La guerra en la WNBA (Women's National Basketball Association) ha estallado. Napheesa Collier, unas de las jugadoras más activistas en el progreso del baloncesto femenino, ha destapado una de las conversaciones que ha mantenido con Cathy Engelbert, la comisionada de la liga, en plena batalla por un nuevo convenio.
Y es que la WNBA está inmersa en plena resolución para esta temporada, pero no tiene nada garantizado para 2026. El tiempo corre, el convenio vence y las negociaciones entre la patronal y las jugadoras están atascadas, con posturas muy alejadas las unas de las otras.
Tras la derrota en la final ante Phoenix Mercury, Napheesa Collier atendió a los medios en una rueda de prensa a la que asistió con una hoja donde estaban marcados los temas que había tratado con Engelbert. En uno de esos puntos estaba el reparto del dinero y según la jugadora de Minnesota Lynx, la comisionada manifestó que "Las jugadoras tendrían que ponerse de rodillas en agradecimiento al contrato televisivo que conseguí para ellas".
A pesar de las discrepancias entre ambas partes, Collier quiso mantener una nueva reunión con la comisionada, de hecho estaba fijada para la próxima semana. Sin embargo, la propia jugadora decidió cancelarla después de que Engelbert afirmara que lo expresado por Napheesa Collier estaba lleno de inexactitudes y que "ha destruido la relación prácticamente sin posibilidad de reparación".
"Tenemos a los mejores aficionados y las mejores jugadas, pero también el peor liderazgo del mundo; parece que la libertad de expresión está siendo multada en todo momento; vamos a la guerra todos los días para proteger un escudo de una liga que no nos valora", denunció la jugadora.
Y es que Collier se ha convertido en una de las principales representantes de las jugadoras en esta negociación. Campeona universitaria y doble medallista olímpica, la estadounidense ha demostrado en varias ocasiones su compromiso con el crecimiento del baloncesto femenino.
Un ejemplo de ello fue la creación de Unrivaled, una liga invernal que lanzó junto a Breanna Stewart y otras compañeras, con el objetivo de ofrecer una alternativa dentro del país para que las jugadoras pudieran competir y generar ingresos sin tener que marcharse al extranjero durante la temporada baja.
La respuesta de Engelbert
Jugadoras de toda la liga apoyaron a Collier y sus críticas a la directiva de la WNBA, incluyendo a Caitlin Clark, quien dijo que la estrella de las Lynx tenía "argumentos válidos".
Engelbert reconoció que le queda mucho trabajo por hacer para reconstruir la confianza con sus jugadoras, pero se mostró confiada en que podrá hacerlo.
Cathy Engelbert.
"Me desanimó escuchar que algunas jugadoras sienten que la WNBA, y yo personalmente, no nos preocupamos por ellas ni las escuchamos. Y si las jugadoras no se sienten valoradas por la liga, entonces tenemos que hacerlo mejor", dijo en una comparecencia.
"Valoramos la retroalimentación, escuchamos las críticas y mantenemos nuestro compromiso de participar en las conversaciones difíciles pero necesarias que, en última instancia, nos hacen a todas más fuertes y mejores. Nadie debería dudar jamás de lo mucho que me importa esta Liga, este deporte y cada una de las jugadoras que hacen de la WNBA lo que es", concluyó.
Las exigencias de las jugadoras
La historia tendrá un desenlace el próximo 31 de octubre, fecha límite para cerrar estas negociaciones. A menos que se acuerde una prórroga, solo hay dos caminos: firmar un nuevo convenio o enfrentar un paro de jugadoras.
La advertencia ya fue clara en agosto, cuando varias jugadoras vistieron camisetas con el mensaje "Pagadnos lo que nos debéis".
El salario es uno de los principales puntos de fricción. Aunque la WNBA ha propuesto cambios, las jugadoras consideran que el progreso económico no va de la mano con los avances deportivos.
Napheesa Collier conduce el balón durante un partido con la selección de Estados Unidos.
El caso de Caitlin Clark puso en evidencia los bajos sueldos de las novatas, pero el debate no ha avanzado. En el otro extremo, el salario máximo actual es de 249.244 dólares anuales, y aunque ESPN estima que podría llegar hasta el millón, muchas consideran que sigue siendo insuficiente.
El crecimiento financiero de la liga no se ve reflejado en la propuesta actual. Las representantes sindicales subrayan que, con el nuevo contrato televisivo, los ingresos brutos pasarán de 60 a 200 millones de dólares -más del triple-, pero lo ofrecido no se alinea con ese aumento.
Mientras los jugadores de la NBA reciben cerca del 50% de los ingresos relacionados con el baloncesto (basketball-related income), las jugadoras buscan acercarse a ese mismo modelo, además de corregir el sistema de incrementos salariales prorrateados, afectado desde la pandemia.
