Hajo Seppelt (Belín, 1963) es el periodista internacional de investigación más destacado en asuntos de dopaje. En la última década ha realizado reportajes exclusivos sobre la extinta Alemania Oriental, Kenia o China, y en 2014 destapó con ayuda del matrimonio Stepanov la trama de dopaje de Estado en Rusia, que ha causado un escándalo internacional sin precedentes y conducido a la inhabilitación de sus atletas en competiciones internacionales. El periodista de la ARD alemana, que fue despedido de esta cadena en 2006 por sus primeras informaciones sobre dopaje y recuperado seis meses después para formar un equipo especializado en corrupción deportiva, habla con EL ESPAÑOL durante el V Congreso Internacional de Deporte, Dopaje y Sociedad celebrado en Madrid esta semana.

Seppelt, que ya no viaja a Rusia por temor a su integridad física y recibe numerosas amenazas por su trabajo, habla con dureza del periodismo deportivo, “en el que el 95% se dedica a contar la superficie del deporte” y no escarba en la podredumbre del deporte global: “La resistencia de las organizaciones deportivas a que la lucha antidopaje sea efectiva, la corrupción general que amenaza con aniquilar el mito del olimpismo y, en definitiva, el fracaso completo del sistema deportivo”. Para el problema del dopaje, en el que se ha convertido en una autoridad mundial, sólo atisba una solución: “Una Agencia Mundial Antidopaje [AMA] fuerte, con muchos recursos e independiente… Es decir, muy diferente de la actual”.

Su postura frente al periodismo deportivo viene siendo particularmente beligerante. ¿Cuáles son las causas de esta limitación generalizada?

Lamentablemente, el periodismo deportivo para mucha gente es diferente al periodismo en otras áreas. Falta, en general, inteligencia y nivel intelectual porque la concepción social del deporte es que se trata de un entretenimiento, puro ocio, que sirve fundamentalmente para relajarse durante horas frente al televisor. El problema es que mucha gente no entiende que para ser un buen periodista deportivo no hace falta necesariamente ser un experto en deporte, sino en periodismo. En deporte se puede aprender lo que sea necesario, pero si no tienes un enfoque intelectual e independiente no lo vas a hacer bien. Si amas a determinado deportista, no tienes la suficiente distancia para hacer bien tu trabajo. A mí me gustan los deportes, me interesan, pero no soy un fan. No necesito ver horas y horas de deportes para mi trabajo. No soy un patriota. No tengo que servir a mi país, sino a la verdad, sea en Alemania o en Rusia. La distancia es imprescindible, y en esto el periodismo deportivo no debería ser diferente a otros géneros.

Usted dio en el pasado alguna exclusiva sobre Eufemiano Fuentes y la Operación Puerto, ha venido a España muchas veces. ¿Constata la misma deficiencia en el periodismo español?

En el año 2010 dimos la noticia del dopaje de Alberto Contador. Hubo muchas críticas en España, y en la rueda de prensa convocada por Contador los periodistas se dedicaron a aplaudir y vitorear a Contador. ¿Aplausos? ¿Qué son, periodistas o aficionados que se han colado? Fue una experiencia dura y reveladora.

Por desgracia, la información deportiva sobre cuestiones ajenas a la competición (corrupción, leyes, dopaje, negocio) suele tener poco rendimiento en término de ‘clics’.

Hay muchísima gente (el 95%) a la que no le interesa el periodismo sobre la corrupción del deporte, ni mi trabajo. Les interesa el entretenimiento. Sentarse frente a la televisión.

Afirma que el sistema deportivo es un fracaso absoluto y que las propias organizaciones deportivas obstaculizan la lucha antidopaje.

Imagine a un atleta famoso que bate récords todos los años. Produce beneficios para todos: el propio atleta (que tendrá más patrocinios), los patrocinadores (que ganan visibilidad), las televisiones, las federaciones, los políticos, los médicos (que viajan y tienen más trabajo), los entrenadores (que cobran más)... Ahora imagine que se descubriera que ese atleta se ha dopado. Destruiría el modelo de negocio, habría bastante menos dinero. Por eso el dopaje se protege.

El informe independiente de la Agencia Mundial Antidopaje sobre los Juegos de Río es desolador. Denuncia que “algunos días se abortaron hasta el 50% de los tests”. ¿Cómo puede pasar algo así?

Lo más desconcertante fue un comentario del Comité Olímpico Internacional (COI) diciendo que la lucha contra el dopaje durante los Juegos había sido un éxito. Nada describe mejor al COI que esta declaración. Te preguntas: ¿viven en un mundo paralelo? La verdad es mucho menos complicada.

Parece una mentira, o una obra de ficción, que la mitad de los controles no se haga, con plena impunidad.

Demuestra el fracaso total de un sistema antidopaje creíble y de personas que te dicen cosas que obviamente no son ciertas. Demuestra cómo lidia Thomas Bach [el presidente del COI, también alemán] con los asuntos deportivos. Ha perdido mucha credibilidad; cree que puede gestionar el olimpismo como hace 20 ó 30 años. Pero ahora hay mucha más información y transparencia. La situación hoy no es peor que hace 20 años. Lo que pasa es que hay más conciencia pública. El dopaje siempre ha estado mal, incluso peor que hoy. A través del COI se han contaminado los Juegos durante años. Sochi 2014 fue una farsa.

Thomas Bach ha perdido mucha credibilidad; cree que puede gestionar el olimpismo como hace 20 ó 30 años.

¿Hasta el punto es crucial la pugna que mantienen el COI y la AMA por el liderazgo de la lucha antidopaje mundial?

Es la pregunta crucial, la más importante. El discurso del COI sobre el dopaje es falso: no es verdad que haya “ovejas negras”; está generalizado. Si a la AMA no se le permite un poder sancionador auténtico, independiente de comités olímpicos y federaciones, seguirá siendo un tigre sin dentadura. Hace falta que el COI entienda que proteger la limpieza del deporte y de los deportistas requiere que la AMA pueda fiscalizar campeonatos europeos, mundiales. Si no sucede, será porque en realidad al COI no le interesa. El dopaje es competencia de AMA, no del COI. ¿Cómo podemos tener un presidente en la AMA que ha sido vicepresidente durante años del COI? Craig Reedie tiene que dimitir. Tiene dos sombreros. No está interesado en los deportistas limpios.

En este Congreso ha defendido la creación de una Unión Internacional de Atletas para su defensa.

Es clave, porque los atletas son víctimas del sistema. En Rusia y otros muchos países, si no aceptas doparte como los demás eres expulsado. Hay gente que está pensando en formar alguna asociación en Alemania, pero a nivel nacional. No conozco nada a nivel internacional. Pero es imprescindible: no necesitamos comisiones olímpicas de deportistas, lo que necesitamos son asociaciones independientes de deportistas. Le pongo un ejemplo: ¿cómo es que las finales de natación en Río de Janeiro se celebraron a las once de la noche, por culpa de la cadena NBC? ¿Qué es más importante: el dinero de la NBC o los derechos de los deportistas? Y encima, cuando sucede, los deportistas no ven ni rastro de ese dinero.

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