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Pedri González es una de las joyas del fútbol español que lidera el mediocampo del FC Barcelona, desde su llegada al Camp Nou en el año 2020.

El de Tegueste (Santa Cruz de Tenerife) se ha consolidado como uno de los mejores jugadores del mundo gracias a su magia en el campo, su visión de juego y retención del balón.

Pero como buen ser humano también tiene debilidades culinarias, que en el universo de los deportistas de élite podrían parecer un pecado. De esta manera, Pedri esconde un secreto a voces: una batalla diaria contra dos placeres irresistibles.

A sus 22 años y tras un calvario de lesiones musculares, el canario transformó su cuerpo y su dieta, basándola en pescado, hidratos de carbono medidos y un control férreo para optimizar su rendimiento.

El canario ha confesado tener una debilidad, bastante impulsiva y que define como una verdadera obsesión.

No se trata de dulces ni de comida rápida, sino de un simple fruto seco que amenaza con sabotear su estricto régimen. La revelación la hizo en una entrevista para la revista GQ España, donde admitió sin rodeos su punto flaco.

"Los pistachos son una de las cosas favoritas que tengo de comida, tengo como una pequeña adicción por ellos", declaró el futbolista.

La confesión fue más allá, dibujando una escena increíblemente humana y relatable. Lejos del glamour del Camp Nou, Pedri libra su batalla particular en el sofá de su casa.

"Ahora que estoy a dieta tengo que controlarme un poco, porque a veces, por ejemplo, estoy jugando a la Play y si es por mí me comería el tarro entero", explicó el joven futbolista culé.

La respuesta a otro de sus mayores caprichos no está en restaurantes de lujo, sino en la cocina de su casa. "No me dejan comer las croquetas de mi madre", bromeaba en una entrevista para el diario AS el verano pasado, dejando claro que su plato favorito es, y siempre será, el que le prepara su madre, Rosy.

Esta "pequeña adicción" se ha convertido en la anécdota perfecta que define al jugador. Mientras los preparadores físicos del Barça diseñan planes para fortalecer su musculatura, Pedri lucha contra el impulso de devorar un bote de pistachos.

Es la prueba de que, detrás del ídolo que deslumbra a millones, hay un joven que echa de menos las croquetas de su madre y que debe esconderse de sí mismo para no pecar con un fruto seco. Un capricho tan simple como universal que lo convierte en un futbolista mucho más cercano.

Su biografía, aunque corta en años, está ya repleta de éxitos rotundos tanto a nivel de club como con la selección nacional.

Desde su explosiva primera temporada, en la que ganó la Copa del Rey, su talento fue reconocido con los prestigiosos premios Golden Boy y Trofeo Kopa en 2021.

Ese mismo año, fue elegido Mejor Jugador Joven de la Eurocopa y obtuvo la medalla de plata olímpica. Con el FC Barcelona ha sido un pilar fundamental en la conquista de La Liga 2024-2025, mientras que con la Selección Española ha sido protagonista en el triunfo de la Eurocopa 2024, demostrando ser ya un líder indispensable tanto para su club como para su país.