La fábula de la cigarra y la hormiga sirve para representar cómo Real Madrid y Barcelona están afrontando esta crisis por el coronavirus. Este parón obligatorio, imprevisible para todos, está afectando a todos los clubes, pero mucho más a unos que a otros. ¿Y a qué se debe esto? Pues a las provisiones que unos han hecho durante la época de vacas gordas que se ha vivido en el fútbol.

Durante mucho tiempo todos nos hemos preguntado de dónde sacaba el Barcelona el dinero para pagar un sueldo NBA a Mirotic o cómo podía haber hecho frente a cuatro de los diez fichajes más caros de la historia en fútbol (Neymar, Griezmann, Dembélé y Coutinho). Y cómo, a pesar de ello, podía seguir pagando a Messi cerca de los 100 millones de euros brutos por temporada. 

Pues bien, ahora sabemos, que realmente es que no podía. La masa salarial de los azulgranas acaparaba casi el 80 % de los gastos anuales del club. Una auténtica barbaridad que ha vuelto a poner la gestión del presidente culé a los pies de los caballos. Mientras la cigarra Bartomeu despilfarraba verano tras verano, la hormiguita blanca iba guardando millones en la caja en concepto de provisiones. 

Esto se traduce en la tranquilidad, que no confundir con relajación o despreocupación, con la que se vive la crisis en el Real Madrid. Los fondos acumulados y la tesorería gestionada por Florentino Pérez permiten a la entidad merengue afrontar este duro momento en clara ventaja respecto al Barcelona y a otros clubes.

Mientras en Can Barça continúan con una guerra civil interminable. Directiva y jugadores enfrentados y Messi mandando pullas en público bajo la amenaza de irse gratis a final de temporada. Un show que convierte al 'bravucón' Bartomeu en el mejor presidente de la historia del Real Madrid junto a Santiago Bernabéu y Florentino Pérez. 

Florentino Pérez y Josep María Bartomeu EFE

No valen las excusas para la cigarra Bartomeu. Recuerdo ahora como una persona me contó cierto comentario del presidente del Barça hace algunos meses sobre por qué gastaba tanto. El mandamás culé vino a decir que nadie se iba a acordar por las finanzas que dejaría cuando acabara su mandato, que en la historia solo quedan los títulos. En esa obsesión por las Copas de Europa el 'bueno' de Bartomeu debió pensar que para lo que le queda en el convento... 

Por su parte el Real Madrid, sus jugadores y sus aficionados viven estos duros días con la tranquilidad de tener a Florentino Pérez al frente. Porque al final la verdadera diferencia en estos momentos entre uno y otro club es esa: el capitán que dirige el barco. También habrá recortes, seguro, como en todos los equipos, pero digamos que la entidad madrileña cuenta con bastantes cuerpos de ventaja. 

Moraleja: no hay que confiarse, ya que siempre hay épocas buenas y malas. Por eso es tan necesario haber guardado mientras podías. Y si no, que se lo digan ahora a Bartomeu.