. Por eso Luka es Luka".
