El Madrid Game de la NFL puso un gran espectáculo para los casi 80.000 aficionados que coparon un Bernabéu que puso una nota inmejorable después de una semana espectacular del desembarco de la NFL en España.
El primer partido de la historia de la NFL terminó en la prórroga con una patada ganadora de Riley Patterson que dio a los Miami Dolphins la victoria por 16-13 sobre los Washington Commanders.
Una de las historias antes del partido era que Dan Quinn, entrenador en jefe de los Commanders, asumía también las funciones de llamar las jugadas de defensa, una unidad que estaba antes de este partido en casi todos los parámetros dentro de las cinco peores de toda la NFL.
Quinn, que fue el jefe de Mike McDaniel en Atlanta, parece que llegó a Madrid con todas las respuestas para detener a una ofensiva de Miami que durante casi todo el partido se vio tremendamente predecible, especialmente en situaciones de tercer/cuarto down y de redzone.
Los Dolphins tuvieron una eficiencia del 20% en la redzone y 3 de 11 en conversiones de tercer o cuarta oportunidad. Hubo que esperar hasta el último periodo para que los Dolphins encontraran la zona de anotación para empatar el Madrid Game con doce minutos por jugarse.
La jugada del partido llegó en la secuencia siguiente, cuando Marcus Mariota, el quarterback que ha asumido la ofensiva de los Commanders después de la lesión de Jayden Daniels, corrió para 43 yardas en un tercero y nueve que cambió por completo la secuencia de un drive que apuntaba a acabar en tres y fuera.
Mariota había sido retirado para ser evaluado por una potencial conmoción cerebral pero el comité independiente de doctores de la NFL, que perita los percances relacionados con trauma cerebral, le declaró apto para jugar y fuera de riesgo para operar la ofensiva.
El carrerón de Mariota puso a los de Washington en la yarda 15 pero el equipo capitalino salió sin puntos de esa secuencia después de que Quinn se jugará el cuarto down desde la yarda uno, donde Mariota no pudo conectar tras un mal pase al receptor.
Los problemas de Washington en la redzone fueron peores que los de Miami, saliendo sin touchdown en tres visitas.
En un partido tremendamente igualado, la contienda se acabó rompiendo por un error no forzado de los Commanders, que después de sacar del campo en cuatro jugadas a la ofensiva comandada por Tua Tagovailoa, un fumble en la recepción del retorno dejó a los Dolphins en una situación perfecta para salir de Madrid sin que los Commanders pudiera volver a tocar el balón.
Cuatro minutos y su rival con solo dos tiempos muertos. Achane facturó un primer down con una carrera de nueve yardas en segunda oportunidad que obligó a Quinn a empezar a quemar los tiempos.
Zach Sieler, durante una acción contra los Dolphins.
A partir de ese momento, se empezaron a encadenar una serie de pequeños o grandes factores que dieron a los Commanders una vida que no deberían haber tenido.
Primero, Achane, uno de los protagonistas del partido, le regaló casi un minuto saliendo del campo. Después, la mala suerte obligó a los Dolphins a usar un tiempo muerto y para el reloj por lesión del propio Achane en tercer down.
Y por último, la decisión que quizás cueste el puesto a Mike McDaniel: jugarse un cuarto y goal en la dos en vez de coger los puntos y ponerse por delante.
Los Dolphins fallaron su segundo intento de conversión de cuarto down dentro de la yarda dos de su rival y dejaron la última posesión en manos de su rival.
Un partido en el que Washington no tenía que haber vuelto a tocar el balón, vio acabar el tiempo reglamentario con un field de 56 yardas fallado que les hubiera dado la victoria.
En el tiempo extra, una gran jugada del cornerback Jack Jones en un pase telegrafiado por Mariota en la primera jugada del alargue, terminó con una intercepción que estableció el camino para la victoria final de los Dolphins.
El field goal Riley Patterson cuando ya la prórroga estaba en muerte súbita dio la victoria al equipo de Florida y veremos si eventualmente salva la cabeza de un entrenador que manejó de una manera difícil de empeorar los últimos dos minutos del tiempo reglamentario.
Fin de fiesta espectacular para el estreno de la NFL en Madrid en un partido que ni mucho menos será el último en nuestro país.
