Lituania y su deporte se han erigido principales combatientes de Rusia tras su invasión de Ucrania. El baloncesto en concreto está sirviendo como altavoz de denuncia por la estrategia de Vladimir Putin. La cercanía en el mapa y el conocimiento de la política exterior de sus vecinos del este son algunas de las razones que explican este ferviente apoyo de la soberanía ucraniana y de las sanciones.

Los dos ejemplos más importantes están en Sarunas Jasikevicius y el club del Zalgiris Kaunas. Dos referentes del baloncesto. Dos entidades conocidas en toda Europa. Dos vías diferentes por las que promover la unidad con Ucrania frente a la guerra iniciada por Rusia. Pese a que hubo un tiempo en el que el técnico y el club iban de la mano, la salida de Jasikevicius al Barcelona no ha cambiado sus ideales. Ambos han tomado la misma valiente postura respecto a esta crisis.

El caso del Zalgiris Kaunas ha marcado un punto de inflexión en la gestión de la Euroliga. El equipo lituano no solo fue el primero en pedir medidas contra los clubes rusos, sino que llegó a poner en riesgo su temporada en la competición continental si no se cumplían sus exigencias. Finalmente, tras varias reuniones y días de tensión, el Zalgiris consiguió lo que estaba buscando: expulsar a los clubes rusos de la competición.

En un primer momento, el miedo entre jugadores y técnicos hizo que se empezara a barajar aplazar los partidos en territorio ruso. Para evitar trastocar el final de temporada, llegó la idea de jugar los encuentros en territorio neutral. Pero en todo momento la posición del Zalgiris fue la misma. Como indicaron en un comunicado inédito del 24 de febrero, la "decisión común" no debía ser "solo de no jugar en Rusia, sino también de boicotear cualquier partido contra equipos rusos".

Paulius Motiejunas, director general del Zalgiris, insistió tras esas primeras decisiones insuficientes de la Euroliga. "Aceptamos las sanciones mínimas", reconoció ante su negativa a jugar contra un equipo ruso. Estas iban desde multas económicas hasta la inhabilitación para jugar en Euroliga de 1 a 3 años. 

Sin embargo, había cosas más relevantes. "Los valores son importantes para nosotros, pero no queremos arrebatarle la Euroliga a nuestro equipo, a nuestros aficionados ni a Lituania, por lo que no estamos lanzando ultimátums y continuaremos las conversaciones con la liga y el club para encontrar una decisión conjunta".

"No queremos jugar con clubes de un país que está utilizando la agresión militar", volvió a reclamar Motiejunas tras un encuentro con los clubes de Euroliga. La batalla contra los clubes rusos seguía. Y, pese a que aparentemente podría no haber ninguna vinculación entre Putin y los equipos del país, el CSKA acabó con esa 'inocencia' comparando la invasión de Ucrania con el referéndum del 1 de octubre en Cataluña.

La Euroliga acabó cumpliendo con las exigencias del Zalgiris. En parte, porque diferentes organizaciones fueron sucesivamente expulsando a los clubes rusos de sus competiciones. Zalgiris logró su objetivo y reforzó la imagen de entidad histórica en el baloncesto y en su sociedad. Hoy en día, por medio de sus redes sociales, continúan alertando de que "la paz mundial está bajo ataque" y pidiendo apoyo a Ucrania "contra un agresor".

De Jasikevicius a la NBA

Sarunas Jasikevicius, entrenador del FC Barcelona, ha protagonizado varias polémicas desde su llegada a España. Sin embargo, todas entraban dentro de lo esperable en un técnico extrovertido, eufórico durante los partidos y que además tiene que dirigir a un equipo de máxima exigencia como el Barça. De ahí que su posicionamiento tan claro en la guerra de Ucrania diera la vuelta a España.

El entrenador del conjunto catalán, lituano y ex del Zalgiris, es hasta ahora el técnico que más claro ha hablado tanto en el panorama nacional como en el europeo. Pese a advertir de que se estaba "metiendo demasiado" en una política de la que no le gusta hablar, Jasikevicius alertó de la necesidad de que España se tomara en serio el conflicto.

"Aquí quizás no os dáis cuenta de la magnitud porque estáis muy lejos. Nosotros que hemos nacido allí sabemos la magnitud. Hay que tomárselo más en serio, en España, en Cataluña. Se tiene que parar ya porque no sabemos hasta dónde puede ir este señor", criticó en referencia a Vladimir Putin.

Saras hasta se atrevió a pedir más contundencia al Gobierno de España. "Este país tiene que ser más agresivo. Sé que me estoy metiendo demasiado, no es mi país. Como lituano, todo mi apoyo. Hay cosas que te hacen llorar cuando ves vídeos en Facebook. Cómo está aguantando como ucranianos".

El técnico azulgrana hasta adelantó que el club iba a realizar más campañas en defensa de Ucrania. Además de los ya habituales carteles contra la guerra, el mismo Joan Laporta envió un mensaje institucional de apoyo al pueblo ucraniano.

Otros jugadores lituanos como Marius Grigonis han abandonado Rusia y próximamente se espera que rescindan sus contratos. En su caso, con un CSKA de Moscú que históricamente ha estado vinculado al Ejército Rojo. Jonas Valanciunas, jugador de New Orleans Pelicans de la NBA, empleó una rueda de prensa para pedir a Rusia que pare la guerra iniciada. "Solo estamos tratando de llamar más la atención. El enemigo todavía está ahí afuera y siguen muriendo inocentes", denunció en rueda de prensa tras un partido.

Una actitud que han seguido numerosos deportistas lituanos que, por la proximidad con Rusia y su frontera compartida con Bielorrusia, conocen del riesgo de no parar los pies a Vladimir Putin.

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