Gorra roja hacia atrás, camiseta celeste de manga corta que apenas logra contener dos brazos musculosos repletos de tatuajes y todo el desparpajo que no tenía al llegar, en medio de una grave depresión, a China, país que el ex NBA All Star Stephon Marbury (Nueva York, 1977) considera ahora su "casa".

¿Y Estados Unidos? "Sí, no me malinterpretes... vuelvo a mi país, ¡solo que ahora tengo un nuevo hogar!", cuenta a Efe durante una entrevista el base, retirado tras un exitoso final de carrera en el país asiático, donde se ha establecido y se ha centrado en diseminar la magia que mostraba en las canchas.

Y eso que llegó al deporte de la canasta casi por obligación: "Tengo varios hermanos y todos jugaban a baloncesto (uno de ellos jugó en Venezuela), así que no me quedó más remedio", relata.

De chaval, Marbury creció jugando baloncesto callejero, más "lento", con más improvisación, en canchas en la calle y no en escuelas ni polideportivos, lo que aportaba una creatividad, una capacidad de improvisación, que el bronce olímpico de Atenas 2004 no ha encontrado en China.

Marbury en un acto en China REUTERS

"No es que les falte: es que nunca la han tenido. No estaba en el sistema. Existe la formalidad a la hora de jugar al baloncesto. Hace falta tiempo, como entrenador, para ver lo que funciona aquí y lo que no. Tiene que pasar tiempo para ver si mis ideas funcionan", explica el deportista, que trata de crear baloncesto NBA con características chinas.

Por el momento, y dada la veneración que le profesan en el país asiático, Marbury ha decidido quedarse en China después de nueve temporadas (tres campeonatos incluidos) en la liga local y ahora organiza campus de baloncesto en los que unas decenas de niños privilegiados tienen oportunidad de aprender de su ídolo.

El cariño de sus seguidores chinos ha sido clave para decidir echar raíces en Pekín: sin ir más lejos, antes de la entrevista, una fan china le ha confesado que llamó a su hijo como él.

Los chinos "están programados sistemáticamente para ser amables", celebra. "No paran de echarte comida en el plato y de decirte: '¡come, come, come!'".

Su llegada a China, sede del Mundial

El exbaloncestista relata cómo se emocionó ver a 40.000 aficionados recibirle al llegar a su primer e improbable destino deportivo en China, en la indescriptible ciudad de Taiyuán, en el centro del país (luego jugaría en Foshan, en el sureste, y entre 2011 y 2018, en la más cosmopolita Pekín).

Fue en un momento profesional y personal muy duro, entre 2009 y 2010, cuando Marbury decidió marcharse de la NBA y reinventar su marca en el gigante asiático, aunque sin saber adónde iba en realidad, ni cómo terminaría todo aquello.

"Tuve una oportunidad de salir de allí y jugar a baloncesto...", rescata el deportista.

'Starbury' (uno de sus motes, que también da nombre a su marca deportiva) rememora que en sus primeros meses se hinchaba a fideos y a comida de la cadena rápida KFC, porque no sabía muy bien qué comer.

Aunque ahora ha descubierto el 'hot pot', una especialidad consistente en un recipiente con agua hirviendo y salsa en el que se cocinan al instante, al sumergirlas, carne, pescado o verduras, y que se ha convertido en su favorito absoluto.

Admite que se le ha invertido el paladar, porque cada vez que vuelve a EEUU, echa de menos la comida china. "¡Mis amigos no me creían al principio!".

La nueva rutina de entrenamientos

En sus primeros meses en China, sin embargo, añoró más bien su antiguo ritmo de entrenamientos, y no duda en calificar a su entrenador de entonces de "instructor militar" que les obligaba a ejercitarse durante seis horas al día, con solo un día de descanso por semana.

Por eso, ha terminado por admirar "la ética del trabajo" de sus anfitriones, quienes -opina- acrecentaron su interés por el deporte a raíz de los Juegos Olímpicos de 2008.

La organización de eventos deportivos de talla mundial no ha cesado desde entonces, y antes de los esperados Juegos Olímpicos de invierno de 2022, China, la "nueva casa" de Marbury, acogerá a partir del próximo 31 de agosto el Mundial de baloncesto masculino.

¿Quién ganará el Mundial?

Preguntado por un posible resultado, 'Starbury' lo tiene claro: EEUU se llevará su tercer torneo consecutivo. "Pero ya no existen las victorias aplastantes -advierte-. El baloncesto es muy importante en todo el mundo, todo el mundo juega y se prepara para hacerlo lo mejor posible".

"El equipo estadounidense va a ganar, pero diría que van a encontrar retos por el camino", adelanta Marbury. "Equipos como España, Argentina, Rusia o Australia seguirán siendo un desafío" para el combinado nacional estadounidense.

Aunque a ojos de este ídolo de masas chinas, España y Argentina se tendrán que contentar con la plata y el bronce, en el mejor de los casos.

[Más información: El triplazo de Jeremy Lamb que vuelve loca a la NBA: canasta ganadora desde 15 metros]

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