Roberto Íñiguez volvió a colarse en una final de Euroliga, esta vez con el Oremburg, siguiendo un camino que en los últimos años recorrió junto a otros españoles como Lucas Mondelo, Miguel Méndez o José Ignacio Hernández. Abandera el vitoriano un colectivo líder en la exportación de talento por todo el mundo. EL ESPAÑOL se acerca a cinco de sus ejemplos más brillantes en Turquía, Rusia, Angola, Japón e Italia.



En 2015 la fuga de cerebros españoles fue calificada desde el gobierno como “leyenda urbana” lo que tuvo la respuesta en forma de campaña protesta de 130 científicos exiliados. Si los entrenadores de baloncesto hicieran lo mismo más de medio centenar levantaría hoy la voz.

La crisis ha propiciado que el talento de los banquillos españoles busque nuevos métodos de crecimiento ampliando su área de influencia. Emigrantes ilustres como el Seleccionador Femenino, Lucas Mondelo, tres veces campeón en China o Jordi Fernández, mejor entrenador de la D-League -antesala de la NBA- no son anécdotas, como demuestra este quinteto de lujo que comparte sus cuadernos de viaje con EL ESPAÑOL.

El líder que corría la banda

No siempre se ha de incidir en cuestiones de técnica o táctica. Para Roberto Íñiguez, reciente subcampeón de la Euroliga Femenina poniendo contra las cuerdas al todopoderoso Ekaterimburgo que triplica su presupuesto, es “importante trabajar otros factores como por ejemplo el liderazgo o la recuperación física tras una lesión de las jugadoras”. Y es que, aunque a veces cueste entenderlo, “el liderazgo se puede entrenar y mejorar". "Claro que sí”, concluía antes de dar la campanada eliminando a su ex equipo, el Fenerbahçe, en las semifinales de la Euroliga en Estambul.

Roberto Íñiguez.

Es el único entrenador de la historia que no conoce la derrota en la Liga Femenina pese a haber disputado dos ediciones que lógicamente conquistó, con Ros Casares y Girona. Ex jugador ACB y entrenador pasional que parece correr la banda en los partidos por su intensidad, Roberto Íñiguez fue Campeón de Euroliga, triunfó en Turquía y ahora vive en Oremburg, donde ha llevado al Nadezhda a lo más alto con la complicidad de la campeona WNBA española, Anna Cruz.

Íñiguez destaca la “diferencia de entender la vida de los rusos respecto a los mediterráneos. Aquí son más directos. Te lo dicen todo a la cara”. El vitoriano es uno de esos técnicos con los que las jugadoras quieren repetir, aunque sea perdiendo dinero. Uno de sus secretos está en la capacidad para hacer crecer a sus pupilas: “A mí me gusta observar y diagnosticar a principios de temporada. A partir de ahí realizamos programas específicos e individualizados para cada caso. Para el cuerpo técnico supone más trabajo, pero al final ganamos todos”.

Tras los pasos de Díaz Miguel

Antonio Díaz Miguel apenas aguantó unos meses en su aventura italiana en 1994 tras dejar la selección española. 20 años tuvieron que pasar para que otro español pisara la máxima categoría transalpina. Miguel Méndez no sólo recogió el testigo, a nivel femenino, sino que llegó para quedarse. También fue subcampeón de Euroliga -curiosamente en Estambul y perdiendo ante Íñiguez la final tres temporadas atrás- y actualmente pelea por volver a ser campeón de Lega con el Familia Schio, aunque no pierde de vista al baloncesto español.

Miguel Méndez.

“La situación es diferente en Italia. El nivel de la jugadora nacional es muy inferior al de España, pero aquí están todas jugando. Eso unido a que hay una buena organización y americanas de mucho nivel hace que la liga sea más potente que la española”. Y es que es una pena que en “nuestro país las jugadoras de primer nivel están en Europa, la de segundo nivel también y las jóvenes se han marchado a los Estados Unidos”.

La experiencia en el extranjero le ha reafirmado en la idea de que “el entrenador tiene que adaptarse a lo que tiene. Con el tipo de jugadoras que dispongas debes estar preparado para hacer un tipo de baloncesto u otro. Esto es lo más importante que he adaptado a mi libretto”.

La mano 'izquierda' de Dios

Sabe lo que es ser primero en proyectos menos ambiciosos y prefiere “estar con Zeljko peleando por ser campeón de Europa" -"aquí la exigencia es máxima”- al tiempo que defiende la calidad del entrenador español: “España es campeona de mundo, tres veces de Europa, medalla olímpica varias veces… algo tendrán que ver los entrenadores españoles que le enseñaron el camino a nuestros excepcionales jugadores, ¿no? A veces parece que no se valora igual el trabajo del entrenador en España”.

En 1993 el brillante aterrizaje de un jovencísimo Obradovic en el baloncesto español se saldó con un gran resultado: la primera Euroliga de la historia del Joventut de Badalona. Además de la gran experiencia, el técnico balcánico obtuvo otro importante botín, ganó una mano izquierda. Josep María Izquierdo aceptó el reto de volver a trabajar con su compañero de aventura 20 años después, cuando éste ya estaba consagrado como el Dios de los banquillos a orillas del Bósforo.

Josep María Izquierdo en un encuentro del Fenerbahçe.

Tras una carrera como primero en la que, entre otras decisiones, pasó a la historia como el técnico que hizo debutar a Serge Ibaka en la LEB Oro como extranjero con sólo 17 años, “Izqui” dejó una oficina en el ayuntamiento de Badalona para perseguir su sueño en el Fenerbahçe. De nuevo en Turquía, junto a Obradovic, Izquierdo llevó a su equipo a su primera “Final Four” y en la presente temporada quieren dar un paso más tras eliminar al Real Madrid en tres partidos.

Como la de la mayoría de técnicos su vida transcurre “de casa al pabellón y del pabellón al aeropuerto”, aunque Izquierdo intenta aprovechar la oportunidad de estar en un país “guapísimo. Turquía es increíble y Estambul es una ciudad con contrastes y cosas para ver y disfrutar. Estoy viviendo una experiencia muy enriquecedora y el trabajo con Zeljko es de una exigencia máxima”.

Ricard, corazón de León

De él han declarado jugadores como Marc Gasol o Darryl Middleton que es el técnico que más les marcó. Tras triunfar en todas las categorías del baloncesto español y tocar el cielo Europeo con la selección en el Eurobasket de Lituania 2011 junto a Sergio Scariolo, Ricard Casas decidió reinventarse y dar un paso más lejos de España.

Venezuela primero y ahora Angola han sido las siguientes estaciones de una persona de profundo carácter y personalidad quien considera que “el crecimiento del entrenador puede darse desde la comodidad de los recursos o desde la situación límite. Yo ya viví la primera y ahora estoy creciendo desde la segunda”.

En Luanda lo comparan con un león por el carácter que imprime a sus jugadores. Ya le han llegado ofertas de selecciones para ocupar su verano, aunque Casas está “centrado en acabar la temporada, luego ya veremos. El entrenador lo que necesita es entrenar. ¿Dónde? Ya veremos. A mí a estas alturas me motiva el reto”. Mientras, sigue de cerca el baloncesto español del que ve, con preocupación, como “pocos jugadores españoles tienen impacto en la liga ACB, mientras que en la LEB los que dominan son los de antes, pero ya con muchos más años. Habrá que analizar el impacto que está teniendo la inversión en cantera internacional a medio plazo”.

El trotamundos sustituto del padre de Kobe

Siguió Casas los consejos del gran pionero de este tipo de aventuras. Acaba de sustituir nada menos que al padre de Kobe Bryant, quien acumulaba 12 derrotas consecutivas en Japón. Pep Clarós ha cambiado la cara a su nuevo equipo y, pese a que tiene una oferta de renovación sobre la mesa, no tiene miedo a seguir moviéndose. “Cuando acabe la temporada decidiremos donde ir”. Ya son varias las selecciones que se han puesto en contacto con este catalán universal para contratar sus servicios.

Tras recoger el testigo de Moncho Monsalve como trotamundos de los banquillos hace años que superó al mítico entrenador. México, Puerto Rico, Estados Unidos, Venezuela, Portugal, Holanda, Egipto, El Salvador, España, Canadá, Bahrein y actualmente, Japón, son los países por los que ha pasado este ganador. Uno de los tres técnicos españoles capaz de conquistar un título continental masculino junto a Laso y a Pascual.

Pep Claros.

Posee el mejor cartel a nivel internacional. Pep Clarós es un precursor que ha vivido todo tipo de aventuras como ser declarado mejor entrenador de Canadá y ser sancionado a continuación o convivir con un Jeque recientemente en Bahreim, donde “la experiencia fue extraordinaria. Además, pude llevarme a la familia conmigo y eso siempre te ayuda en tu equilibrio fuera de la pista”.

Sólo le falta África para ganar un título en cada continente y es que desde hace años tuvo claro que “para crecer en el mundo del baloncesto no sólo puedes mirar hacia España. Hay muchos baloncestos pujantes por todo el mundo. La gente ve mi trayectoria y piensa que vas con la mochila por ahí buscándote la vida, pero no es así. Actualmente hay muchos países donde te puedes ganar la vida muy bien a través del baloncesto”

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