Y Rudy Fernández volvió a coger su fusil, que tenía aparcado desde hace más de tres meses. Se amoldó al tacto del balón rápidamente, ajustó el punto de mira y lanzó en cuanto tuvo ocasión. El resultado fueron tres triples consecutivos en el segundo cuarto que, unidos al buen desempeño exterior del resto de sus compañeros, sacaron del partido a un hasta entonces muy correoso Andorra. Otra jornada de dulce triplista del Real Madrid, otra victoria. Empieza a ser costumbre y a Rudy no le costará reengancharse al equipo blanco si es al carro del perímetro al que toca subirse (107-78).

El acierto exterior también resultó un buen clavo al que agarrarse para Trey Thompkins (15 puntos) este domingo. Mucho más cómodo en la media distancia que debajo del aro, el estadounidense cuajó uno de sus mejores partidos recientes ayudándose del 6.75. Lo mismo le sucedió a Taylor, que no falló ni un lanzamiento durante sus minutos en pista. En una temporada con más sombras que luces por su parte, ambos tuvieron su cuota de protagonismo en la victoria ante Andorra. En la faceta ofensiva, han tenido sus momentos de grandeza.

Otra cosa es el desempeño de Thompkins en la pintura. Ahí, Gustavo Ayón (ausente este domingo), Felipe Reyes, Augusto Lima y Willy Hernangómez le dan unas cuantas vueltas. El canterano volvió a ratificarse (14 puntos) aprovechando al máximo su presencia en el encuentro. Cada balón que le cayó en la zona fue sinónimo de canasta para el Madrid. Y cuando el aro escupió los lanzamientos locales, allí estuvo para capturar los rebotes que se terciaron.

Como interior, debe aprenderse rápido conviviendo junto a Felipe Reyes. Perro viejo en el arte del dos más uno, el cordobés no desaprovechó ni una sola ocasión para sentar cátedra por enésima ocasión. Así acalló a otro graduado de la escuela del Estudiantes, Daniel Clark, que se erigió en líder de los visitantes cuando todavía contaban con opciones de triunfo en el partido.

Pablo Laso avisó de la grandeza de su rival en la previa, y los hombres de Joan Peñarroya no decepcionaron durante los primeros 20 minutos. Con hombres como Stojanovski o Jomes, llegaron a mandar en el electrónico y a exhibir el baloncesto que tantos réditos les está dando durante la temporada. Sin embargo, su principal faro, Shermadini, se cargó de faltas demasiado rápido. Y entonces comenzaron a esfumarse sus posibilidades de dar la campanada.

Realmente, la segunda parte del partido sobró. El Madrid no hizo sino subir su apuesta también en defensa y enseguida se instaló en unos cómodos veinte puntos de renta que fueron a más a medida que pasaron los minutos. Poca historia más ofreció el envite, quitando la habitual demostración de acierto en el tiro de Nocioni saliendo desde el banquillo. Sus puntos subieron como la espuma, sin hacer mucho ruido pero dando al rival donde más duele, al igual que los de Carroll.

Entre algún que otro pase mágico del Chacho, el descaro siempre implícito en Doncic y una buena sarta de rebotes, el encuentro murió. Por segundo partido consecutivo, ni siquiera hizo falta que Llull apareciese en escena. A su Real Madrid le sucedió algo parecido a lo que le ocurrió a Larry Bird en 1988, durante su célebre recital en el concurso de triples de la NBA. A cada triple que volaba hacia el aro, el dedo de la mano derecha levantado en señal de victoria. Fuese como fuese, la pelota iba a entrar.

Ficha técnica

107 - Real Madrid (27+27+29+24): Maciulis (4), Reyes (7), Carroll (12), Llull (1) y Thompkins (15) -equipo inicial- Rudy (12), Rodríguez (5), Hernangómez (14), Lima (4), Doncic (11), Nocioni (11) y Taylor (11).

78 - Morabanc Andorra (25+20+19+14): Schreiner (3), Gomes (4), Shermadini (6), Stojanovski (15) y Bogdanovic (7) -equipo inicial-, Sada (4), Pino, Clark (14), Jones (12) y Holt (13).

Árbitros: Juan C. García, Juande Oyón y Juan J. Martínez. Thompkins (min.24) y Shermadini (min.36) fueron eliminados por cinco personales.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard center) ante unos 7.000 espectadores. Sergio Llull recibió, en los prolegómenos del partido, el trofeo que le acredita como jugador más valioso (MVP) de la Liga del mes de febrero.

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