Aunque Ricky Rubio nos siga pareciendo un niño, está a punto de estrenarse en su sexta temporada en la NBA al frente de las operaciones de Minnesota Timberwolves. Acaban de cumplirse once años de su debut con el Joventut de Badalona, dirigido entonces por Aíto García Reneses, en la liga ACB. Lluvia de datos, retos y recuerdos que el base lleva lo mejor posible mientras trabaja por superar la prematura muerte de su madre.

Comienza, además, una nueva era en la ciudad tras la retirada del ídolo local, Kevin Garnett, una estrella que siempre brillará en el firmamento del baloncesto. Los Timberwolves, intrascendentes en la mejor competición del mundo desde que en 2004 alcanzaran las finales de su conferencia, confían sus esperanzas, además de en Ricky Rubio, en Andrew Wiggins (20.7 puntos por partido la temporada pasada), Karl-Anthony Towns (18.3 puntos y 10.5 rebotes por partido) y Zach LaVine (14 puntos por partido). En su plantilla lucha por destacar también otro viejo conocido de la afición española, el serbio Nemanja Bjelica (ex de Baskonia). Su entrenador, Tom Thibodeau –mejor técnico del año en 2011 con Chicago Bulls–, confía en la capacidad de liderazgo de Ricky, y en su mejora continua.

Para cuando llegue el primer partido de la temporada regular de los Timberwolves –27 de octubre en Memphis–, el base de la Selección Española tendrá 26 años recién cumplidos, momento ideal para rescatar una entrevista de cuando sólo tenía 16, y su club de formación, el Joventut, no le permitía conceder entrevistas para que aterrizara poco a poco en la locura de la fama. La trampa de la charla con el niño prodigio fue aprovechar el vacío legal surgido con su presencia en la Selección Española Júnior que disputó el Eurobasket de 2007 en Madrid. Aquel verano, el cerco de seguridad en torno al base se abrió ligeramente –no podía hablar del Joventut, era la única restricción– y hubo opciones de acercarse a él.

EL CONTEXTO DE LA ENTREVISTA 'PROHIBIDA'

En aquella Selección Española sobresalían también Pablo Aguilar, Xavi Rabaseda y Pere Tomàs. Los rivales más temibles fueron el griego Kosta Koufos, los franceses Antoine Diot y Edwin Jackson, el lituano Donatas Motiejunas y el serbio Milan Macvan. Ese Eurobasket Júnior 2007, a pesar de contar con este buen ramillete de futuras estrellas, será siempre recordado por uno de los mayores tongos del baloncesto moderno, que además alejó a España de la lucha por las medallas: el marcador amañado entre Lituania y Serbia que beneficiaba a ambas y eliminaba a los anfitriones en el Madrid Arena. La respuesta española en el siguiente partido –luchando por el alivio del quinto puesto– incluyó pancarta en el último tiempo muerto y escenificación –con apoyo de nuestros rivales turcos– de la vergüenza vivida la jornada anterior.

Eurobasket 2007 Funny fixed game: Serbia - Lithuania

Ese era el contexto en el que, casi milagrosamente, dos redactores de una humilde y extinta pero digna revista cultural digital afincada en Madrid, RockisRoll Magazine, abordaron –previa solicitud, todo legal– en el hall de su hotel a Sergio de la Fuente –alero internacional del Club Baloncesto Valladolid– y a Ricky Rubio. La revista publicaba mensualmente sus números en pdf. La entrevista iba a ser incluida en el nº2. Un documento que, lector arriba lector abajo, llegaría a ser leída en su momento por no más de diez personas –contando el staff de redacción–. La divulgación no era lo suyo. Por eso EL ESPAÑOL resucita ahora las palabras del Ricky Rubio menor de edad, la ultraprotegida perla de la Penya, el ojito derecho de Jordi Villacampa y de Aíto García-Reneses.

¿Esperabas un ambiente así en este campeonato, en Madrid y en pleno agosto?

No esperaba tanta expectación, ha sido una sorpresa para nosotros. Me esperaba que un pabellón tan grande pareciera vacío con mil personas, pero se ha visto bastante lleno.

¿Cuál ha sido para ti el mejor jugador de este torneo?

No he visto a todos los equipos, sólo a nuestros rivales y a Grecia. Koufos, el pivot griego, me pareció muy fuerte y muy determinante. Es uno de los mejores jugadores que está aquí. Hay otros como el serbio Macvan y el lituano Janavicius, pero el más determinante es Koufos.

¿Quién es tú ídolo dentro del mundo del baloncesto?

Nunca he tenido ídolos en concreto, me gusta ver jugadores y aprender todo lo que puedo. El referente siempre fue el gran Michael Jordan.

¿Y en otros deportes?

Aunque me gusta la actividad deportiva en general, no tengo ninguno que pueda considerar mi segundo deporte.

¿Dónde estabas el 21 de abril de 1994, cuando Corny Thompson clavó el triple más importante de la historia del Joventut?

Lo siento pero mi club no me permite hacer ninguna declaración ni contestar ninguna pregunta acerca del equipo. Sólo de la selección.

Sigamos, entonces. Base, 16 años, 1.94cm. ¿Vas a crecer más? ¿Qué te dicen los médicos?

Supongo que un par de centímetros más. Mi hermano dejó de crecer a esta edad. Tampoco me importa mucho.

Aunque eres profesional y casi estrella del baloncesto, supongo que tendrás aficiones como el resto de chicos de tu edad. ¿Haces botellón?

No, eso queda muy lejos. Cuando salen mis amigos yo tengo entreno la mañana siguiente o partido.

¿Tus amigos de toda la vida echan de menos al Ricky de siempre?

Lo único que pasa es que estoy menos tiempo con ellos. Pero el tiempo que tengo lo aprovecho, nos echamos unas risas, estamos de broma todos los días. Soy el mismo de siempre.

Hablar de NBA para un chico de tu edad tiene que marear bastante. ¿Quién te ayuda a mantener los pies en el suelo?

Mi familia me arropa mucho. También mis amigos. La NBA aún queda lejos, de momento, la meta que yo tenía era conseguir medalla en este torneo.

En nuestra propia casa y en nuestra mismísima cara: ¿alguien dudaba de que el Lituania-Serbia iba a terminar con ese resultado [sobre el tongo impidió el acceso a semifinales de España en el Eurobasket Júnior de 2007]?

Cuando acabamos nuestro partido contra Lituania yo ya sabía que sucedería lo que sucedió y que jugaríamos por el quinto puesto. Nos echaron de esa manera aunque yo creo que nos echamos nosotros mismos por no hacer nuestro trabajo al cien por cien. Les dimos opción de hacer esa trampa y ellos la aprovecharon.

¿A quién se le ocurrió la idea de la pancarta?

Surgió de una charla después del entrenamiento del día siguiente. Los jugadores estábamos decepcionados con lo que pasó. Necesitábamos demostrar a la gente nuestra impotencia al no poder hacer nada. Decidimos hacer la pancarta del Fair Play. Se nos fue un poco de las manos pero estuvo bien.

La Selección absoluta, campeona del mundo en 2006 en Japón y máxima favorita para el Eurobasket que comienza en septiembre [2007], tiene un equipazo y además jugadores muy jóvenes. Está tremendamente complicado meter la cabeza allí. ¿Para cuándo crees que darás ese salto?

Sergio Rodríguez es de 1986, Raúl López no está pero podría estar, Carlos Cabezas es de 1980 y Calderón también del 80; tienen muchos años por delante. Yo no me veo aún en esa Selección. Me veo el año que viene con los Júniors otra vez y a ver si puedo conseguir lo que no he conseguido en este campeonato.

SUFICIENTEMENTE JOVEN Y MAYOR

Ricky Rubio, en el Eurobasket Junior de 2007. EFE

Con 16 años, a Ricky Rubio ya le quedaba lejos la edad de los botellones pero, por otra parte, le quedaba lejos aún la NBA. Eso es lo que pensaba el base o, al menos, lo que decía en público. Ya era lo suficientemente mayor para lo primero y lo suficientemente joven para el gran sueño. Y lo cierto era que ambas etapas estaban muy pero que muy cerca. Es lo que tiene ser precoz. Precocidad que un año después hizo que también quedara lejos la selección júnior. Ricky se colgó la plata olímpica en los Juegos Olímpicos de Pekín.

En el hall del hotel, dos verdades absolutas enmarcaban aquella mañana de mediados de agosto de 2007. Ese chaval que llamaba al ascensor con pereza y legañas, de vuelta a su habitación, estaba destinado a marcar un antes y un después en el baloncesto español y europeo; y esa revista digital, con esa entrevista, iba a batir récords en la red.

La realidad colocó a cada cual en su lugar. RockisRoll Magazine solo aguantó 30 números –en realidad, fue heroico–, pero ahora hay por lo menos un par de aquellos redactores que animan a muerte a los Timberwolves. Valga esta entrevista perdida como homenaje y felicitación cumpleañera a un jugador único.