Si hay una selección en España que merece todo el reconocimiento en la última década es la de baloncesto femenino. Desde 2010 prácticamente no han dejado de ganar, pero es que desde 2013 no han dejado de colgarse medallas del cuello. Solo la Covid-19 les ha impedido hacerlo en 2020, año en el que no pudieron competir en los Juegos Olímpicos que les esperan un poco más adelante este verano. Pero las de Lucas Mondelo (Barcelona, 1967) afrontarán antes el Eurobasket de Valencia.

El coronavirus también ha hecho que la preparación del torneo que comienzan este jueves ante Bielorrusia (21:00 horas) no haya sido normal. Alba Torrens y Tamara Abalde dieron positivo durante la concentración, haciendo que se tengan que quedar sin jugar este Eurobasket. El miedo al brote fue real, pero finalmente las medidas de prevención funcionaron y el resto de jugadoras, además de las dos sustitutas, podrán competir. Todo esto ha sucedido después de recibir la primera dosis de la vacuna.

En cualquier caso, lo más importante es que regresan a su competición fetiche. La han ganado las dos últimas veces que la han jugado (2017 y 2019). Después de ganarla en 2013, no se han bajado del podio ya que en 2015 fueron bronce. Ese segundo oro de la historia fue el inicio de un periplo que se ha ido completando con la primera plata mundial de 2014, la olímpica de 2016 y el bronce en el Mundial de 2018.

Laura Gil, Silvia Domínguez, Raquel Carrera y Laura Quevedo, jugadoras de la selección española de baloncesto femenino Federación Española de Baloncesto

El seleccionador Mondelo ha sido el denominador común de estos resultados desde que cogiera el equipo en 2012. Junto a él también hay otras jugadoras que ahora están acabando su carrera y que han sido protagonistas de estos éxitos como Laia Palau, Silvia Domínguez, Laura Gil o Alba Torrens. Por ellas, y por las que se han ido retirando en el último año, el también entrenador en Japón quiere cerrar esta época dorada, mientras confía en abrir otra y "estirar el chicle", con las medallas en el Eurobasket y los Juegos Olímpicos; "sean del metal que sean", como ha confesado a EL ESPAÑOL en la previa del torneo.

Los positivos han marcado la semana previa al campeonato, ¿cómo han gestionado esa tensión?

Si ya veníamos con un equipo que está en renovación, que quiere el tercer oro que solo lo ha conseguido un país hace 40 años y le añades lo que nos ha pasado con los positivos... Hay que tomárselo como el torneo más difícil.

Los seleccionadores de fútbol de los últimos torneos afirmaban, tras pasar situaciones similares, que habían vivido la semana más difícil de su carrera, ¿para usted también lo ha sido?

Es complicado. Convivir con esto en un campeonato tan corto, no como en un campeonato de liga en el que se pueden aplazar los partidos, encima con un referente como Alba Torrens, te hace mucho daño. Hemos tenido PCR cada mañana durante cinco días consecutivos. La tensión se va acumulando. Podía haber brote, no lo ha habido, pero la tensión la llevamos encima además de la pena de no poder contar con estas dos jugadores.

¿8 medallas seguidas? Es irrepetible

La situación debe dar más rabia después de haber recibido la primera dosis de la vacuna.

Claro. Han estado asintomáticas por esta situación. Hacían vida normal, dentro de que tenían que estar apartadas. De hecho, hacían trabajo físico en la habitación. Es lo que hace la vacuna. La vacuna no evita que des positivo. A veces pensamos que tenemos la vacuna y somos inmortales. 

¿Entiende las críticas que han recibido los deportistas por recibir la vacuna?

No me gusta meterme en polémicas. El hecho de que no puedan competir si dan positivo es lo que provoca la vacunación. Las vacunas que pone el COI no se las quitan a nadie, se van a reponer. La vacunación, gracias a Dios, en España, va bien. Lo importante es la salud de las personas. Ojalá al final del verano gran parte de la población esté vacunada.

Juegan en casa, en Valencia, no sé si esto supone más responsabilidad o más ilusión.

Tiene un poquito de todo. Llevar la camiseta de España conlleva una responsabilidad, sobre todo con los éxitos anteriores. Después, a la vez, es una ilusión por defender a tu país y por ser una de las selecciones importantes en el ámbito internacional. Cuando jugamos el Mundial en Tenerife, nos fue bien. Yo creo que en Valencia va a ser lo mismo. Cuando recibimos la noticia de que íbamos a tener público, nos ilusionó. 

Maite Cazorla y Leo Rodríguez, jugadoras de la selección española de baloncesto Federación Española de Baloncesto

¿Espera una buena respuesta del público con la selección de baloncesto femenino?

Sí. Siempre han respondido. El baloncesto femenino en verano tiene una repercusión siempre especial. Yo creo que nuestro estilo, nuestros valores, les gustan a la gente. Somos una selección muy colectiva, muy agresiva en ataque, no esperamos el error; creamos un ritmo que a la gente le gusta.

¿Tienen la sensación de que el público es consciente de que van a pelear por vuestra octava medalla consecutiva en un torneo internacional?

No sé si es consciente. Me gusta que me digas lo de la octava medalla consecutiva más que en el oro. Eso solo lo hizo la URSS, un país que ya ni existe. El hito es conseguir esa octava, independientemente del metal. Esto solo lo ha hecho también la URSS y EE. UU..

Conviene no pensar en la novena antes de ganar la octava, aunque el COE pone en sus previsiones que la selección femenina está entre las opciones de medalla en Tokio.

Hay un problema a nivel mundial y es algo que la gente no valora. Esta selección ha ganado cuatro medallas consecutivas. Hemos ganado el Mundial de 2010, 2014 y 2018, además de en los Juegos de 2016. Nuestro país suele estar en inferioridad física con otros países a los que se enfrenta. Estos Juegos quizá sean los más igualados de la historia. Estados Unidos, que siempre va con las 12 mejores, China, que nos ganó en el Preolímpico, las europeas, Australia, Canadá... Incluso pondría a Japón entre las favoritas, que las entreno allí y sé cómo se las gastan.

Dos medallas en 2021 serían un buen homenaje para la generación dorada

Va a ser complicado. A ver cómo llegamos de cabeza. Hay una desigualdad en cuanto a los torneos previos a Tokio. Si tenemos un buen resultado en el Europeo, es una inyección de adrenalina para aguantar lo que queda. Dos campeonatos de alto calado consecutivos nunca se han hecho, además de todo el estrés mental que se acumula de la temporada. De momento, el ambiente es muy bueno. Por ambiente y por trabajo no va a ser.

Señalaba ese relevo generacional al comienzo de la entrevista, ¿es un aliciente más que esta generación dorada que ha ganado tanto y que muchas de ellas se van a retirar en este 2021 se despida con dos metales más?

Yo creo que sí. Tenemos a alguna que todavía tiene cuerda para rato. Es verdad que está entrando una nueva hornada. Sería un buen asentamiento para las que llegan y un buen homenaje para las que quedan y también para las que ya no están. Esto no se va a volver a repetir. Nosotros lo hemos hecho en esta última década. Vamos a ver si estiramos el chicle.

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