La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado.

¿Por qué habría yo de estar fuera de tus pensamientos?

¿Sólo porque estoy fuera de tu vista?

No estoy lejos, tan sólo a la vuelta del camino…

 

Parece que San Agustín escribió esta reflexión pensando en ellos: 'Penny' Hardaway -quizás el único jugador capaz de ser comparado con 'Magic', Bird y Dr. J sin que suene a disparate- y su mejor amigo, Desmond Merriweather, de quien se conmemora el primer aniversario de su muerte.



Juntos crecieron y aprendieron a amar el baloncesto y la vida en un barrio infestado de pandillas y gánsters en Memphis. Las canchas de Binghampton no cerraban por la noche, lo que cimentó una amistad indestructible que no tembló ni ante la eclosión de Anfernee como estrella en la NBA.



“En aquel tiempo la fama deslumbraba” recuerda el '1' de los Magic, una base de 2.01 capaz de jugar en cuatro posiciones: “Pero siempre mantuvimos el contacto. Nos veíamos de vez en cuando, sobre todo en verano, nos llamábamos a menudo y nuestra relación se prolongó durante toda mi carrera”.



Por eso a nadie le extraño que cuando Merriweather agonizaba con un diagnóstico de cáncer de colon grado cuatro en la cama de su hospital, 'Penny' estuviera a su lado. Tras salir del coma inducido lo primero que pidió el, por entonces, primer entrenador de la Lester Middle School fue un papel donde escribió “1cent” el apodo de su mejor amigo.



EL ÚLTIMO SERVICIO

Como si de la galardonada película 'Truman' se tratase Hardaway se preparó desde entonces para prestar un último y desinteresado servicio a su mejor amigo. Su posición económica -es propietario de un grupo de gimnasios y barberías de lujo en Miami- le permitía hacer un paréntesis para volver a sus raíces.



“Quería que él cuidara de mis niños, del equipo. Sabía que él era el elegido para enseñarles el camino. Siempre supo cómo afrontar las cosas. La disciplina que le marcaron su madre y su abuela ayudaría a mi equipo a crecer”, manifestaba a ESPN Desmond Merriweather, tras una recuperación milagrosa días después de reincorporarse a los entrenamientos.



Y así sucedió. 'Penny' Hardaway cumplía su promesa haciéndose cargo del equipo. Comenzó a conducir su Bentley por las complicadas calles de Binghampton y trabajar con un equipo en el que la mayoría de jugadores habían perdido a sus padres en tiroteos: “No utilicéis los problemas de nuestra ciudad como una excusa para fallar. Se puede superar cualquier circunstancia. Debéis soñar siempre en grande”, fueron las primeras palabras que el entrenador dedicó a sus nuevos pupilos. “Había donado importantes cantidades de dinero para mi escuela, pero empecé a sentir otra sensación. A saber por qué el dinero no lo es todo”, rememora un emocionado Hardaway.



EL ANILLO DEL 'COACH' CARTER

'Penny' entrenaba de forma gratuita, con Merriweather a su lado y, tras una dura temporada, la mística apareció. El equipo se clasificó tras encadenar 14 victorias consecutivas para la final de su conferencia. “A veces no sabía cómo ayudarles. Me desesperaba en la cancha por no poder salir a ayudarles con un tiro o una defensa. Aún así los niños tenían una energía especial, a veces incluso sobrenatural”, recuerda Anfernee. Pero el día 'D' surgió un nuevo problema. El hijo de Merriweather estaba roto. Acababa de dejar a su padre tocado tras varias sesiones de quimioterapia y no levantaba cabeza.



'Rey', como le llamaban, era el más bajo del equipo y promediaba sólo 8 puntos por partido. 'Penny' habló con él antes del salto inicial. Le necesitaban para ganar. Comenzó dubitativo y su primer tiro no tocó el aro. Murmullos en la grada y el partido que se ponía cuesta arriba… Hasta que vio aparecer a su padre y sentarse junto a Hardaway en el banquillo. Clavó tres triples en menos de dos minutos. "Dios existe", pensó el entrenador. El partido cambiaba de signo sonando la bocina con 58-57. Los Lions Lester conquistaban el título del oeste del estado de Tennessee terminando 28-3 la temporada. Los jugadores se fueron llorando a los vestuarios. Merriweather padre no pudo conciliar el sueño en toda la noche.



Anfernee Hardaway se ganó desde entonces el apelativo 'Coach Carter' (como Samuel L. Jackson en la película filmada en 2005 acerca de un exitoso hombre de negocios que regresa a su barrio para entrenar tocando la gloria) y ubica aquel triunfo como el mayor de sus logros deportivos. Su particular anillo.



"Penny me quiere desde el octavo grado y lo quiero a él desde entonces también", declararía con timidez Merriweather tras el emotivo episodio. “No sólo por lo grande que fue como jugador. Cuando él entra en el vestuario se ilumina sin necesidad de encender las luces. Sabía que le transmitiría eso a mis niños”. Juntos seguirían un camino lleno de amistad y baloncesto durante una temporada más. Hasta que la muerte los separó justo hace un año. Fue el último servicio del Truman de la NBA.

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