La decimoséptima jornada de la liga australiana de baloncesto dejó la que sin duda es una de las imágenes más escalofriantes habidas y por haber en una cancha. Ocurrió en el último cuarto de un encuentro entre los New Zealand Breakers y los Cairns Taipans, con Akil Mitchell, integrante de los primeros, como protagonista. En la lucha por un rebote y al recibir falta personal de su adversario Nnanna Egwu, el interior estadounidense se llevó un golpe cuyas consecuencias causaron el shock generalizado: se le había salido el ojo izquierdo de su cuenca. Advertimos que las siguientes imágenes pueden herir su sensibilidad.

Basketball Player Akil Mitchell's Eye Pops Out (RAW VIDEO)

Mitchell, de 24 años, fue trasladado de inmediato al hospital mientras se barajaba suspender el partido, aunque finalmente siguió disputándose tras 20 minutos de parón (victoria de los Taipans por 81-94). "Una vez que estuve en la ambulancia, me dieron un analgésico para aliviar el dolor y colirio en el ojo. Sentí cómo se deslizó a su lugar, lo que fue una sensación muy extraña", declaró el afectado posteriormente en una radio neozelandesa.

Por suerte, todo quedó en un susto, "un milagro" en palabras del propio interesado en rueda de prensa tras recuperarse. "Sentí como si me hubieran metido el dedo en el ojo y pensé que iba a ser algo malo. Al estar el ojo fuera de la cuenca, me empecé a asustar un poco", reconoció Mitchell.

Akil Mitchell (a la derecha) minutos antes de su lesión. Anthony Au-Yeung Getty Images

"Fue un poco doloroso que mi ojo estuviera fuera de la cabeza. Hoy me siento como si me hubieran dado puñetazos. Está magullado y rayado, pero no creo que haya nada serio", añadió, dejando claro que, sorprendentemente, no perdió la visión en ningún momento: "Podía ver y seguir moviendo el ojo, nunca se puso borroso".

Para Mitchell, poder pestañear otra vez le hizo sentirse "tan bien" que ya se le ha olvidado que el público presente en el partido e incluso sus compañeros llegaron a aterrorizarse con la idea de que perdiese la visión y de que su carrera se hubiese terminado para siempre.

Ahora, lo único que tiene en mente es volver a las canchas lo antes posible para ayudar a sus Breakers (donde coincide con los ex ACB Penney y Abercrombie) a clasificarse para los playoffs. "Me quieren ahí fuera y creo que mentalmente estaré bien", sentenció.