El 2021 será un año determinante para el baloncesto español. No solo por la reconstrucción necesaria a nivel económico tras la crisis generada por la Covid-19, sino también por los diferentes frentes abiertos que tiene el deporte nacional y que suponen una oportunidad de oro para recuperar el prestigio y evitar un golpe histórico. Actualmente la selección que lidera Scariolo es la segunda mejor del mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, este nuevo año cobra gran importancia.

España tiene dos retos. El primero de ellos, mantener el nombre del país como una de las principales potencias del baloncesto mundial. Algo que se logra a través de sus selecciones y los títulos en los diferentes torneos. El otro de los retos llega con la creación de talento nacional y, sobre todo, el escenario que se otorgue para que este se luzca.

Y es que en las últimas temporadas se viene alertando de la poca presencia de jugadores españoles en la principal competición nacional. La Liga Endesa pierde a la velocidad de la luz su representación española. Se habla incluso de la competición nacional europea con menos jugadores del propio país en el que se disputa. Algo que choca con el dominio en categorías inferiores que tienen las diferentes selecciones españolas.

Según los últimos datos, menos del 30% de los jugadores inscritos en los clubes ACB son españoles. Un número catastrófico y que en las últimas semanas se ha traducido en marchas como la de Quino Colom, andorrano pero nacionalizado e internacional español, que ha abandonado el Valencia para fichar por el Estrella Roja. La luz en el camino la pone el Unicaja, cuya plantilla es todo un ejemplo de gestión de talento nacional. Jugadores como Alberto Díaz, Jaime Fernández o Darío Brizuela, futuro y presente del país. Veteranos como Carlos Suárez. E incluso apuestas de futuro que se marcharon a la NCAA y actualmente tienen hueco en la primera plantilla como Francis Alonso o Rubén Guerrero. 2021, con la crisis en asunto de fichajes, puede servir como trampolín a muchos talentos nacionales.

El otro frente, el del papel internacional de España, se pondrá en juego en los Juegos Olímpicos. Aplazados a este 2021 por la Covid-19, tendrá a España entre las candidatas al oro. La gran duda está en si los jugadores NBA de todas las selecciones llegarán a tiempo y qué franquicias darán vía libre para las convocatorias. El calendario, al menos, permite que no coincidan las finales NBA con el inicio de los Juegos. Sea cual sea el escenario, España llega con ganas y más tras proclamarse campeona del mundo en 2019.

La clave FIBA

Las criticadas y competitivas ventanas FIBA podían suponer el primer gran pinchazo del baloncesto español en los últimos años. La selección entrenada por Sergio Scariolo ya demostró el año pasado que la plantilla sin estrellas NBA ni líderes de equipos de Euroliga tiene la valía suficiente como para llevar lejos al combinado nacional. Sin embargo, la última fase de grupos con la clasificación para el Eurobasket 2022 como premio no fue como se esperaba e hizo falta sufrir hasta el final.

Segunda de grupo, la Selección certificó su pase al Eurobasket tras ganar a Rumanía. Eso sí, con dos victorias y dos derrotas en cuatro partidos y una clara distancia con la líder, Israel, que terminó invicta 2020. En 2021 se volverán a reunir las selecciones de grupo A para poner punto y final a esta fase de clasificación. Los dos partidos que disputarán los de Scariolo serán en Polonia, donde se instalará la nueva burbuja, y con Polonia e Israel como rivales. Oportunidad de oro para recuperar la máxima credibilidad.

Marc Gasol, durante el partido de pretemporada frente a Los Ángeles Clippers REUTERS

La ÑBA

España, pese a las dudas que hubo en un principio, mantiene varios representantes en la mejor liga de baloncesto del mundo. Un total de seis jugadores que buscarán mantener en lo más alto posible el nombre de su país en una temporada donde los grandes nombres no hablan castellano.

Juancho y Willy Hernangómez continuarán su carrera en la élite, el primero en los Wolves y el segundo en los Pelicans. Ricky, por su parte, tendrá una nueva oportunidad en la franquicia de Minnesota junto a su compatriota Juancho. Ibaka, por su parte, recaló en los Clippers. Y Marc Gasol, tras muchas dudas y rumores, logró fichar por los Lakers para situarse como el gran referente del baloncesto nacional en la NBA.

El catalán será quien tenga más opciones de llevarse el anillo. Los actuales campeones de la NBA le quieren como un veterano que aporte experiencia y, sobre todo, inteligencia en el parqué. Y Marc se lo va a dar. Con LeBron y Davis como estrellas, el español tiene muchas opciones de llevar la bandera a lo más alto del baloncesto mundial. Por si fuera poco, queda por decidirse el futuro de Pau Gasol. Las cábalas sobre un posible regreso a la franquicia de Los Ángeles, donde haría historia con Marc, continúan su camino.

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